Ganó 86,6 millones de euros, pero perdió más de 2.000 clientes. Este anuncio coincide con la reunión del Papa con su Consejo de asesores para reformar la Curia.
El Banco Vaticano obtuvo unos beneficios de 86,6 millones de euros en el año 2012, cifra que cuadruplica la de 2011, cuando se registró un beneficio neto de 20,3 millones de euros, según se desprende del Informe Anual del Instituto para las Obras de Religión, más conocido como Banco Vaticano, que la institución publica por primera vez.
Este incremento se debe principalmente a los resultados favorables por intermediación en los mercados y a los valores más altos de los bonos, resultantes de la caída generalizada de las tasas de interés en los mercados financieros a lo largo del año, según precisa el informe.
De este beneficio neto de 86,6 millones de euros, el IOR transfirió un total de 31,9 millones a un 'fondo' de reserva para potenciales riesgos y destinó los otros 54,7 millones de euros al uso de la Santa Sede.
Asimismo, revela que a 31 de diciembre de 2012, el Banco Vaticano contaba con unos 18.900 clientes, lo que supone un descenso con respecto al año anterior, cuando se contaban aproximadamente 21.000, una caída debida sobre todo al cierre de cuentas inactivas.
Ocho cardenales asesorarán al Papa
El Papa Francisco se reunirá por primera vez desde este martes hasta el próximo jueves en el Vaticano con los ocho cardenales que forman el Consejo de asesores nombrado por el Papa para que le aconsejen en el gobierno de la Iglesia y en la reforma de la Curia romana.
El Pontífice eligió este grupo de cardenales para "aconsejarle en el gobierno de la Iglesia universal y para estudiar un proyecto de revisión de la Constitución Apostólica 'Pastor bonus' sobre la Curia romana".
De esta manera, Francisco cumple "una sugerencia surgida en el curso de las congregaciones generales" previas al cónclave que le eligió como sucesor de Benedicto XVI.
El Santo Padre constituyó este grupo de asesores el pasado 13 de abril tras cumplirse un mes de su elección y fijó su primera reunión para este mes octubre, aunque ya desde su inicio, el Papa ha estado en contacto con los miembros por separado vía telefónica y les ha recibido en audiencia en el Vaticano. Además, Francisco lo ha instituido como un consejo permanente y oficial a través de un quirógrafo con fecha del 28 de septiembre y publicado este lunes.
El Consejo está compuesto por el arzobispo de Tegucigalpa (Honduras), Óscar Rodríguez Maradiaga, con funciones de coordinador; el presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, Giuseppe Bertello; el arzobispo emérito de Santiago de Chile (Chile), Francisco Javier Errázuriz; el arzobispo de München und Freising (Alemania), Reinhard Marx; el arzobispo de Boston (EEUU), Sean Patrick O'Malley; el arzobispo de Bombay (India), Oswald Gracias; el arzobispo de Kinshasa (República Democrática del Congo), Laurent Monsengwo y el arzobispo de Sydney (Australia), George Pell. Además, participará el obispo de Albano (Italia), monseñor Marcello Semeraro, con funciones de secretario.
El director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi, ha remarcado este viernes que este grupo "ha sido constituido para ofrecer consejos al Papa y no para tomar decisiones propias" por lo que ha explicado que "se trata de una primera reunión a la cual seguirán otras" y que los participantes aplicarán "los criterios de confidencialidad acerca de los contenidos de las consultas".
Durante estos tres días, el Consejo se reunirá en la Biblioteca privada de la tercera logia del Palacio Apostólico en el interior del departamento papal, las sesiones de trabajo serán matutinas y vespertinas y el Pontífice participará en ellas, excepto el miércoles por la mañana por la audiencia general, según ha explicado Lombardi.
Asimismo, el portavoz vaticano ha destacado que la mayoría de los miembros del Consejo, excepto el secretario, el obispo de Albano, y el cardenal Bertello (que representa a la Curia) "son arzobispos de grandes diócesis y por lo tanto con amplia experiencia pastoral" y en esta línea, ha reiterado que este Consejo de Cardenales "es un enriquecimiento ulterior que brinda el Papa al gobierno de la Iglesia".
También ha puntualizado que el Consejo no está en relación con otras instituciones de la Iglesia y no es un elemento de arquitectura de la misma, sino un "órgano consultivo del Papa" por lo que desde abril los miembros han recogido sugerencias y propuestas en sus áreas de competencia respectivas, alrededor de 80 documentos, y han recibido el parecer de los jefes de dicasterio, la Secretaría de Estado y el colegio cardenalicio.
Además, Lombardi ha precisado que las conversaciones serán privadas por lo que "no se prevé ninguna comunicación una vez terminadas" y que el Papa "se reserva la facultad de configurar el Consejo de la forma más adecuada, pudiendo aumentar el número de miembros".
PÚBLICO/ EP Madrid 01/10/2013 10:14 Actualizado: 01/10/2013 10:54
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