EL ELEMENTO CENTRAL DE LA PROMISCUIDAD
Que los hombres son más infieles que las mujeres es una creencia popular ampliamente extendida, pero sin apenas una base científica que la sostenga. Las estadísticas tampoco son fiables porque al preguntar por una cuestión propia de la esfera privada y asociada a connotaciones negativas se produce un alto porcentaje de respuestas falsas.
El argumento más recurrente para explicar la supuesta tendencia de los hombres a sucumbir más al deseo sexual se basa en las teorías evolutivas: en los albores de la humanidad los machos tenían múltiples relaciones para asegurar la fecundación y, con ello, la supervivencia de la especie. Nada más alejado de la realidad. Según los resultados de un reciente estudio publicado en el último número de la revista científica Personality and Social Psychology, la capacidad mental para ejercer el autocontrol es el elemento central de la promiscuidad y, efectivamente, es más débil en los hombres.
En otras palabras, los hombres presentan mayores dificultades para resistir a la tentación porque tienen menos recursos para controlar los impulsos, según las conclusiones del experimento Sex Differences in Succumbing to Sexual Temptations A Function of Impulse or Control? Conducido por los psicólogos de la Universidad de Texas Natasha Tidwell y Paul Eastwick. “Las mujeres reaccionaron de forma más cabal, meditada y estable a los estímulos sexuales, sin apenas presentar dificultades para hacer elecciones rápidas sobre parejas potenciales, mientras que los hombres fueron más impulsivos”, según reflejan los investigadores en las conclusiones.
Una amenaza para ellas, pero no para ellos
La principal hipótesis del estudio para explicar las diferencias de sexo respecto a la capacidad de autocontrol es que los impulsos sexuales masculinos son más intensos. A pesar de ello, se trata de un comportamiento adquirible que “funciona (eficazmente) de manera similar en ambos sexos”, matizan los autores. Una cuestión de género asimilada en el diseño de las terapias para tratar la adicción al sexo, que ha crecido porcentualmente en los últimos años por diferentes factores.
Las mujeres reaccionaron de forma más cabal, meditada y estable a los estímulos sexualesOtros estudios previos, llevados a cabo por investigadores de la Universidad McGill, confirmaron esta diferencia conductual entre hombres y mujeres a la hora de reaccionar frente al deseo sexual. En uno de los más evidentes, actores y actrices trataron de ligar con los participantes del estudio, todos ellos casados, en una sala de espera. Posteriormente, se les preguntó sobre su reacción típica a un comportamiento molesto de sus parejas, como por ejemplo, llegar tarde. Los hombres que habían estado flirteando fueron menos condescendientes, pero las mujeres tendieron a perdonarlos más, lo que sugiere que su flirteo previo había generado una respuesta protectora sobre su relación. Es decir, que las mujeres consideran la atracción de otra persona como una amenaza y ante ella activan una serie de alarmas, algo que no sucede en el caso de los hombres.
La influencia educativa y cultural sobre el autocontrol
Para medir la intensidad de los impulsos sexuales en comparación con la capacidad de autocontrol, los psicólogos de la Universidad de Texas mostraron a más de 600 participantes de ambos sexos una serie de imágenes de otras personas, que debían calificar según fuesen deseables o indeseables. El resultado fue que los hombres experimentaron un impulso mucho más fuerte hacia las personas que eligieron como deseables.
Los resultados de la investigación no son concluyentes en el sentido de que las respuestas de cada individuo están influenciadas por la personalidad de cada uno, el contexto sentimental por el que esté pasando la pareja y, sobre todo, por las causas que motiven la infidelidad. Asimismo, la vertiente cultural y educativa también juega un papel fundamental porque, según los sexólogos, las personas educadas en el derecho a disfrutar, el hedonismo y el egocentrismo serán probablemente infieles durante toda su vida y con todas sus parejas.
De lo que no hay duda es de lo extendidos que están este tipo de comportamientos, pues según la última encuesta del CIS sobre hábitos sexuales, el 20% de los españoles, hombres y mujeres, habían tenido alguna relación sexual con alguien que no era su pareja en ese momento. Un porcentaje que un sondeo internacional publicado recientemente por la empresa demoscópica británica YouGov eleva hasta el 23%.
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