El primer informe del Banco Mundial sobre turismo en África subsahariana, publicado hace pocos días y titulado Turism in Africa: Harnessing Tourism for Improved Growth and Livelihoods, señala que los países africanos podrán competir con otras regiones turísticas del mundo si planifican de forma efectiva cómo integrar el turismo en sus economías. Cada año son más los turistas que visitan África, impulsando, así, el crecimiento económico del continente y haciéndolo cada vez más competitivo. Sin embargo, la gran pregunta es ¿dónde va a parar todo el dinero que genera este sector?
Entre los años 1980 y 2000 el turismo experimentó un fuerte incremetno en todo el mundo. Por ejemplo, en Asia y el Pacifico pasó de un 8% del movimiento mundial al 22% y contribuyó enormemente al crecimiento económico de la zona y al mejoramiento de las condiciones de vida de la población local. Sin embargo, durante el mismo periodo, el mercado africano se incrementó mucho menos, pasando de un 3% en 1980 a un 5% en 2010.
Esto indica que todavía son necesarios muchos cambios en el sector turístico africano. Por eso, el informe pide que tanto los gobiernos como el sector privado trabajen juntos para superar obstáculos como el acceso a la tierra o la obtención de visas para favorecer las inversiones turísticas, fomentar las oportunidades de negocios y contribuir a la creación de trabajo, especialmente para mujeres y jóvenes.
África cuenta con paisajes de ensueño y con eventos musicales, danzas y festivales culturales distintos a los que se pueden encontrar en otras regiones del mundo. Todo ello puede ayudar a que el turismo juegue un papel primordial en el desarrollo del continente. Pero para conseguir eso debe conjugarse con otros aspectos económicos y de facilidades gubernativas para que beneficie a todo el mundo.
África cuenta con paisajes de ensueño y con eventos musicales, danzas y festivales culturales distintos a los que se pueden encontrar en otras regiones del mundo. Todo ello puede ayudar a que el turismo juegue un papel primordial en el desarrollo del continente. Pero para conseguir eso debe conjugarse con otros aspectos económicos y de facilidades gubernativas para que beneficie a todo el mundo.
Este informe es el primero publicado por el Banco Mundial que examina de forma exhaustiva el turismo en África subsahariana y el potencial que este sector tiene para favorecer el desarrollo económico de la región. Al mismo tiempo, indica que hay países que en la actualidad ya cuentan con un gran potencial turístico, como Botsuana, Cabo Verde, Sudáfrica o Tanzania, mientras que otros están a punto de dar el salto y desarrollar su potencial turístico en los próximos cinco años.
El número de turistas que llegan a África ha crecido más de un 300% desde 1990, alcanzando en 2012, 33.8 millones de visitantes. Los ingresos generados por el turismo también han crecido llegando a unos 36.000 millones de dólares en 2012, lo que representa el 2,8 del PIB de la región, según señala el informe.
La Organización Mundial del Turismo prevé que para el año 2022, África subsahariana reciba unos 77 millones de turistas. Por eso es crucial que se desarrollen las infraestructuras necesarias para recibir ese contingente de personas y beneficiarse de los ingresos que puedan generar.
Como consecuencia del crecimiento del sector y las expectativas que genera, las multinacionales del turismo y las cadenas internacionales de hoteles están dispuestas a invertir cientos de millones de dólares en África subsahariana durante los próximos años para dar respuesta a la creciente demanda tanto del turismo internacional como a la generada por la ascendente clase media africana.
La pregunta que surge a raíz de la lectura de este informe y toda la bonanza económica que irradia es, como tantas otras veces: ¿dónde va a parar todo el dinero generado por el turismo en África subsahariana? Y como en tantas otras ocasiones, la respuesta es dolorosa: los ingresos generados por este sector no benefician a los que más lo necesitan. La mayoría de los turistas que llegan a África viajan con paquetes cerrados donde todo está incluido. El 80% del dinero pagado por estos viajes va a las aerolíneas, hoteles y otras compañías internacionales (que normalmente tienen sus sedes en los países de donde proceden los viajeros) y no a los negocios locales. Además, gran parte del dinero que se queda en el país (alrededor del 20% restante) suele perderse y tampoco llega a la población local.
Un informe de UNCTAD indica alguno de los caminos que sigue este dinero “que se pierde”: por ejemplo, el hecho de que la mayoría de los turistas demanden productos, equipamientos y otros servicios que no se producen en el país visitado, significa que estos elementos tienen que ser importados, especialmente en los países menos desarrollados. Consecuentemente, la mayoría de los beneficios generados por el turismo que deberían quedarse en el país, vuelve a salir para pagar las importaciones.
Es así como en la actualidad, del 20% de los ingresos generados por el turismo que se queda en el país, entre el 40 y el 50% en los países menos desarrollados, y entre un 10 y un 20% en los más avanzados dejan el país para pagar las importaciones necesarias para contentar a los turistas.
Una vez más, las multinacionales extranjeras son las que más se benefician del crecimiento económico de África, mientras que la mayoría de la población local sigue anclada en la pobreza.
Por: Chema Caballero | 06 de noviembre de 2013
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