martes, 8 de mayo de 2018

La tumba de Nefertiti, el descubrimiento del siglo que no fue


Un tercer estudio con un radar desmiente la teoría inicial de que la tumba de Tutankamón escondía una cámara secreta


Un anuncio del Gobierno egipcio en 2015, secundado por un egiptólogo de prestigio, disparó las especulaciones de los medios y las ilusiones de los apasionados de la arqueología. Un estudio hecho con un radar apuntaba a la existencia de una cámara secreta en la tumba del faraón Tutankamón, que podría ser nada menos que el lugar de reposo eterno de la misteriosa reina Nefertiti. Las autoridades egipcias llegaron a cifrar en más del 90% las posibilidades de que se confirmara el que, sin duda, sería el descubrimiento del siglo. Sin embargo, un nuevo estudio descarta la teoría, que ahora queda en un simple espejismo.
“Los estudios han mostrado que no existe ninguna cámara, ni tan siquiera la indicación de cualquier umbral o marco de una puerta, lo que contradice la teoría anterior que asumía la existencia de pasajes o cámaras adyacentes o dentro de la cámara mortuoria del rey Tutankamón", reza un comunicado hecho este domingo por Mustafá Waziri, secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades. Esta es la conclusión que se desprende de la investigación durante tres meses de un equipo de expertos en geofísica liderado por Francesco Porcelli, de la Universidad Politécnica de Turín, y que incluía especialistas de dos compañías privadas.

Nefertiti reinó en Egipto hace más de 3.000 años, en uno de los periodos menos conocidos y más convulsos de aquella antigua civilización. Ella y su esposo, el faraón Akenatón, impulsaron una revolución religiosa al pasar de unas creencias politeístas a venerar una sola divinidad, el Atén, dios del Sol. Numerosos detalles de su vida están envueltos en un halo de incertidumbre. Fue la madrastra de Tutankamón, fue reina y existe el consenso de que fue incluso faraón, con el nombre de Nefer-neferuaten y tal vez posteriormente como Smenjaré, aunque este extremo está en disputa.
La fama deriva del magnífico busto que la representa, una de las piezas de arte más admiradas del Antiguo Egipto y que está expuesto en el Museo Neues de Berlín. Es un busto realista, que la refleja como una mujer madura de una extrema belleza, que inspiro una de las novelas más conocidas de Terenci Moix.
El estudio de Porcelli es el tercero realizado con un radar para evaluar la posible existencia de una cámara secreta. Sus resultados son concluyentes, por lo que presuntamente acallará para siempre los rumores. Según su informe final, al que ha tenido acceso el diario local Al Ahram, su evaluación goza de “un alto grado de confianza”. Un análisis anterior, realizado también con tecnología de radar GPR por parte de un equipo de la compañía National Geographic también había desmentido la teoría inicial apoyada por el prestigioso egiptólogo británico Nicholas Reeves. Su tesis se basa en los resultados de un primer examen con radar elaborado por un equipo de expertos japonés.
La opinión de Reeves fue puesta en tela de juicio por otros reputados egiptólogos, como Zahi Hawass. Sin embargo, el ministro de Antigüedades de la época, Mamduh el-Damaty, abrazó con determinación la existencia de una cámara secreta, quizás con la finalidad de promocionar la imagen exterior de Egipto con fines turísticos. El sector sufrió un duro golpe en 2015 a causa de un atentado que derribó un avión de pasajeros rusos en la península del Sinaí provocando la muerte de 224 personas. En los últimos tiempos, el ministerio de Antigüedades se ha esforzado en anunciar a bombo y platillo cualquier nuevo descubrimiento arqueológico, a veces, exagerando su importancia.
https://elpais.com/internacional/2018/05/07/mundo_global/1525694971_410456.html

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