- Son pocos los aparatos y objetos realmente funcionales
N o sé si alguna vez han sentido el impulso de vaciar la cocina de cachivaches para quedarse sólo con lo que verdaderamente resulta útil. Si es así, seguramente habrán encontrado artilugios que ni siquiera recordaban que tenían o que no han llegado a estrenar.
¿Han pensado con qué se quedarían, si tuvieran que salvar tres o cuatro objetos? Cuando la pregunta se le hace a alguien que se dedica profesionalmente a cocinar, lo primero que les viene a la cabeza son sus cuchillos. No hay cocinero o cocinera que no defienda, por encima de todo, ese instrumento afilado que dominan como nadie.
¿Han pensado con qué se quedarían, si tuvieran que salvar tres o cuatro objetos?”
Seguramente los robots de cocina a los que en algunas casas son adeptos, parecerán una antigualla cuando lleguen artilugios mucho más precisos, sofisticados e inteligentes que ya asoman en las ferias. Entonces nos parecerán prehistóricos algunos cacharros que un día tuvimos en la cocina aunque no los usáramos.
¿Cuántas veces pusieron en marcha aquel armatoste de la yogurtera? ¿Cuántas veces no usaron la licuadora para no tener que perder una hora limpiándola? ¿Cuántos sushis prepararon con la máquina de hacer rollitos? ¿Cuántos melones rebanaron con el aro corta-melones? ¿Cuántas veces hicieron palomitas con la máquina? ¿encendieron la fuente chocolates? ¿Cuántos espaguetis salieron de aquel metal dentado que les hizo sentirse italianos durante un verano y que un día apareció oxidada en algún armario?
¿Cuántas veces pusieron en marcha aquel armatoste de la yogurtera? ¿Cuántas veces no usaron la licuadora para no tener que perder una hora limpiándola?”
En todas las cocinas hay trastos. Y aparatos mágicos que resistieron el tiempo con su diseño simple y acertado: ahí están la batidora, el exprimidor más simple, una buena tostadora, la picadora de carne o la maravillosa cafetera Oroley, con la nostalgia del aroma matinal de las casas de nuestra infancia. Siempre a punto para entrar en accióncuando en casa se va la luz o se acaba el café en monodosis.
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