domingo, 21 de febrero de 2021

La demografía sonríe a EE.UU. en su pulso con China

 


Un hombre caminando por las calles desiertas de la ciudad de Nueva York en abril del 2021, en la primera ola de la pandemia 

 Cindy Ord


Es la gran plastilina de la geopolítica, incluso más que la economía y el músculo militar. ¿De quién será el siglo XXI? ¿Y el XXII? Pregunten a la demografía



Barcelona era una ciudad de 400.000 habitantes –en una España que apenas alcanzaba los 17 millones– cuando los hermanos Carlos y Bartolomé Godó fundaron La Vanguardia hace 140 años. Europa llevaba todavía las riendas del mundo, aunque su hegemonía no tardaría en apagarse. Con las guerras mundiales, Estados Unidos se consolidó como superpotencia económica y militar. Hoy el cetro se lo disputa China, y parece que la pandemia sopla a su favor: los últimos cálculos apuntan que en el 2028 se coronará como primera economía.

Detrás de estos bailes de poder, hay una constante: la demografía. Es la gran plastilina de la geopolítica, incluso más que la economía y el músculo militar. “Pocos factores influyen más en la competición a largo plazo entre potencias que los cambios en el tamaño, capacidades y características de las poblaciones nacionales”, escribe el economista estadounidense Nicholas Eberstadt. La emergencia de EE.UU., sostiene, se explica más por razones demográficas que por la geografía o los recursos naturales. En 1850 tenía 23 millones de habitantes, 13 menos que Francia; hoy suma 330, más que Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y Países Bajos juntos.

El declive europeo, el debilitamiento de su posición en el mundo, tiene también una clave demográfica. Cuando nació este diario, el equivalente de la UE de los 27 suponía casi un 20% de la población mundial. El porcentaje había bajado al 12% en 1960, hoy es el 6% y se estima que habrá caído al 4% en el 2070, advierte la Comisión Europea en su último informe.

Densidad de población en Europa

Los espacios con más densidad de población en Europa. 

 Eurostat

La demografía moldea el mundo, lo transforma. Es la corriente subterránea que imprime decadencias y apogeos. Explica el pasado y nos permite aventurar el futuro. ¿De quién será el siglo XXI? ¿Y el XXII?

En 140 años de La Vanguardia , la humanidad ha seguido a pies juntillas aquello del “Creced y multiplicaos”. Concretamente, se ha multiplicado casi por seis: ha pasado de 1.300 a 7.700 millones de personas. Seguirá creciendo, pero a un ritmo mucho más moderado: en el 2050 seremos 9.700 millones, 11.200 en el 2100.

De hecho, África subsahariana es la única región que mantendrá un fuerte crecimiento durante lo que queda de siglo. En el 2100 serán africanos cinco de los 10 países más poblados. Oiremos hablar mucho más de Nigeria, que desbancará a EE.UU. en el tercer puesto, con 733 millones (hoy, con 206, es el séptimo). Asia, el continente que más ha crecido –de 1.451 millones en 1951 a 4.600 hoy–, alcanzará su pico en el 2050 y luego iniciará la caída, aunque también ahí hay emergentes, como Indonesia o Filipinas.

El envejecimiento solía ser solo un problema de Europa y Japón; ahora es un fenómeno global del que solo escapa África

La otra gran tendencia del siglo es el envejecimiento. Hace décadas que es un problema en las sociedades desarrolladas (Japón y Europa, sobre todo), pero hoy es un fenómeno global del que solo escapa África. En el 2018 se produjo un hito: por primera vez en la historia el mundo tuvo más mayores de 65 años que niños menores de cinco. El proceso seguirá. En el 2050, se estima que los mayores de 65 superarán también a la franja de 15-24 años, mientras que los octogenarios se habrán triplicado.

Es una cuestión acuciante en Europa, el continente con una población más envejecida (no es casualidad que la covid haya causado estragos). Japón lidera el ranking de países con más población sénior (el 28,2% tiene más de 65), pero los siguientes en el top ten son todos europeos: Italia, Finlandia, Portugal, Grecia, Alemania, Bulgaria, Croacia, Francia y Letonia.

Ningún país de la UE alcanza el índice de fecundidad de 2,1 hijos por mujer para el reemplazo generacional. La población en edad laboral –la que paga los impuestos que financian las pensiones o los gastos en sanidad que ahora se disparan– caerá del 59% hoy al 51% en el 2070. Si no fuera por la inmigración, la caída sería en picado.

A view shows a crowd and shops at Al Ataba, a market in central Cairo, Egypt February 10, 2020. Egypt's population has now reached 100 million and according to Aleksandar Bodiroza, representative of the U.N, the pressure Egypt faces is acute. 97% of its people live on just 8% of its territory, crowded along the Nile, Egypt's population is growing by 2.5 million people a year and six people in ten are under 29 years old. Picture taken February 10, 2020. REUTERS/Mohamed Abd El Ghany - RC2CYE9V1DPO

El atestado mercado de Al Ataba, en el centro de El Cairo, hace un año, antes de la llegada del virus 

 Mohamed Abd El Ghany

El peso económico de Europa se encoge. Si en el 2004 representaba el 18,3% del PIB mundial, en el 2018 había bajado al 14,3%. “Con una población en edad laboral que se reduce, hay riesgo de que la tendencia continúe o incluso se acelere”, advierte la Comisión. “Europa necesitará ser más fuerte, más unida y más estratégica en la forma en que piensa, actúa y habla”.

La sirena también suena en Rusia, cuyo acelerado envejecimiento y caída de la población le obligará a atemperar sus ambiciones geopolíticas.

La demografía inquieta asimismo en China, a la que India adelantará esta década como país más poblado. Si el milagro chino tuvo una clave demográfica –en 1975-2010 la población en edad laboral casi se dobló–, ahora la demografía es su “talón de Aquiles”, en palabras del experto francés Gérard-François Dumont. China registra hoy 1,6 hijos por mujer, consecuencia de la política del hijo único y el déficit de mujeres que ha provocado, algo que además tardará decenios en resolverse.

China será antes vieja que rica: mientras que EE.UU. crecerá un 38% entre el 2000 y el 2050, China solo lo hará un 6%

Las proyecciones auguran que en el 2100 habrá caído a 1.200 millones de habitantes, menos que en 1985. Su población en edad laboral lleva cinco años en retroceso, los ancianos pasarán de 135 a 325 millones de aquí al 2040. Conclusión: “China será antes vieja que rica”, ha escrito Dumont.

Mientras tanto EE.UU., su gran rival, dibuja una trayectoria inversa, gracias a la inmigración y a que es el único país rico con un índice de fecundidad de reemplazo. Entre el 2000 y el 2050, EE.UU. crecerá un 38%, mientras que China solo lo hará un 6%. La brecha se agrandará en la segunda mitad del siglo XXI: EE.UU. crecerá todavía un 15%, y China caerá un 25%.

La demografía sonríe a Estados Unidos en su pulso con China. Es sobre todo una cuestión de capital humano, una ventaja que Europa, pese a sus apuros, también tiene todavía. Desde hace más de un siglo, Estados Unidos ha contado con la mayor fuerza laboral especializada del mundo, e incluso hoy tiene el doble de habitantes en edad laboral con estudios universitarios que China, y casi la sexta parte del total mundial, señala Eberstadt.

Pero apenas arranca el tercer decenio del siglo XXI, y si algo ha demostrado la pandemia es que hay quiebros en el camino que no se pueden prever. Cuando La Vanguardia cumpla dos siglos, en el 2081, ¿cómo será el mundo? Pregunten a la demografía.