Reino Unido se juega mucho en un frente que pocos vieron venir: el resurgir del yen. Pocas divisas pueden perder tanto con la recuperación de la moneda nipona como la libra esterlina este año. Los inversores se han estado deshaciendo de la libra esterlina por la opinión de que el debilitamiento de la economía del Reino Unido evitará que el Banco de Inglaterra sea tan agresivo como sus contrapartes en el resto del mundo. La diferencia es más pronunciada cuando se compara con Japón, donde los años de política monetaria ultra laxa finalmente pueden estar llegando a su fin , impulsando al yen a niveles frente al dólar que no se veían desde junio.
La ventaja de rendimiento de la libra sobre el yen ya está disminuyendo. El diferencial entre los rendimientos de los bonos británicos y japoneses a 10 años se ha reducido unos 10 puntos básicos desde que el Banco de Japón sorprendió a los mercados el mes pasado al duplicar el límite máximo de los rendimientos de referencia. Mientras tanto, la brecha de rendimiento entre los bonos del gobierno japonés y los bonos del Tesoro de EEUU cambió poco, al igual que el diferencial con los bonos alemanes.
La libra ha caído un 3% frente al yen desde el cambio de política del BOJ. Esa es la mayor caída entre las monedas del Grupo de los 10 y subraya los desafíos que aún enfrenta la moneda, que acaba de salir de su peor año desde el Brexit.
"No veo que la libra supere al yen este año a menos que suceda algo extraordinario", dijo Kit Juckes, estratega jefe de FX de Societe Generale SA, quien ve espacio para que el par libra-yen caiga a 120. "El yen es una compra contra casi todo".
El par libra-yen se desplomó a 158 a fines de diciembre, el nivel más bajo en casi tres meses. La estratega senior de FX de Rabobank, Jane Foley, dijo que podría llegar a 150 si el BOJ comienza a aumentar las tasas de interés, lo que espera que suceda en la segunda mitad del año. El par no ha cerrado por debajo de ese nivel desde finales de 2021 y actualmente cotiza un 4% más fuerte.
"La libra tiene la capacidad de ablandarse en una visión amplia", dijo Foley. "Si al mismo tiempo tenemos al BOJ haciendo ruidos de que puede modificar aún más su política, entonces también podríamos verlo caer frente al yen".
Si bien los funcionarios japoneses dijeron repetidamente que el movimiento del mes pasado no debería verse como un giro agresivo, el yen se recuperó con fuerza desde los mínimos alcanzados en meses anteriores, ya que los inversores lo vieron como un primer paso para poner fin a la política de tasa de interés cero.
Mientras tanto, en el Reino Unido, los funcionarios pueden tener dificultades para seguir aumentando las tasas, ya que los economistas pronostican una desaceleración de la actividad más severa que en los EE. UU., Europa o Japón. El mes pasado, el BOE elevó las tasas en medio punto como se esperaba, pero los miembros de la junta estaban divididos de tres maneras sobre la decisión, contrarrestando las expectativas del mercado sobre la escala de futuros aumentos.
La libra cayó un 11% frente al dólar el año pasado debido a que una combinación de una economía tambaleante y una inflación en aumento hizo que los niveles de vida se desplomaran y alimentara los peores disturbios industriales en décadas. Si bien la moneda borró las pérdidas provocadas por los planes de gasto mal recibidos de la ex primera ministra británica Liz Truss, conocidos como "minipresupuesto", no ha logrado ganar mucho más. "Las curvas de rendimiento GBP/JPY y Reino Unido-Japón podrían divergir significativamente", escribió el analista de Saxo Bank FX John Hardy en una nota el mes pasado.
