sábado, 2 de agosto de 2025

Un nuevo estudio indica el momento exacto en que el cuerpo acelera su envejecimiento



(Kindel Media - Pexels)



Investigadores han confirmado que el deterioro de nuestro cuerpo no es gradual, sino que se dispara a partir de los 50. El descubrimiento abre la puerta a una nueva generación de tratamientos preventivos



El envejecimiento humano no es un proceso lineal y progresivo, sino que se produce en bruscos acelerones biológicos que van siendo más frecuentes según nos hacemos mayores. Ahora, un equipo de investigadores de la Academia China de Ciencias, ha identificado el momento exacto en que nuestro cuerpo pisa el acelerador del deterioro: alrededor de los 50 años.

Según explican los científicos en nuevo estudio publicado en la prestigiosa revista Cell, a partir de la cincuentena la velocidad de envejecimiento de nuestros tejidos y órganos se vuelve considerablemente más empinada que en las décadas anteriores.

Para llegar esta conclusión, los investigadores han analizado la evolución de las proteínas en siete sistemas corporales: cardiovascular, digestivo, inmunitario, endocrino, respiratorio, tegumentario y musculoesquelético. Y el mayor deterioro, aseguran, se observa sobre todo en la evolución de nuestros vasos sanguíneos.


Cómo lo han descubierto

Los investigadores analizaron muestras de tejidos de 76 donantes de órganos, entre 14 y 68 años, que habían fallecido por traumatismo craneal accidental. Luego catalogaron meticulosamente cómo cambian los niveles proteicos con la edad, comparando sus hallazgos con bases de datos de enfermedades.

"Basándose en los cambios proteicos asociados al envejecimiento, desarrollamos relojes de edad proteómicos específicos para cada tejido y caracterizamos las trayectorias de envejecimiento a nivel de órgano", explican los autores del estudio.

El equipo Identificó 48 proteínas relacionadas con patologías que aumentan sistemáticamente con los años, incluyendo enfermedades cardiovasculares, fibrosis tisular, hígado graso y tumores hepáticos.

Los resultados muestran que los cambios más dramáticos ocurren entre los 45 y 55 años. Es en este periodo cuando muchos tejidos experimentan lo que los científicos denominan remodelación proteómica sustancial. La aorta —la arteria principal de nuestro cuerpo— mostró los cambios más marcados, demostrando una "fuerte susceptibilidad al envejecimiento". Aunque el páncreas y el bazo también exhiben alteraciones importantes.

Para validar sus hallazgos, los investigadores realizaron un nuevo experimento con modelos animales. Aislaron una proteína asociada al envejecimiento de las aortas de ratones ancianos y la inyectaron en ratones jóvenes. Los resultados fueron sorprendentes. Los animales tratados mostraron menor rendimiento físico, disminución de la fuerza de agarre, menor resistencia y peor equilibrio y coordinación.


Un mapa del envejecimiento

El nuevo estudio confirma que el envejecimiento no se da de manera un uniforme, sino que es un proceso complejo y escalonado que en el que participan diferentes sistemas orgánicos. Trabajos previos de otros grupos de investigación habían identificado otros dos picos de envejecimiento, el primero ocurre alrededor de los 44 años y el siguiente más cerca de los 60.

"Nuestro estudio está preparado para construir un atlas proteómico multitisular comprensivo que abarque 50 años de todo el proceso de envejecimiento humano", señalan los investigadores. Esta información podría ser crucial para desarrollar intervenciones médicas dirigidas que hagan más llevadero el proceso de envejecimiento.

Los científicos han identificado candidatos a senoproteínas —proteínas que impulsan el envejecimiento— incluyendo la GAS6, que parece impulsar tanto el envejecimiento vascular como sistémico. Estos hallazgos servirán para entender mejor cómo y cuándo el envejecimiento afecta partes específicas del cuerpo en momentos específicos y podría servir para desarrollar una nueva generación de tratamientos preventivos.

"Estos conocimientos pueden facilitar el desarrollo de intervenciones dirigidas para el envejecimiento y las enfermedades relacionadas con la edad, allanando el camino para mejorar la salud de los adultos mayores", concluyen los autores.