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"Somos una generación enterrada". Este es el título del informe de Human Rights Wath (HRW, en adelante) sobre la violencia y discriminación que sufren las minorías sexuales en Irán.
El informe se basa en los testimonios de más de 100 iraníes y documenta la violencia y la discriminación contra gays, lesbianas y transexuales. Arrestos, detenciones arbitrarias, invasiones de la privacidad, maltrato y tortura de detenidos, así como falta de garantías del proceso judicial.
"Los miembros de las minorías sexuales en Irán están asediados por todas partes", afirmó Sarah Leah Whitson, directora para Oriente Medio de Human Rights Watch. "Las leyes están su contra, el Gobierno los discrimina abiertamente y están expuestos al hostigamiento, el abuso y la violencia debido a que los responsables creen que pueden atacarles con impunidad", agregó.
El asedio a los homosexuales es constante. Las fuerzas de seguridad de Irán, entre ellas la policía y el basij, las fuerzas paramilitares, arrestan a personas que consideran gays. Los incidentes suelen ocurrir en parques y cafés, aunque HRW también documentó casos en los que las fuerzas de seguridad allanaron casas y vigilaron sitios de Internet con el propósito de detener a personas sospechosas de mantener una conducta sexual no conforme con lo establecido.
Testimonios del horror
Navid, un hombre gay de 42 años propietario de un café en las afueras de Teherán, relata como sufrió un ataque en 2007 a manos de dos agentes de paisano que después supo que eran miembros del basij local. Cuenta que lo capturaron cuando estaba saliendo del trabajo, lo esposaron y lo llevaron a su casa. Después lo arrojaron fuera del vehículo, le golpearon y le obligaron entrar a su casa, donde le atacaron sexualmente. "[Uno de ellos] me introdujo su pene en la boca por la fuerza, me arrastraron hasta el baño y me lavaron con agua fría. Estuvieron golpeándome por todas partes durante todo el tiempo".
Navid describe también cómo los agentes se lo llevaron después a otro edificio, donde lo encerraron en una cocina maloliente y llena de cucarachas. Allí, lo violaron.
Sin garantías legales ni judiciales
Los acusados de delitos de prácticas sexuales con consentimiento con personas del mismo sexo tienen pocas posibilidades de recibir un juicio justo. Los jueces ignoran las disposiciones sobre la necesidad de aportar pruebas del Código Penal en los casos de sodomía y suelen aceptar en cambio las confesiones obtenidas mediante tortura física y presión psicológica extrema. Estas pruebas son consideradas inadmisibles tanto por la legislación iraní como por la internacional.
El Código Penal criminaliza todas las relaciones sexuales fuera del matrimonio tradicional. Además, Irán es uno de los únicos siete países del mundo ( los otros son Mauritania, Nigeria, Arabia Saudita, Somalia, Sudán y Yemen) con leyes que permiten ejecuciones por haber practicado sexo consentido entre personas del mismo sexo.
Los "delitos" de relaciones entre personas del mismo sexo se consideran hudud, ofensas contempladas por la sharia o ley divina reciben castigos extremadamente severos. La sodomía puede acarrear la pena de muerte y otras formas de sexo sin penetración entre hombres están penadas con hasta un centenar de latigazos. Las relaciones sexuales entre mujeres, o mosaheqeh, reciben castigos similares.
Los besos "lujuriosos" entre dos hombres y dos mujeres se condenan con 60 latigazos, y el delito de "dos hombres sin relación consanguínea hallados desnudos bajo la misma sábana sin necesidad alguna" se castiga con 99 latigazos.
Finalmente, la total falta de transparencia en Irán, con juicios a puerta cerrada, hace imposible determinar qué proporcion de los acusados y ejecutados lo han sido por conductas consentidas o por violaciones o prácticas sexuales forzadas.
Por María Crespo from elmundo.es 15/12/2010
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