martes, 29 de marzo de 2011

Lo que los músculos esconden

Foto from ABC.es

Camellos, consumidores, monitores y usuarios muestran las bambalinas del tráfico de anabolizantes en los gimnasios.
Utiliza el nombre de Hércules en foros y páginas de anuncios de la Red para hacerse con clientela. Lanza un mensaje suculento para un mercado que suma adeptos con gran facilidad año tras año: «Dispongo de anabolizantes originales de farmacia. Calidad, seriedad y precios inmejorables garantizados». Tras contactar vía e-mail con este camello del músculo, oculto tras un «nick» heroico, facilita su número telefónico. No tiene inconveniente en contar cómo mueve su pequeño negocio, el mismo que están explotando ahora las mafias por ser más lucrativo y menos penado que el de las drogas clásicas, según adelantó ayer ABC. Eso sí, Hércules deja claro que no es a lo que se dedica: «No vivo de esto. Siempre he sido autónomo. He tenido mi pequeña empresa y he estado trabajando. Por culpa de la crisis o del Gobierno tengo que sobrevivir así». Hércules tiene 44 años y lleva veinte dedicado al culturismo; quince de los mismos ciclándose, es decir, administrándose sustancias químicas anabolizantes para ganar masa y eliminar grasa.
Arte ficticio
«Amo el deporte y el culturismo y, si uno quiere aspirar a algo en este mundillo, por fuerza tiene que meterse ciclos de anabolizantes», argumenta. Pese a que este hombre se publicita en internet, al igual que decenas de traficantes de este mercado, asegura que solo una minoría de clientes le llega por el ciberespacio. «La mayoría son amigos míos. Como yo me ciclo y tengo compañeros que me preguntan dónde los compro, se lo paso. Solo llevo unos meses distribuyendo a interesados», se excusa.
Apuntando a las falsificaciones que abundan en este ámbito farmacéutico, el traficante aclara que las sustancias de todo tipo que vende son «buenas», y que ninguna proviene de China, sino de «España, Portugal y Reino Unido». La única que llega del gigante asiático es la hormona de crecimiento. «Los que se la toman de España —apunta—, sin que se rompa la cadena de frío, son los futbolistas de elite. El resto, donde me incluyo, nos la tomamos de China, por 300 euros, obteniendo resultados peores». «De todos modos —continúa— para ver resultados con esta hormona hay que estar dos años consumiéndola y es muy cara. Por eso, yo no la paso. No rejuvenece quince años como dice la gente. Solo te multiplica las células. Siempre aconsejo que antes de tomarla se haga un análisis por si hay alguna célula cancerígena».
Jóvenes suicidas
Hércules es consciente y percibe que cada vez hay más interés por estos productos químicos. «Ahora hay mucha más información que hace veinte años. Antes, encontrar anabolizantes era carísimo. Hoy está tirado. Hay mucho mercado negro porque interesa y por poco más de 200 euros se tiene un ciclo de ocho semanas». El problema, según arguye, es que los nuevos aficionados solo se centran en los músculos y dejan en un segundo plano la salud. «La gente joven solo quiere ponerse grande y solo tiene dinero para los anabolizantes, no para el postciclo —que contrarresta los efectos secundarios—. Muchos se toman solo una cosa», revela este culturista, que enumera un largo etcétera de perjuicios adheridos al consumo de esteroides: «tumores en el hígado, cáncer de próstata, caída del pelo, impotencia, problemas con los riñones,...».
Manu, monitor de un gimnasio de Las Rozas (Madrid), comparte la misma impresión que Hércules. «Se está primando el aspecto físico sobre la salud y vamos a peor», sentencia. Este profesional de 34 años, que lleva once como entrenador en distintas salas de deporte de Madrid, aprecia que desde hace cinco años a hoy «hay mucha más gente consumiendo anabolizantes. Se nota, además, que de cara al verano es cuando más se toman o inyectan. De repente, llega julio y ves a un tío que hace dos meses pesaba 80 kilos que ha subido a 95 y sin nada de grasa».
El monitor, el contacto
Manu opina «sin ninguna duda» por su experiencia que normalmente «es el monitor más “mazado” el contacto para ciclarse». El acceso a este mundo artificial siempre sigue el mismo esquema: «Llega al gimnasio un niño de 18 años, empieza a entrenar para ganar fuerza y pasado un tiempo se estanca; su cuerpo no da más de sí. Es ahí cuando comienzan los problemas psicológicos y como recurso pregunta al monitor qué puede utilizar para ensanchar. Primero comienza con los suplementos no prohibidos, las ayudas ergogénicas (proteínas, hidratos de carbono, cafeína, etc.). El chaval vuelve a ganar masa, pero se vuelve a estancar y es cuando ya entra en contacto con el monitor o entrenador que se cicla», detalla Manu. Siempre y cuando no se lo haya propuesto antes el profesional al usuario, como ha comprobado Óscar en alguna ocasión en los trece años que lleva entrenando en gimnasios madrileños.
Él mismo confiesa que ha visto pastillas Viagra —para la impotencia— en la cartera de algún compañero de sala en los vestuarios. Hércules habla de la consabida disminución de la libido asociada a los esteroides. «Mientras uno se cicla el cuerpo deja de generar testosterona porque te las estás metiendo tú, pero luego hay medicamentos para que el cuerpo la siga fabricando durante y después del ciclo. Jamás he tenido problemas porque he sabido administrármelo».
Enganche psíquico
José (nombre ficticio), de 30 años, lleva más de cinco aplicándose sustancias anabólicas. Pese a ser consumidor permanente, no se considera un adicto, aunque confiesa que sí engancha «psicológicamente». Este treintañero asegura que el mercado principal donde se puede adquirir anabolizantes está en internet, aunque también es muy fácil hacerse con ellos en gimnasios y algunas tiendas de nutrición.
Discrepa Carlos, quien solicita Winstrol —uno de los productos estrella para gente que se está iniciando— en un foro de internet. Facilita su número. Es reacio a dar información sobre los motivos de su búsqueda cibernética. De hecho sostiene que la Red no es fiable: «Donde más se vende es en los gimnasios. La gente prefiere comprárselo a alguien fiable. En internet hay mucha estafa».
Cien abdominales, doscientos, quinientos; una hora de ejercicio aeróbico, dos, tres; 20 kilos de pesas, 40, 60, más y más... Todo tiene un límite. El experto de Virgin considera que por mucho que se entrene «el aspecto físico que se logra con esteroides es imposible por vía normal. El mejor sustituto para pasar de estos compuestos perjudiciales es una dieta sana y mucho esfuerzo», algo que no todos están dispuestos a soportar.
Efectos adversos de los anabólicos
Disfunción eréctil
Impotencia y desinterés sexual. También esterilidad manifestada en una cantidad y calidad de esperma reducida

Ginecomastia
El tejido del seno del hombre aumenta notablemente a consecuencia del cambio hormonal

Problemas hepáticos
Deterioro de la función excretora (ictericia), quistes con sangre (peliosis hepática), tumores y cáncer hepático entre otras anomalías
Ataque cardiovascular
El abuso de los esteroides ha sido asociado con enfermedades cardiovasculares, incluyendo ataques al corazón y al cerebro
Por TATIANA G. RIVAS / MADRID from ABC.es 28/03/2011
http://www.abc.es/20110328/sociedad/abcp-musculos-esconden-20110328.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.