lunes, 20 de octubre de 2014

El BCE debe romper el vínculo entre bancos y países



Si la crisis de deuda de la eurozona nos enseñó algo fue que la conexión entre los bancos y los países debe romperse. Está claro que no todo el mundo ha tomado nota.
Los gobiernos portugués y griego han creado otro vínculo que equivale a una promesa de inyectar capital si sus bancos se meten en problemas. Esto debería preocupar al Banco Central Europeo como preocupa a los inversionistas, que no se creen del todo que los bancos hayan limpiado realmente sus balances.
Se trata en concreto de los activos por impuestos diferidos en manos de los bancos lusos y helenos. Estos activos se crean cuando una empresa registra grandes pérdidas y les conceden descuentos en futuras declaraciones de impuestos.
La trampa está en que este tipo de activos sólo pueden utilizarse si un banco genera los suficientes beneficios sujetos a impuestos como para usarlos como compensación. Esto significa que no pueden convertirse en efectivo en periodos de problemas.
Las nuevas normas de capital Basilea III para los bancos reconocen esto al señalar que estos tipos de activos por impuestos diferidos ya no pueden contabilizarse como capital. En Europa, los bancos han ido eliminándolos progresivamente para que en 2019 ya no sean parte del core capital.
En el caso de los bancos que generaron grandes pérdidas en la crisis de la eurozona, esto es un problema. Sin embargo, no hay que preocuparse: España, Italia Portugal y ahora Grecia ha ideado un astuto plan.
Con unos pocos cambios legislativos, estos países han aprobado leyes que convierten los activos por impuestos diferidos en créditos por impuestos diferidos. La diferencia es que un banco necesita lograr un beneficio para conseguir el valor de un activo por impuestos diferidos. Pero en el caso de un crédito, el banco puede reclamar un descuento en un impuesto si logra un beneficio o un pago del Estado si incurre en una pérdida. Y lo mejor de todo es que los créditos por impuestos diferidos aún cuentan como capital.
España hizo el cambio hace un año e Italia lo había hecho dos años antes que España. Portugal y sobre todo Grecia han aprobado leyes más recientemente, justo cuando está a punto de conocerse el resultado de la revisión de calidad de los activos del BCE y las pruebas de solvencia a los bancos europeos.
La ley portuguesa impuso requisitos adicionales a los bancos del país que se supone que deben proteger a los contribuyentes de eventuales reclamaciones de los bancos. El BCE se hizo eco de esto, pero aún así mostró su preocupación en una opinión legal publicada en septiembre.
En Grecia, la legislación señala que el Estado se haría cargo de los créditos pagando a los bancos en deuda soberana de nueva emisión. Eso deja a los contribuyentes ante la perspectiva de ver cómo se emite deuda nueva a su nombre para apuntalar a los bancos del país en caso de que se metan en problemas.
En el caso de Alpha Bank y National Bank of Greece, perder los activos por impuestos diferidos habría reducido en cuatro puntos porcentuales su core capital, según Citigroup. La conversión en créditos por impuestos diferidos cierra esta brecha. En el caso de Piraeus, los activos equivalen a 3,6 puntos porcentuales de capital y en el de Eurobank equivalen a 6 puntos porcentuales, más o menos la mitad de su base de capital.
El BCE no tiene poder para cambiar la legislación nacional. Pero en su nuevo papel como supervisor único de todos los bancos de la eurozona, puede dictaminar que estos tipos de compromiso estatal no se contabilicen como capital.
El banco central debería ejercer este poder mientras termina su revisión de los activos en las próximas dos semanas. Es el único modo de garantizar que los bancos de la eurozona hayan cortado realmente el vínculo con sus países.
http://lat.wsj.com/articles/SB10489115138694863277004580212203581015436?tesla=y&mg=reno64-wsj&url=http://online.wsj.com/article/SB10489115138694863277004580212203581015436.html

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