‘Toxina’, ‘orgánico’ y ‘teoría’, entre los términos científicos que se suelen emplear incorrectamente. Aquí su verdadero sentido.
¿La meteorología es muy mala estos días? ¿Bebió mucho alcohol anoche y tiene el cuerpo lleno de toxinas? ¿Los alimentos orgánicos son mejores porque son más naturales? No, no y no. Ninguna de estas frases tiene sentido. He aquí ocho palabras relacionadas con la ciencia que se emplean con frecuencia de forma incorrecta.
1. Toxina. Es muy fácil encontrar decenas de artículos que proponen eliminarlas del cuerpo. Tabaco, alcohol, azúcar e incluso gluten, aparecen en la relación de toxinas, según ciertas publicaciones y páginas web. Más allá de que el fondo es errado, confunden también la forma. Una toxina no es cualquier sustancia que resulta dañina (o que una revista decide que lo es), sino una sustancia venenosa producida por un ser vivo.
2. Meteorología. “La meteorología era adversa”. Esa frase, que se oye con cierta frecuencia, no tiene ningún sentido. Meteorología es la ciencia que estudia la atmósfera y los meteoros, así que difícilmente puede ser buena o mala. Se emplea incorrectamente en lugar de ‘tiempo’. Igual le sucede a clima, que es “el conjunto de condiciones atmosféricas que caracterizan a una región”. El citado meteoro no es lo mismo que un meteorito, por cierto. Se llama así a los fenómenos atmosféricos, como la lluvia, el viento o la nieve.
3. Químico. Algo con químicos o con química es entendido por buena parte de la población como algo con sustancias artificiales, incluso perjudiciales. El término se usa como antónimo de natural, cuando no hay nada más natural que la química. Todos somos química, estamos hechos de ella y todo lo que nos comemos lo es.
4. Orgánico. Legalmente, tanto orgánico como biológico son términos que se usan para hablar de la agricultura ecológica, es decir, la que no se vale de insumos artificiales o sintéticos. Sin embargo, tanto la ciencia como el diccionario contradicen a la legislación. Los alimentos orgánicos son todos aquellos que consumimos, ya que todos están compuestos o han sido seres vivos basados en el carbono.
5. Biológico. Desde el punto de vista científico y semántico, todos los alimentos son biológicos en tanto que han estado vivos. Algo no biológico sería, por ejemplo, una piedra. Sin embargo, la industria de la agricultura ecológica consiguió apropiarse de este término, de forma que en Europa no es legal etiquetar un alimento como biológico si no procede de este tipo de explotación. Como consecuencia, numerosos productos tuvieron que eliminar el prefijo bio de sus nombres a partir del año 2005, cuando una sentencia así lo estipuló.
6. Teoría. En ciencia, una teoría no es una hipótesis. Se trata de una explicación de observaciones avalada por pruebas experimentales. Así, por ejemplo, la teoría de la relatividad de Einstein no es una simple conjetura, es una explicación contrastada gracias a la cual funcionan decenas de aspectos de nuestra vida cotidiana, como los GPS, por ejemplo. Como decía Carl Sagan, “la evolución no es una teoría, es un hecho”.
7. Relatividad. Si decimos que “todo en la vida es relativo”, no lo asociemos después a Albert Einstein. Su teoría nada tiene que ver con el sentido popular de la expresión. Se basa, muy resumidamente y a grandes rasgos, en que espacio y tiempo son relativos al movimiento del observador. Es un concepto físico, no social.
8. Vena aorta. Al buscar este término entrecomillado en Google encontramos 17.300 resultados. Sin embargo, la aorta no es una vena, es una arteria. Es decir, nace en el corazón para regar de sangre el resto del cuerpo, y no al revés.
http://elpais.com/elpais/2014/10/14/buenavida/1413285933_823744.html
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