El iPhone Xr. (Foto: C. Castellón)
Tim Cook no ha contado toda la historia. Los datos demuestran que son las decisiones de Apple, y no tanto el parón en la economía china, las que explican su último batacazo financiero
Es el mayor palo financiero en Apple en 17 años. Anoche Tim Cook, su consejero delegado, sorprendió a todo el mundo con un comunicado en el que reconocía que la compañía va a ingresar en su último trimestre 9.000 millones de dólares menos de lo esperado. Y la culpa la tiene, asegura, China y el iPhone. Es la versión oficial. La economía china ha comenzado a frenarse desde mediados de 2018 y uno de los primeros gastos que han recortado allí los consumidores es el de la renovación de su móvil. Apple, con un 20% de ingresos provenientes de China, es una de las primeras grandes tecnológicas afectadas. Cook, sin embargo, no cuenta toda la historia. Los datos demuestran que son las propias decisiones de Apple, y no tanto el parón en la economía china, las que explican semejante batacazo financiero.
Cook ha reconocido que la gente ya no renueva tanto su iPhone como antes. Y no solo en China, también en Europa y EEUU. ¿Por qué? El jefe de Apple habla de cómo los consumidores ya no disfrutan de tantos subsidios de las operadoras (en EEUU; en España los subsidios llevan muertos desde hace años). Habla también de la fortaleza del dólar y de que muchos consumidores están optando por aprovechar los descuentos en el reemplazo de baterías para aguantar unos años más sin comprar un nuevo terminal. Todo esto es cierto, pero son factores que explican solo una pequeña parte de la foto. ¿Por qué los iPhone se venden de verdad cada vez menos?
Ya no tiene sentido cambiar cada dos años
La industria de los smartphones está saturada. Los móviles se han convertido en 'commodities': para cada modelo hay casi una docena de alternativas y apenas se diferencian entre ellos. Es un sector que nació con el primer iPhone en el 2007, tardó dos o tres años en explotar y tuvo su pico máximo entre el 2014 y 2015. En esa época, según datos de la consultora BayStreet Research, en EEUU los consumidores aguantaban de media dos años sin cambiar de móvil. Muy poco. A finales de 2018, de 24 meses hemos pasado a 35. Casi un año más.
El 2015 coincide justo con el lanzamiento del iPhone 6s, para muchos el móvil más completo de la compañía hasta la fecha. Más de cuatro años después, sigue siendo una gran opción de compra, y por solo 335 euros. Tiene todo lo que el consumidor medio necesitaba entonces... y ahora: una cámara decente, un procesador potente, diseño cuidado, es generoso en tamaño y la batería cumple. A partir de ahí comenzaron los problemas.
Llegó el iPhone 7 y 7 Plus (2016), el 8, 8 Plus y el X (2017) y, finalmente, el Xr, Xs y Xs Max (2018). Y llegaron las dudas: ¿quién necesitaba de verdad animojis? ¿y desbloquear el móvil con la cara? La cámara doble era necesaria pero, ¿suficiente para desembolsar un dineral cuando la de 12 megapíxeles del 6s era más que competente? Los clientes de Apple, incluso los más creyentes, se han acabado cansando de renovar y renovar cada dos o tres años para encontrar que su supuesto nuevo terminal mágico no hacía nada radicalmente diferente respecto al que ya tenían en sus manos. Y, lo que es peor, tampoco respecto a los de la competencia que costaban muchísimo menos. Y de eso va el siguiente factor: precios.
Apple se equivoca con los precios y modelos
Cook ni lo menciona en su comunicado, pero la política de precios y modelos que ha seguido Apple a partir del iPhone X, diseñada para capear el parón en la industria de los smartphones, no está funcionando. Todo lo contrario: está desanimando a los consumidores a comprar un nuevo iPhone.
La tendencia en la evolución de los precios del iPhone ha sido siempre al alza, pero con importantes matices. Apple siempre se ha posicionado por encima de la media de mercado, pero hubo una época en la que comprarse el iPhone más básico suponía dos cosas: 1) pagar más, pero sin dejarse un dineral, 2) acceder a la mejor tecnología y modelo del momento. La primera vez que Apple lanzó un iPhone más asequible, el 5c, costó 599 euros, 100 menos que el 5s. Un rango de precio alto, pero asumible. El iPhone 6 y 6s se situaron en los 699 y 749 euros. Apple seguía hacia arriba, cada vez más. Ese fue quizás el punto de inflexión. A partir de ahí las mejoras con el iPhone 7 y 8 fueron marginales, pero el precio no dejó de dispararse.
Llegó el iPhone X: 1.149. Una desorbitada excepción. Era la novedad, todo el mundo quería tener uno. Las ventas funcionaron y Apple logró disparar sus ingresos medios por cliente. El espejismo duró solo un año y ha conincidido con una decisión muy discutible de precios y estrategia. El iPhone Xr, el teléfono más bajo de toda la gama actual es también el más caro de toda su historia: 859 euros por un móvil percibido como inferior. Comprar el modelo base pero completo en especificaciones, el Xs, sale por 1.159 euros. Una locura. En otras palabras: Apple pide 860 euros por un móvil con el que muchos apenas notarán diferencia respecto al iPhone 6s, que cuesta 500 euros menos. El resultado es el que estamos viendo ahora: cada vez menos gente está dispuesta a caer otra vez en el juego de cambiarse por (casi) nada a cambio.
Huawei y Xiaomi, el cambio de tendencia
Apple no está sola en su descalabro. Samsung, que ha calcado la estrategia de precios y modelos de su rival, ha visto cómo las ventas del Galaxy S9 han pinchado y están arrastrando a la compañía a un pozo financiero. Mientras ambas firmas pierden ingresos y cuota de mercado, otras dos no paran de ganar terreno: Huawei y Xiaomi.
Durante el 2018, las dos compañías chinas aumentaron su cuota de mercado en dobles dígitos mientras Samsung hacía lo mismo... en sentido inverso. Un ejemplo: Huawei adelantó a Apple el tercer trimestre del año pasado como segundo mayor fabricante de móviles del mundo, aumentando su cuota un 33% mientras Samsung caía un 13% y Apple subía solo un 0,5%. ¿Por qué? Precios. El Huawei Mate 20, un teléfono equiparable al iPhone Xr en muchos frentes, y superior en otros (como la cámara) se puede comprar ahora mismo por 700 euros, 160 menos que el Xr, el modelo 'pobre' de Apple. El Xiaomi Mi 8, equiparable en todos los frentes al Xr, sale por 500 euros, 360 menos que el terminal de los de Cupertino.
Hace cuatro años colaba. Apple podía seguir jugando con la ilusión de que uno pagaba extra por un diferencial tecnológico y de calidad. Ese filón se ha acabado. Ellos mismos han quedado en evidencia al rebajar de forma agresiva el precio del cambio de batería. ¿Para qué comprar un Xr o Xs si puedo gastarme 50 euros en renovar la batería y tener otra vez un iPhone 6 o 6s rápido y como nuevo? Toca inventarse otro campo de distorsión de la realidad.
AUTOR
MANUEL ÁNGEL MÉNDEZ
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