El filósofo Patxi Lanceros traduce y desentraña el libro más enigmático y fascinante de la Biblia
Una bestia saliendo del mar con diez cuernos y siete cabezas, ángeles volando en el cénit llevando la noticia eterna, «y se entabló guerra en el cielo», «y vi una enorme multitud que nadie puede contar, de todas la razas, y tribus, y pueblos, y lenguas, que estaban en pie, ante el trono y el cordero, vestidos con ropas blancas y con palmas en las manos», «escribe, porque estas palabras son fieles y veraces»...
Ningún libro de los que ahorman la Biblia posee tal misterio y fascinación, ninguno sugiere tamaño desconcierto. El Apocalipsis atrae tanto como siembra miedo e inquietud. Las ilustraciones, como la de esta página, pintadas en el siglo XVI por el taller de Lucas Cranach el Viejo, apenas se acercan a unos planteamientos que resquebrajan cualquier costura. La imaginación que sugiere el texto atribuido al apóstol San Juan en los años 95 y 96 de nuestra era en la isla griega de Patmos desborda cualquier pesadilla.
Patxi Lanceros, profesor titular de Filosofía Política y Teoría de la Cultura de la Universidad de Deusto, ha traducido del griego y escrito un prólogo de 80 páginas para acercarnos en lo posible al último libro de la Biblia, que ha editado Abada bajo el título Apocalipsis o Libro de la Revelación. El Apocalipsis, retratado también por Durero, El Greco o Max Beckmann, es una revelación enviada por Dios mediante su ángel a Juan «pues el momento se acerca». Juan sería algo así como un escriba iluminado: «Me arrebató el espíritu en el día del señor, y escuché tras de mí una voz potente, como de trompeta, diciendo: 'Escribe lo que ves en un libro y envíalo a las siete asambleas: a Éfeso, a Esmirna, a Pérgamo, a Tiatira, a Sardes, a Filadelfia y a Laodicea'».
~¿Por qué es tan difícil de entender (o se presta a tantas interpretaciones) el Apocalipsis?
~El Apocalipsis, o revelación, es un libro que está conformado por visiones y oráculos. Tanto las figuras que en él aparecen como los números o series numéricas han dado pie a una enorme especulación. En la medida en que no se trata tanto de doctrina o concepto, cuanto de un espectáculo audiovisual que tiene forma de mito, o que está coronado por el mito del combate, es posible adaptar la interpretación a infinidad de circunstancias. En los grabados que el taller de Lucas Cranach hizo para la primera edición de la Biblia de Lutero, se lee, o se ve, la crisis del momento: la bestia aparece con tiara, en alusión a la Iglesia Católica.
~¿Cuál es el 'mensaje': la salvación en tiempos de penuria o desconcierto? Si fuera así, es mismo valdría para hoy...
~Ciertamente. La pervivencia del Apocalipsis consiste en que vale para muchos presentes, casi para cada hoy en el que se observen rasgos críticos. De hecho, a lo largo de la historia, los movimientos apocalípticos, mesiánicos o milenaristas han proliferado en tiempos de crisis.
Se trata de una lectura realizada "no desde la teología, sino desde la filosofía, la historia, la política y el arte
Nada tiene que ver el Apocalipsis con los evangelios, que son una recopilación de hechos o dichos atribuidos a Jesús, dice Patxi Lanceros, que narran los mismos episodios en un lenguaje diríase que sencillo. Pero en ellos late la convicción de que el fin del mundo se acerca.
~El fin de la vida, de los tiempos, aterra.
~La eternidad da vértigo, es cierto. Pero la finitud que nos define tampoco se lleva con tranquilidad. El fin tranquiliza e inquieta.
Lo que Patxi Lanceros ofrece, en edición bilingüe, es una nueva traducción que «pretende literalidad y ser legible en castellano, que analiza el lugar del nacimiento del texto», su contorno político y cultural. Además, agrega, se trata de una lectura realizada «no desde la teología, sino desde la filosofía, la historia, la política y el arte, que muestra la relevancia que ha tenido en estos dominios».
Considera Patxi Lanceros -que ultima Poder y tiempo, un ensayo sobre el Apocalipsis y su influencia política, también para Abada, que el autor del Apocalipsis es un judío creyente en Jesús «como el ungido de Dios, como el mesías prometido», seguramente procedente de la región de Palestina, un políglota cuya lengua materna no es el griego y perfectamente formado en la tradición escrita judía. Agrega que no se puede deducir del texto las condiciones en que se encontraba, «en Patmos o en cualquier otro lugar no lejano», cuando escribió la revelación pero sí que considera que se pueden rastrear más de 350 referencias del Antiguo Testamento, que podría ser un anciano y que fue testigo (quizá activo) de los disturbios que en los años 60 del siglo I se extendieron por la región y que destruyeron el templo de Jerusalén en el año 70 y la toma y masacre de Massada en el 74.
Las imágenes y los símbolos que aparecen en el Apocalipsis son muy atractivos. Y no sólo por la conocida alusión al 666: «El que tiene inteligencia, que calcule el número de la bestia, que es número de hombre: y su número, seiscientos sesenta y seis». El libro está ubicado en el extremo, en el confín de lo visible y de lo pensable, dice Patxi Lanceros; el Apocalipsis llama a una guerra final. Y, advierte el filósofo, una lectura precipitada podría conducir a la herejía o al fanatismo. Pese a todo es un libro revelado, quizá la revelación por antonomasia.
Y hace hincapié Patxi Lanceros en la importancia de la imagen sagrada como el procedimiento predominante de educación; la escenografía, la palabra y la música han funcionado para extender una concepción de la historia. Aquí impera la urgencia ante la inminencia del fin. «La verdad de Dios se enfrenta, a muerte, contra la mentira del mundo, o contra el ejército, poderoso, de un agente del mal que ha hecho del mundo injusticia y falsía», escribe el filósofo.
«Yo soy el alfa y la omega, dice el señor, el dios, el que es, el que era y el que viene, el todopoderoso», se lee en el Apocalipsis. Y termina así en el capítulo 22: «Yo testimonio a todo el que escuche las palabras de profecía de este libro; si alguno pone algo sobre esto, pondrá el dios sobre él las plagas descritas en este libro».
MANUEL LLORENTE
Madrid
1 MAR. 2019
https://www.elmundo.es/cultura/laesferadepapel/2019/03/01/5c6fd8a6fc6c83207c8b4614.html
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