- Firmas como Porsche y Maserati han modificado sus planes para producir estos vehículos
- El público objetivo prefiere los motores de combustión
- La guerra de precios en China no está favoreciendo a este segmento
Akio Toyoda, presidente de Toyota y último samurái del motor de los coches de combustión, aseguró hace meses que un vehículo deportivo debía tener un motor ruidoso y un olor a gasolina. Este enfoque, que ha marcado la estrategia de la firma nipona para adaptarse a la transición verde, parece ser compartido por la mayoría de clientes de vehículos lujosos, quienes prefieren los tradicionales cochazos de gasolina frente a los coches eléctricos premium. Así, mientras las ventas de automóviles eléctricos avanzan, numerosas firmas modifican o cancelan sus planes para producir coches modelos similares destinados al segmento del lujo.
El fabricante de coches alemán, Porsche, comunicó recientemente la modificación de su hoja de ruta para la década de 2030. La subsidiaria de Volkswagen informó del retraso en la introducción de coches completamente eléctricos, así como del refuerzo en la producción de automóviles con motor de combustión. En este sentido, Porsche señaló que los modelos de gasolina e híbrido enchufable de Panamera y Cayenne seguirán disponibles durante la próxima década.
La firma germana afirmó que esta era la respuesta "a la significante ralentización del crecimiento de la demanda por vehículos eléctricos exclusivos", la cual ha provocado, por ejemplo, un incremento de los costes de producción del modelo eléctrico Taycan, que llegó a ser su vehículo más rentable en 2021. La atracción por este vehículo ha disminuido, lastrada por problemas de suministro, reducción de la autonomía de las baterías y problemas informáticos.
En su comunicado, Porsche identificó con claridad uno de los mayores problemas de los fabricantes automovilísticos de lujo: la caída de la demanda de los vehículos eléctricos premium. Así, otras firmas también están experimentando dificultades: Maserati anunció el pasado mes de marzo la cancelación de los planes para fabricar una versión eléctrica del modelo MC20.
En esta línea, el pasado mes de junio, Ferrari retrasó la entrada de su segundo modelo completamente eléctrico de 2026 hasta, al menos, 2028. Aunque la compañía italiana presentará su primer vehículo eléctrico premium el próximo mes de octubre, la débil demanda le ha obligado a modificar su hoja de ruta en este ámbito.
Por su parte, BMW ha logrado incrementar en un 16% las ventas globales de vehículos eléctricos de lujo en la primera parte de este año. Sin embargo, la firma se ha visto obligada a aplicar descuentos en los principales modelos de este segmento para incrementar las entregas antes del despliegue completo de su nueva línea Neue Klasse, en la cual ha invertido 10.000 millones de euros.
Por otro lado, las estrategias de Ferrari y BMW, basadas en un reforzamiento de la producción de vehículos híbridos, sin descuidar la fabricación de automóviles de combustión, se despliegan en consonancia con las tendencias generales del consumo en mercados importantes como el europeo. Así, las matriculaciones totales aumentaron en agosto un 4,7% interanual, con las entregas de coches híbridos enchufables avanzando un 56% y las de vehículos eléctricos subiendo un 27%.
Sin embargo, la debilidad de la demanda por los coches eléctricos no ha despegado tal y como preveían las firmas del sector. Una de las principales causas para ello es la falta de incentivos para cambiar el motor de combustión por la batería eléctrica, en un contexto en el que Bruselas ha flexibilizado las reglas sobre emisión de CO2 para el sector automovilístico. Además, el caos generado por la política proteccionista de la Administración Trump ha golpeado duramente a la industria del motor, dificultando el desarrollo de la transición energética en general y en el segmento de lujo en particular.
Paralelamente, el potente mercado chino está experimentando una cruenta guerra de precios que está favoreciendo la demanda de coches premium de combustión por parte de los clientes más pudientes: "Si eres rico en China, muestras tu riqueza conduciendo un coche de gasolina", asegura Stephen Reitman, analista de Bernstein. Así, mientras que el modelo básico iX1 de BMW registró potentes entregas, la demanda por sus modelos premium se ha enfriado, produciéndose una rotación en el interés de este tipo de clientes hacia los vehículos de lujo de la firma germana.
Es en este punto donde cobra sentido la decisión de Porsche de extender la disponibilidad de sus modelos de combustión de Panamera y Cayenne. La compañía estimó, antes de su debut bursátil en septiembre de 2022, que la rentabilidad de la firma aumentaría más de un 20% en el largo plazo al calor de los coches eléctricos. De hecho, el entonces jefe financiero, Lutz Meschke, señaló que estos vehículos registrarían los mismos márgenes de beneficio que los de combustión para 2024, rebasándolos posteriormente. Nada más lejos de la realidad: los retornos de la compañía han sido del 2% este año.
Así las cosas, otra de las claves es comprender por qué los vehículos eléctricos premium no seducen a los clientes pudientes como lo hacen los coches de combustión de lujo. Según Sam Livingstone, director de Car Design Research, "todo lo que hace a un automóvil premium – la suavidad, el desempeño y la fiabilidad, se desvanece en la era de los coches eléctricos a medida que estos se parecen cada vez más". Para el experto, la difícil cuestión es cómo convertir los coches de lujo eléctricos en "productos emocionales".