- Las exportaciones de ropa crecieron un 20% en el primer semestre
- Estrategia agresiva de las empresas chinas al no poder enviar a EEUU
- Las textiles europeas suman trabas burocráticos y altos costes energéticos
Las relaciones causa-efecto no siempre son evidentes o lineales en economía, pero en otras ocasiones son, empleando el lenguaje coloquial, 'de cajón'. El exceso de capacidad productiva de China y los abrumadores aranceles decretados por EEUU contra el gigante asiático solo conducían a un camino: la redirección de las exportaciones chinas, y aunque Pekín ha encontrado un filón en el sudeste asiático y crece en presencia en Latinoamérica, no hay mercado más parecido al estadounidense que el europeo, tanto por nivel de riqueza como por tipología de cliente. Cuando Donald Trump empezó a agitar el látigo arancelario, las autoridades del Viejo Continente empezaron a temer una oleada de bienes chinos a precio de derribo que hundieran la inflación más de lo deseado y que dañaran aún más la competitividad de ciertos sectores europeos. Parece que la ropa está siendo el primer gran reflejo de esta dinámica.
Las exportaciones textiles de China a la UE han aumentado a medida que los fabricantes afectados por fuertes aranceles estadounidenses redirigen sus productos a Europa, según ha afirmado la Confederación Europea de la Confección y el Textil (Euratex). Las importaciones de ropa y textiles chinos a la UE aumentaron un 20% en valor y volumen en el primer semestre de 2025, en comparación con el año anterior, según datos del organismo recabados por el Financial Times. La mayor parte de este incremento en valor se debió a un incremento de aproximadamente 2.000 millones de euros en las importaciones de ropa barata.
"Hablamos de esta guerra arancelaria y vemos que China está exportando menos a EEUU", declara al periódico británico Mario Jorge Machado, presidente de Euratex. "Vemos que una cantidad significativa se exporta a Europa, pero esto también se relaciona con una disminución en el precio de los artículos que importamos". La pesadilla parece hacerse realidad: las empresas chinas, al no poder vender en EEUU, se están comportando de forma muy agresiva para vender en Europa. Aunque se encuentran en plena tregua y las continuas conversaciones han tenido un tono cortés, los aranceles adicionales impuestos a China desde que Trump asumió el cargo son actualmente del 30%.
No todo es el 'muro' comercial levantado por Washington. Europa también es presa de su siempre tan presente como criticada burocracia. El impacto de los aranceles estadounidenses se ha sumado a la lentitud de la UE para reducir el flujo de paquetes que llegan al bloque procedentes de vendedores en línea como Temu y Shein. La Comisión Europea ha propuesto eliminar el umbral de 'minimis' de 150 euros, por debajo del cual se pueden enviar paquetes a la UE libres de impuestos, y aplicar en su lugar una tarifa fija de dos euros a los paquetes con un valor inferior a 150 euros. Los Estados miembros aún deben aprobar este cambio antes de que se convierta en ley.
Por su parte, EEUU ya eliminó su propio régimen de 'minimis' en agosto. Los transportistas deben pagar una tarifa mínima de 80 dólares por los paquetes que ingresan en el país. "Estamos comparando para el mismo paquete aplicar una tarifa de dos euros o de 80 dólares", se queja Machado, calificando de "ridículo" el esfuerzo de la UE. "Los políticos europeos no han defendido la industria europea durante muchos años... estamos presenciando la destrucción de nuestra industria", mientras China EEUU actúan en beneficio de sus propios intereses industriales, denuncia.
En un plano más global, los responsables políticos han estado en alerta máxima ante indicios de dumping de productos chinos en la UE, lo que podría frenar la inflación. La llegada masiva de bienes a precio de derribo en Europa puede tener un impacto 'deflacionario' que en el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) no todos acaban de ver. Sin embargo, aún es pronto para observa algún efecto sobre los precios. Por ahora, la inflación en la zona euro se mantiene cerca del objetivo del 2%, lo que genera cierta tranquilidad.
Golpe de gracia al textil europeo
Fuera de la política monetaria, el daño a sectores concretos, como en este caso el textil, preocupa en Bruselas. Mientras las exportaciones crecen 'en dirección' a Europa, el valor de los envíos de la UE a China ha caído un 19%, impulsado por la caída de los precios de la ropa en Europa debido a la presión competitiva y la depreciación del yuan frente al euro. El escenario deja a unas empresas textiles europeas enfrentando una competencia aún más dura contra las importaciones baratas de China, al mismo tiempo que luchan con una pesada carga administrativa y costes energéticos más altos que la mayoría de los otros mercados.
Además, el 'muro' comercial de EEUU lo es para todo el mundo. Las empresas textiles también se enfrentan a aranceles más altos para vender a EEUU. Antes del acuerdo comercial del bloque con Washington en julio, que establece un arancel estándar del 15% para la mayoría de los productos, la mayoría de las prendas de vestir y textiles tenían aranceles inferiores al 15%.
Este nuevo 'teatro de operaciones' comercial es una suerte de golpe de gracia para una industria europea que lleva sufriendo una crisis que parece no tener fin, pero que todavía factura cada año 170.000 millones de euros y supone 1,3 millones de empleos. Ya en la década de los 90, el textil europeo y en especial el español sufrieron la entrada masiva de textiles 'made in China' que fueron expulsando a los fabricantes europeos y españoles. Algunas zonas de España se enfrentaron a una crisis de la que aún no se han recuperado, como es el caso de Talavera de la Reina, donde había más de 40 talleres de confección, mientras que en la actualidad se pueden contar con los dedos de una mano los supervivientes.
Primero fue China y su entrada en la Organización Mundial del Comercio (OMC), pero después llegaron Turquía, Marruecos, Bangladesh... el textil europeo se ha convertido en una industria de nicho que ahora teme recibir otro envite por la llegada masiva de ropa a precio de derribo. En principio este tipo de prendas ya no son competencia de la poca industria textil que queda en España y Europa, pero el sector ver con miedo este movimiento.
Sin embargo, los expertos consultados por Euronews sí ven este movimiento como una amenaza: Italia, Francia y Portugal, líderes de la industria textil en Europa, probablemente sean los países europeos más afectados en este sector. La alta costura se vería especialmente afectada, aunque algunos clientes estarían dispuestos a pagar el sobrecoste, "porque es de alta gama", añadía Dirk Vantyghem, director general de Euratex.