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Recreación 3D de un corazón (PxHere)
La investigación se centró en datos hospitalarios durante los dos últimos máximos solares. La explicación estaría relacionada con el impacto en el sistema nervioso
Las tormentas solares han dejado de ser únicamente un fenómeno astronómico que despierta interés por las auroras o los problemas técnicos que generan en satélites y redes eléctricas. Además, una investigación publicada en Nature sugiere que estos episodios de actividad geomagnética también podrían repercutir en la salud humana, aumentando el riesgo de infartos y otras complicaciones cardiovasculares.
El trabajo, llevado a cabo por el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil, revisó más de 1.300 ingresos hospitalarios por infarto en São José dos Campos, en el estado de São Paulo, durante los años 1998 a 2005, coincidentes con el ciclo solar 23. Los registros médicos fueron cruzados con los niveles de perturbaciones magnéticas detectados en ese periodo.
Los investigadores observaron que, en los días de mayor inestabilidad geomagnética, aumentaron tanto las hospitalizaciones como los fallecimientos asociados a infartos. Aunque los hombres presentaban más casos en términos absolutos, las mujeres fueron proporcionalmente más vulnerables en esos momentos de alteración solar.
Evidencias científicas en diferentes países
La posible relación entre clima espacial y enfermedades cardiovasculares ya había sido planteada en otros estudios. En 2018, un grupo internacional detectó que la variabilidad de la frecuencia cardíaca (indicador de un sistema nervioso autónomo saludable) cambiaba durante los episodios de tormentas solares. Posteriormente, en 2022, otro análisis indicó que estas variaciones podían mantenerse hasta 24 horas tras un periodo de fuerte actividad magnética.
Un año después, en 2023, una investigación que examinó datos de 204 regiones en diferentes latitudes concluyó que existía una correlación entre la intensidad del campo magnético terrestre y el incremento de enfermedades cardiovasculares. Además, en 2024, científicos rusos publicaron una revisión que confirmaba la influencia de las tormentas solares en el aumento de riesgos como el síndrome coronario agudo, los infartos o los accidentes cerebrovasculares, aunque destacaban que el número de estudios disponibles aún es limitado.
Los mecanismos biológicos que explican este fenómeno todavía no se comprenden del todo. La hipótesis más ampliamente aceptada sostiene que las perturbaciones solares afectan al sistema nervioso autónomo, encargado de regular el ritmo cardíaco. A pesar de que los resultados son preliminares, los expertos insisten en la necesidad de ampliar la investigación para confirmar estos vínculos.