- Tras los aranceles, los canadienses adoptaron el movimiento Buy Canadian
- Bebidas espirituosas y empresas de viajes son algunos sectores afectados
El pasado 11 de julio, el presidente de los Estados Unidos, incrementó los aranceles a Canadá hasta el 35%, y además amenazó con convertir al país en el estado número 51, provocando la ira de los empresarios y ciudadanos, que decidieron como primera medida boicotear los viajes y productos estadounidenses y, a su vez, apoyar el movimiento Buy Canadian (Compra canadiense) como una forma de expresar su enfado.
Meses después del anuncio de Donald Trump, varios negocios se vieron atrapadas en medio de la complicada relación entre Estados Unidos y Canadá. Uno de ellos fue el de las bebidas espirituosas. Las autoridades canadienses llegaron incluso a prohibir estas bebidas estadounidenses en sus tiendas, un veto que aún está vigente en muchas provincias.
"Queríamos triplicar el negocio. En cambio, se desplomó a cero. Fue casi como si de repente el whisky no supiera bien debido a su origen", cuentan desde Virginia Distillery, una de las más premiadas, a CNN. "Todo esto se debe a una situación desagradable de la que no formamos parte. Por desgracia, somos las víctimas", añaden.
Otro sector que lleva tiempo notando este impacto económico es el de las empresas de viajes. Una de las medidas que adoptó el pueblo canadiense fue el de no viajar a Estados Unidos, lo que supone un duro golpe para innumerables complejos y compañías turísticas que antes dependían del flujo constante de visitantes canadienses.
Según Statistics Canada, en julio el número de canadienses que viajaron en coche a EEUU. se redujo un 37% interanual, mientras que los viajes aéreos descendieron un 26%. En ciudades fronterizas como Seattle (Washington) y Portland (Oregon), la llegada de turistas desde Canadá se desplomó un 27% y un 18%, respectivamente. Además, datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza revelan que en julio apenas 277.000 personas cruzaron de Canadá al estado de Maine, un 28% menos que en el mismo mes del año anterior. Se trata del sexto mes consecutivo de caídas, en plena temporada alta.
Los canadienses representan casi una cuarta parte de los turistas extranjeros en Estados Unidos y en 2024 dejaron un impacto económico de 20.500 millones de dólares. La caída de visitantes preocupa a comunidades fronterizas, donde el comercio local y el sector turístico dependen en gran medida de este mercado.
"Ha sido una caída drástica. Es muy raro que alguien de Canadá venga a jugar al golf"
Aparte del boicot a todo lo que venga de Estados Unidos, existe la percepción de que muchos ciudadanos canadienses son reticentes a viajar por temor a ser detenidos o que se les revisen sus dispositivos al pasar la aduana, empezando a sentir que cruzar la frontera se había convertido en una cuestión de riesgo.
El golf siempre ha sido un buen motivo para viajar a los Estados Unidos. Sin embargo, desde la imposición de los aranceles, el porcentaje de golfistas se ha reducido drásticamente. Por poner un ejemplo, en un año. "Ha sido una caída drástica. Es muy raro que alguien de Canadá venga a jugar al golf", declaró Paul Dame, propietario del Bluff Point Golf Resort, a la CNN.
Producción de automóviles
EEUU empezó a cumplir su amenaza de arrebatar la producción de automóviles a Canadá tras la inesperada decisión de Stellantis de transferir la futura fabricación del Jeep Compass de una planta canadiense a otra en Illinois. El cambio es parte del plan de Stellantis, la compañía matriz de marcas como Jeep, Chrysler o Dodge, de incrementar en un 50% su producción en sus plantas estadounidenses para lo cual invertirá 13.000 millones de dólares en los próximos cuatro años.
Stellantis había previsto inicialmente que el Jeep Compass, un SUV que actualmente se produce en la fábrica mexicana de Toluca, fuese fabricado en la planta de montaje de Brampton, en Canadá, a finales de 2025. Pero el martes, el fabricante anunció que como parte de su plan de inversión en EEUU, la producción del Jeep Compass se realizará en la planta de Belvidere, en el estado de Illinois, a la que destinará 600 millones de dólares de su inversión total.
Mark Carney: La decisión es "consecuencia directa" de los aranceles
El sindicato Unifor, que representa a los trabajadores del sector del automóvil en Canadá, lamentó la decisión de Stellantis, que podría provocar la desaparición de 3.000 empleos, y afirmó que el sector canadiense está siendo "sacrificado en el altar de Trump".
En una declaración en la noche del martes, el primer ministro canadiense, Mark Carney, afirmó que la decisión del fabricante de automóviles es "consecuencia directa" de los aranceles impuestos por EEUU a los productos canadienses.
"Compre canadiense"
Sin embargo, hay otros sectores que han sabido sacarle partido a esta decisión de Donald Trump. Bajo el lema Buy Canadian (Compra canadiense) muchas empresas han visto cómo sus ingresos se han incrementado de forma notable, apelando al orgullo patriótico.
Muchas personas encontraron en la bandera un símbolo de unidad y resistencia. Y gracias a esto, varias empresas beneficiadas fueron los fabricantes de banderas canadienses. Según Matt Skipp, el copropietario de la firma con sede en Ontario Flags Unlimited, el aumento de la demanda de la bandera roja y blanca con el sello de la hoja de arce es el resultado de un aumento del patriotismo canadiense.
Flags Unlimited vende normalmente unas 500.000 banderas canadienses al año y prevén un aumento del 30% al 50% en las ventas anuales totales si la demanda continúa al ritmo actual. De hecho, remarca que "cuanto más habla Trump, más banderas vendemos". "Vendimos 300 banderas en un solo día, la mayoría con la hoja de arce", indicó la gerente de la compañía, Carole Aylard. "Con todo lo que ha estado pasando políticamente, la gente quiere reafirmar su orgullo canadiense", recordó.
Los boicots a menudo disminuyen con el tiempo a medida que la gente pierde interés y vuelve a sus viejos hábitos. Pero la determinación de muchos canadienses de boicotear a los EEUU y centrarse en los productos canadienses se ha mantenido fuerte y no muestra signos de disiparse.
Aparte de las banderas, también han incrementado considerablemente los artículos donde la gran mayoría de los productos son fabricados en Canadá, como por ejemplo tabletas de chocolate "Elbows up", muy populares en Ottawa.
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