lunes, 6 de octubre de 2025

Por qué es cada vez menos probable vivir 100 años en el mundo actual



(EFE / Javier Belver)



La esperanza de vida sigue creciendo; esto es un hecho, pero lo hace más lento que nunca. ¿Qué está pasando con la longevidad humana?



A lo largo del pasado siglo XX, la humanidad vivió una revolución silenciosa en la que cada generación vivía un poco más que la anterior. Gracias a los antibióticos, las vacunas, el acceso a agua potable y a una mejor nutrición, la esperanza de vida consiguió aumentar a un ritmo sin precedentes. Pero esa curva ascendente se está aplanando. El incremento está reduciéndose. ¿Por qué? Un nuevo conjunto de estudios científicos trata de dar respuesta a esta pregunta y el más reciente, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) advierte que vivir hasta los 100 años podría ser cada vez menos probable para los nacidos entre 1939 y el año 2000 (en países desarrollados).

¿Cómo de rápido aumentaba la esperanza de vida antes? Entre 1900 y 1938, la esperanza de vida se incrementó a un ritmo promedio de cinco meses y medio por cada nuevo año de nacimiento, según la investigación. Ese salto histórico elevó la vida media de 62 años (en 1900) a casi 80 años antes de 1940. ¿La clave? Una drástica reducción en la mortalidad infantil y juvenil, por los motivos comentados antes. Pero parece que es un fenómeno que no se repetirá.

Para las generaciones nacidas entre 1939 y 2000, el ritmo de mejora se redujo a entre 2,5 y 3,5 meses por año de nacimiento, según los expertos. Es decir, no hay una desaceleración, ya que los avances continúan, pero este avance es mucho más lento.

Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron los datos de 23 países desarrollados a través de seis modelos estadísticos distintos, y la información que arrojaron no dejó lugar a dudas: ninguna cohorte nacida después de 1939 alcanzará los 100 años de esperanza promedio. Ni siquiera los nacidos en 1980, que han crecido con un sistema médico mucho más avanzado, con cardiología moderna, mejores cirugías y, por supuesto, un acceso generalizado a atención médica (siempre hablando de países desarrollados).


¿Por qué se ha frenado este progreso?

Los beneficios de un mejor sistema médico generalizado ya se alcanzaron con creces y podríamos decir que hemos llegado a una meseta donde la mortalidad infantil es bajísima, las infecciones mortales se controlan mucho mejor, el agua potable y el saneamiento están generalizados... por lo que el margen de mejora ya es más reducido. Ahora vivir tantos años depende más de controlar factores de riesgo como el tabaquismo, la hipertensión o la obesidad, de prevenir enfermedades crónicas como la diabetes, el cáncer o las enfermedades cardiovasculares o de mejorar el acceso a tratamientos preventivos y diagnósticos tempranos.


Algo más que genética

Por supuesto que hay y habrá personas que lleguen a los 100 años, pero la diferencia residirá en que el promedio de cada cohorte (personas nacidas en el mismo año) no alcanzará ese hito incluso en los escenarios más optimistas. Y esto afecta incluso a los millennials (nacidos entre 1981 y 1996) y a la generación Z (1997-2012) porque se enfrentan a nuevos desafíos de salud que podrían reducir aún más su esperanza de vida. Estas generaciones se caracterizan por varios factores comunes, como el sedentarismo y uso excesivo de pantallas, dietas ultraprocesadas con bajo valor nutricional, aumento de la obesidad infantil y juvenil, problemas de salud mental en aumento o falta de sueño y estrés crónico desde muy jóvenes, lo que podría traducirse en un envejecimiento más rápido y una vida más corta.

Sin embargo, aunque este dato sea un hecho, podemos poner de nuestra parte para mejorar nuestras probabilidades. Los expertos recomiendan comer de forma equilibrada (más frutas, verduras, cereales integrales, menos ultraprocesados), hacer ejercicio al menos 150 minutos por semana, dormir entre 7 y 9 horas diarias, mantener vínculos sociales fuertes, no fumar y limitar el consumo de alcohol, visitar al médico con regularidad y cuidar la salud mental.