- Los inversores ven con miedo la exposición al dólar y buscan refugio
- Activos como el oro, el bitcoin o el franco se aprecian con intensidad
- Esto puede suponer un cambio en la economía preocupante para EEUU
El mundo de las finanzas está cambiando a pasos agigantados. Tendencias que se veían venir de lejos está sucediendo de una forma acelerada ante los giros políticos, monetarios y fiscales de EEUU. Ello se puede comprobar en la fortísima apreciación de activos que hace pocos meses o años parecían dormidos o dubitativos, como puede ser el oro, la plata o las criptomonedas. Los inversores están apostándolo todo a la estrategia u 'operación devaluación', buscando protección contra lo que hace no mucho era considerado el activo más poderoso del mundo: el dólar. Pesos pesados de Wall Street empiezan a mostrar preocupación por esta tendencia que puede estar marcando un punto de inflexión en las finanzas mundiales, siendo el detonante de un gran cambio global.
Ken Griffin, director ejecutivo de Citadel, ha asegurado que los inversores están empezando a considerar el oro como un activo más seguro que el dólar, un hecho que preocupa enormemente al multimillonario inversor. El precio del oro está rozando los 4.000 dólares por onza, un movimiento que es producto de la fuerte y creciente demanda del metal precioso, pero también de la propia depreciación del dólar.
"Estamos observando una inflación sustancial de activos en relación con el dólar, ya que la gente busca maneras de desdolarizar eficazmente o reducir el riesgo de sus carteras frente al riesgo soberano estadounidense", declaró Griffin en una entrevista con Francine Lacqua de Bloomberg este lunes. El prolongado cierre del gobierno federal y la perspectiva de posibles recortes de tipos impulsaron el metal precioso esta semana hasta alcanzar nuevos máximos históricos.
La operación devaluación
Todo ello está generando la llamada 'operación devaluación o 'debasement trade', que de forma coloquial es una suerte de estrategia de inversión que parte de la premisa de que una divisa va a perder valor de forma estructural. En el caso del dólar, el término surge cuando los mercados perciben que las políticas fiscales y monetarias de EEUU (como un fuerte aumento del déficit público, emisiones masivas de deuda o recortes prolongados de los tipos de interés) pueden erosionar la confianza en la moneda. El concepto de debasement no es nuevo: en tiempos antiguos se aplicaba a las monedas que reducían su contenido en metales preciosos, y hoy se utiliza para describir el deterioro del poder adquisitivo del dinero fiduciario.
En la práctica, el 'debasement trade con el dólar' consiste en apostar contra la divisa estadounidense, reposicionando las carteras hacia activos que tienden a apreciarse cuando el billete verde se debilita. Los inversores suelen volcarse en materias primas como el oro, divisas consideradas refugio (franco suizo, yen japonés), o en activos vinculados al crecimiento de otras economías, desde acciones internacionales hasta bonos emergentes. El razonamiento es claro: si el dólar se abarata, esos activos tienden a ganar valor relativo y protegen el patrimonio frente a la pérdida de poder adquisitivo.
Aunque esta operación o estrategia de los inversores ha podido aparecer de forma tenue en otras ocasiones, lo cierto es que esta vez parece diferente. En 2025, con un nivel de deuda pública récord y un mercado que descuenta posibles giros en la política de la Reserva Federal, la idea circula por todos los corrillos: el temor a que la hegemonía del dólar se resquebraje se convierte en argumento de peso para quienes buscan diversificación y refugio en un contexto de debilidad estructural de la divisa.
EEUU crece por el tremendo déficit
Este año, los inversores han apostado más por el oro, la plata y el bitcoin, en lo que se ha denominado la 'operación de devaluación'. Estados Unidos está experimentando un estímulo fiscal y monetario más similar al que suele ocurrir durante una recesión, lo que está impulsando los mercados, afirmó Griffin. "Sin duda, la economía estadounidense está en un momento de euforia", declaró Griffinm que estuvo charlando en una conferencia de Citadel Securities para clientes institucionales en el centro de Manhattan.
En la extensa entrevista del lunes, Griffin también afirmó que el coste de 100.000 dólares para mantener a los empleados con una visa H-1B no supondrá un gran impacto para su empresa. "Afortunadamente, nos encontramos en un sector de la economía donde un coste único de 100.000 dólares para contratar a una persona no será decisivo", señala Griffin. "Me preocupa mucho más el estudiante brillante de la India que no viene a Estados Unidos, o el estudiante con talento en matemáticas y física que decide quedarse en China".