- Esta vez, la crisis que se avecina parece tan evidente como inevitable
- Cada vez más organismos señalan con claridad a la deuda pública
- El FMI también ve la deuda pública como uno de los grandes riesgos
A veces, el mayor riesgo es el que tenemos delante y no estamos sabiendo calibrar. Está claro que lo imprevisible es lo que sacude a los mercados, pero en ocasiones lo evidente también puede ser letal. Este es el razonamiento que está haciendo el considerado 'padre' de la teoría de los cisnes negros, como se denomina a aquellos acontecimientos fatídicos e inesperados que acaban teniendo un impacto masivo. El gran peligro ahora, señala el matemático libanés Nassim Taleb, son precisamente los "cisnes blancos".
El autor del celebérrimo libro El cisne negro acaba de afirmar que los inversores deberían asegurarse contra una caída del mercado bursátil, ya que problemas estructurales como la deuda estadounidense amenazan con descarrilar una recuperación que, de otro modo, sería imparable.
A pesar de que las acciones estadounidenses han encadenado sucesivos máximos históricos y los beneficios empresariales se han disparado, Taleb, distinguido científico del fondo de cobertura Universa Investments, advierte de que el verdadero peligro proviene ahora de riesgos visibles, los denominados "cisnes blancos", que la mayoría de la gente ignora hasta que es demasiado tarde. La deuda pública se ha acumulado en EEUU (ronda el 120% del PIB y se enfrenta a vencimientos masivos) de forma notable y previsible en los últimos años y bajo diferentes mandatos. Los gobiernos han usado el déficit para estimular la economía y mantener la rueda del crecimiento en movimiento.
Sin embargo, el coste de esta deuda está alcanzando ya unos niveles insostenibles: la inflación o un impago harán el trabajo sucio. Sea cual sea el desenlace, los agentes que acumulan en sus balances, estos bonos sufrirán las consecuencias, generando pérdidas masivas en las bolsas y lastrando a la mayor economía del mundo. El resultado podría ser el descarrilamiento de los mercados globales y la economía mundial.
Una crisis obvia y previsible
Según Taleb, EEUU ya se enfrenta a una crisis obvia y predecible -un cisne blanco de deuda creciente- y solo un acontecimiento inesperado de magnitud extraordinaria podría revertirla. "Nos dirigimos hacia un problema de deuda en algún momento del futuro, y no hay forma de evitarlo a menos que se produzca un milagro", señaló Taleb, este miércoles en unas declaraciones en el Foro Económico de Greenwich recogidas por Bloomberg. "Cuando el servicio de la deuda se convierte en la partida más importante de tu presupuesto, estás en problemas. Ya seas un particular, una empresa o un Estado, eso es un problema", fue muy explícito el experto.
Precisamente, esta misma semana, el Fondo Monetario Internacional (FMI) señalaba a la deuda pública (aunque sin poner el dedo en un país concreto como si hace Taleb) como uno de esos riesgos que empiezan a ser demasiado grandes para ser controlados: Francia, Reino Unido, EEUU (que parecía intocable)... el 'virus' de la elevada deuda pública se expande, mientras que los tradicionales contagiados (Japón, Grecia o Italia...) siguen con dificultades, los nuevos contagiados han irrumpido con fuerza. Con todo, "los altos niveles y el rápido crecimiento de la deuda soberana continúan representando un reto global. Cada vez son más los países que no logran alcanzar superávits primarios que estabilicen su deuda en el largo plazo, por lo que la emisión global de deuda está aumentando", explican desde el FMI.
La lógica dice que ante una demanda de deuda (bonos soberanos) estable y una oferta creciente, el resultado será unos tipos de interés cada vez mayores para atraer a los inversores hacia ese 'exceso' de emisión de deuda pública. El problema es que unos tipos de interés superiores suelen desencadenar un déficit público aún mayor por un incremento de los gastos financieros de los gobiernos. Como señala Taleb, cuando la partida de tu presupuesto más importante empieza a ser el servicio de la deuda, entonces hay un problema insalvable, salvo "milagro".
El informe del FMI rezaba que "en muchas economías avanzadas, una proporción cada vez mayor de emisiones de deuda pública deberá ser absorbida por compradores sensibles al precio, en un contexto de endurecimiento cuantitativo, lo que podría aumentar la volatilidad en los mercados de bonos. En los mercados emergentes y economías vulnerables con escasos márgenes fiscales, los diferenciales de los bonos soberanos y los seguros contra impago de crédito (CDS) han aumentado más que en otras jurisdicciones, encareciendo el servicio de la deuda", avisan desde el FMI. No obstante, desde el fondo admiten que este movimiento es general, la deuda que otrora fuera un activo casi libre de riesgo empieza a convertirse poco a poco en un activo más arriesgado. El resultado es una mayor rentabilidad (tipos más altos) para compensar ese mayor riesgo, y un buen ejemplo son los bonos de EEUU que pagan más de un 4% (10 años) y casi un 5% (30 años).
El fin del 'imperio de EEUU'
Así, el matemático libanés y el FMI se suman a una larga lista de gurús y organismos que han señalado con el dedo índice a la ingente deuda pública de EEUU, engordada tras unos años de anchos déficits y con un coste de la deuda creciente. Hace no mucho, Ray Dalio afirmó que la acumulación de deuda pública estadounidense está poniendo en peligro el orden monetario. "Estamos viendo una amenaza para el orden monetario", declaró Dalio en una mesa redonda celebrada el viernes durante el FutureChina Global Forum en Singapur.
"Otros factores determinarán si estamos asistiendo al fin del imperio estadounidense", proclamó con tono funesto el legendario fundador de Bridgewater Associates, señalando que EEUU está gastando un 30% más de lo que ingresa y que necesita vender 12 billones de dólares en deuda. "El mercado mundial no tiene la misma demanda de esa deuda, lo que crea un desequilibrio entre la oferta y la demanda", remachó, atribuyendo el crédito descontrolado a la "naturaleza humana".
Como ha puesto repetidamente en el foco Albert Edwards, veterano estratega de Société Générale que hace décadas trabajó en el Banco de Inglaterra, la salida de la pandemia ha exacerbado la "disentería fiscal" en la mayoría de países. Los ejemplos van desde los masivos estímulos lanzados por la Administración Biden en EEUU (cheques a los ciudadanos, las inversiones de la Ley de Reducción de la Inflación) hasta los estímulos de una China cuya 'japonización' en términos demográficos y de deflación ha transformado su situación fiscal a peor. Siempre tirando de metáfora, Edwards señala que si el transatlántico 'SS América' se dirige hacia las rocas, el 'carguero' chino lo hace directamente a "velocidad supersónica". Las proyecciones del FMI contemplan una deuda pública por encima del 150% del PIB en EEUU y muy cerca del 250% en China para mediados de siglo.
Aunque Universa Investments sigue siendo optimista con respecto a las acciones, Taleb insiste en que el optimismo debe ir acompañado de protección. "Es una combinación de optimismo extremo en el mercado junto con una necesidad obsesiva de cobertura", recalca. En cuanto al próximo cisne negro en el contexto actual, la única sorpresa que quedaría sería positiva, insiste Taleb no exento de ironía. "Para mí, el cisne negro, lo inesperado, sería algún milagro que nos sacara de este bache (...) Algún milagro que de repente haga que la deuda sea irrelevante. Y no hay nada en el horizonte".
¿Puede la IA salvar la situación?
Preguntado sobre si la inteligencia artificial (IA) podría convertirse en ese milagro, Taleb se muestra cauteloso. "Quizás la IA pueda ayudar en eso", reconoce, matizando que la tecnología también conlleva su propia forma de riesgo de cola, el mismo tipo de perturbaciones de baja probabilidad y alto impacto que definen a los cisnes negros.
"La IA puede causar problemas. En el pasado, las tecnologías eran muy positivas porque permitieron la creación del lavavajillas, y el trabajo del lavavajillas subiría en la escala para añadir más valor". Hoy en día, sin embargo, son los puestos de trabajo más cualificados los que se ven amenazados. "Es la mano de obra cualificada la que tiene que rebajarse. Así que la IA puede ayudar, pero al mismo tiempo también puede perjudicar", plantea Taleb.
El matemático sostiene que otro cisne blanco es la dependencia de EEUU del talento importado. La postura firme del presidente Donald Trump con respecto a las solicitudes de visados H-1B (más gravosos y que afectan especialmente a migración india con alta cualificación tecnológica) podría ralentizar el crecimiento. Si se restringen los flujos migratorios, el impacto en la innovación y el crecimiento se notaría rápidamente, alerta Taleb.