domingo, 24 de noviembre de 2019

Por qué adelantar la decoración navideña puede hacerte más feliz y reducir tu ansiedad

Por qué adelantar la decoración navideña puede hacerte más feliz y reducir tu ansiedad

Algunos estudios sugieren que las personas que ponen el árbol y las luces antes de hora son más felices y amigables (Tempura Images)


Algunos expertos afirman que montar pronto el árbol o las luces nos da certidumbre y alegría y reduce la ansiedad


Apenas comenzó noviembre cuando aparecieron las luces de Navidad en mi calle. No me considero una Ebenezer Scrooge, el personaje gruñón y tacaño de Dickens que odiaba las fiestas, pero mis niveles de espíritu navideño podrían situarse por lo general en la franja media-baja del espectro. Quizá por ello, el día que las luces aparecieron me pregunté, como seguro hicieron otros vecinos, como quizá algún lector se pregunta: ¿de verdad es necesario empezar a decorar tan pronto? Según algunos expertos, sí, pues parece que las personas que ponen el árbol y las luces antes de hora son más felices que las que lo hacen más tarde.
Así lo ha explicado a la revista Unilad el psicoanalista norteamericano Steve McKeown: “En un mundo lleno de estrés y de ansiedad, a la gente le gusta hacer asociaciones a cosas que les hacen felices, y las decoraciones navideñas evocan esos fuertes sentimientos de la infancia. La decoración es simplemente un anclaje o un camino hacia esas emociones mágicas de la niñez. Por eso, poner la decoración pronto contribuye a expandir la alegría”.
Las luces de Navidad en el paseo de Gracia de Barcelona
Las luces de Navidad en el paseo de Gracia de Barcelona (Amics Passeig de Gràcia)

La purista que hay en mí, que surge en contadas ocasiones, quiere recordar que la Navidad en una festividad cristiana, y como tal, no debería empezar, al menos, hasta que da comienzo el período de adviento, que este año es el 1 de diciembre. En España, lo tradicional suele ser decorar el fin de semana en que se celebra la festividad de la Purísima, pero desde hace años se viene observando −o así lo percibimos− un adelanto cada vez mayor de los preparativos. ¿Nos estamos pasando?
El doctor en Psicología Social Roberto Muelas no está de acuerdo en que decorar pronto nos haga necesariamente más felices, “pero estoy de acuerdo en que las personas que lo hacen pueden ser más amigables, y presentar un mayor nivel de cohesión social”. Y explica que, “para empezar, la Navidad se puede entender como un ritual que se celebra una vez al año; el hecho de saber que “siempre estará ahí” genera unas expectativas positivas y aporta cierta estabilidad en lo caóticos que son estos tiempos. Por ejemplo, el estrés acumulado en el trabajo se suele reducir en el período navideño, por lo que la simple expectativa de que la Navidad va a llegar ya puede reducir la carga de estrés que vamos acumulando durante el año”.

“Poner la decoración pronto contribuye a expandir la alegría”


Muelas señala también que una de las grandes aportaciones de las fiestas al bienestar personal es el hecho de que contribuyen a disminuir la incertidumbre. “Si algo caracteriza a esta sociedad es la incertidumbre, el no saber qué va a pasar a continuación. ¿Mantendremos nuestro trabajo? ¿Empeorará nuestra salud? ¿Aprobaremos los exámenes? La Navidad siempre va a ser una certidumbre. Además, las tradiciones navideñas, como montar el árbol o preparar la cena de navidad, van a ser las mismas. Estas pequeñas acciones rituales que también se repiten año tras año nos dan certidumbre, y la certidumbre reduce la ansiedad”.
El tercero de sus beneficios es, según este especialista, “que ver a personas con las que normalmente no tenemos contacto, y reunirse celebrándolo, aumenta nuestra autoestima y estrecha nuestros lazos”.

Tradiciones navideñas


“Las acciones rituales nos dan certidumbre, y eso reduce la ansiedad”


Los preparativos de la Navidad nos conectan con las emociones de la infancia y la alegría
Los preparativos de la Navidad nos conectan con las emociones de la infancia y la alegría (Roser Vilallonga/Archivo)

Entonces, ¿es bueno anticiparse y disfrutar del brillo y los colores navideños cuanto antes? Para Muelas, “colocar la decoración de Navidad antes puede llevarnos a generar expectativas sobre lo que va a pasar en Navidad, lo cual ya sabemos, porque siempre es igual y es positivo. De esta forma, al igual que los perros de Pavlov salivaban ante la expectativa de la comida, los individuos cambian su estado de ánimo ante la expectativa de la Navidad”.
La decoración navideña siempre crea un ambiente diferente. Las luces y los colores nos recuerdan que estamos en una época del año especial. Pero, ¿hasta qué punto la moda de adelantarse y poner el árbol y el espumillón cuanto antes no responde simplemente a intereses comerciales?

Como los perros de Pavlov


“Las personas cambian su estado de ánimo ante la expectativa de la Navidad”


“Nuestra sociedad entiende la Navidad como una época de recogimiento en la que hay que ser solidarios con los más necesitados”, explica Roberto Muelas. “Mr. Scrooge (en la clásica novela Canción de Navidad) acaba convirtiéndose en un modelo de generosidad y amabilidad; ese es el espíritu de la Navidad. Los comercios traicionan esos valores, usan los símbolos de la Navidad con unos fines que se alejan de los valores esperados en esta época. Por tanto, la figura tradicional de Mr. Scrooge al inicio del libro se aplicaría más a los comerciantes que a quienes se quejan de que las luces se han puesto demasiado pronto. Aun así, al comerciante que necesita hacer caja durante la Navidad para sobrevivir el resto del año no le parecerán legítimas estas quejas. Si nos ponemos del lado de los comerciantes no lo serán, pero sí si nos colocamos del lado de los consumidores. ¿Por qué? Simplemente porque el objetivo y la motivación son diferentes, unos quieren beneficios económicos y otros beneficios más sociales”, matiza.
El lado positivo del posible exceso de consumismo que también se suele asociar a estas celebraciones es, para Muelas, “que la tradición de los regalos también aumenta la prosocialidad y el altruismo; es decir, vamos a estar más dispuestos a hacer cosas por los demás y a ser menos egoístas. No obstante, hay que tener en cuenta que no todas las personas tienen la misma concepción de la Navidad. Hay personas a quienes no les gusta este período ni participan de los rituales y símbolos de las fiestas”.
Las luces de Navidad también se anticipan para promover un mayor consumo
Las luces de Navidad también se anticipan para promover un mayor consumo (David Airob/Archivo)
¿Cómo sobrevivir entonces si pertenecemos al colectivo de los que no la disfrutan sino que más bien la sufren? “El sufrimiento durante la Navidad puede tener diferentes causas. Quizás las más comunes vengan del recuerdo de seres queridos que no están, o de no tener con quién celebrarlas. Estas situaciones van a cambiar nuestra percepción, revirtiendo los beneficios positivos de esta época”, comenta el psicólogo.
Y continúa: “Para evitarlo, no hay nada más importante que reunirse con otras personas. Mantenerse solitario y aislado solo va a incrementar el sufrimiento. Rodearse de otras personas, aunque no sean familiares ni conocidos, puede ayudar a resignificar la Navidad, es decir, a dar un significado más positivo a esta época. En resumen, el apoyo social va a aliviar ese sufrimiento. Por ello hay que tener en cuenta que existen muchas alternativas a los ritos tradicionales de la Navidad, como ayudar en un comedor social o colaborar en la recogida de regalos. La clave va a ser buscar apoyo social”.

El sufrimiento en Navidad tiene diferentes causas; las más comunes, la ausencia de seres queridos y la soledad


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