- Rascacielos Central Park Tower, de 472 metros, y One57, de 306 metros. Foto: Istock
- Los estadounidenses muestran preferencia por los pisos más bajos
- Los rascacielos súper altos están envueltos en una gran polémica...
- ...sobre lo poco sostenibles que son o por la forma en la que están construidos
El skyline de la ciudad de Nueva York está cambiando al ritmo del lujo inmobiliario. Los rascacielos super slender (estrechos y de unos 300 metros de alto) de la calle de los mil millonarios de Nueva York son el nuevo objeto de deseo de los ricos. Un tipo de edificación que se ha empañado de polémica por ser menos respetuosa con el medio o incluso innecesaria. Robert AM Stern, arquitecto y socio fundador de Robert AM Stern Architects, durante la segunda cumbre anual The Year Ahead: Luxury, de Bloomberg, confesó que el el cliente extranjero es el que más desea este tipo de viviendas a cientos de metros del suelo.
Stern, que ha diseñado emblemáticos edificios de Nueva York como 520 Park Avenue y 220 Central Park South, explicó que sus clientes estadounidenses muestran preferencia por los pisos más bajos de los edificios, mientras que los clientes internacionales quieren estar más cerca de las nubes. Así, mientras los clientes pidan rascacielos cada vez más altos, Robert AM Stern, los va a construir. Sin embargo, no comparte el gusto personal por vivir en apartamentos de a tales alturas: "Personalmente, no me gustaría vivir en el piso 91 y pasar el tiempo mirando las nubes".
La polémica
Este tipo de edificaciones está siendo objeto de polémica por la sombra que proyectan sobre Central Park, sobre lo poco sostenibles que son o por la forma en la que están construidas.
Una sombra alargada
Según apuntó la asociación The Municipal Art Society de Nueva York, en su documento Accidental Skyline, una de las consecuencia de estos nuevos edificios superaltos es la proyección de nuevas sombras sobre Central Park. Un efecto que no es baladí, pues entra de lleno en el origen de las restricciones a la construcción en altura que datan de 1915. En ese año, el Bajo Manhattan vio cómo se terminaba la construcción del Edificio Equitable, un rascacielos de 150 metros pero que generaba una sombra de dos hectáreas. Las protestas vecinales frente a esta pérdida de luz provocaron el nacimiento de la Ley de Zonificación de 1916 que, aunque no estableció límites de altura, regulaba la masificación de edificios de ciertos metros en una misma región y obligaba a que los rascacielos estableciesen una serie de retranqueos en su parte final. Estos nuevos rascacielos están consiguiendo mayores alturas porque están adquiriendo a los edificios de solares adyacentes su derecho de crecer en altura.
El truco de los pisos vacíos
Otra de las estrategias que utilizan los promotores para ganar en metros y vistas es llenar la estructura de vacíos mecánicos, elementos arquitectónicos de varios pisos que o bien están desocupados o se destinan a equipamientos para el mantenimiento del rascacielos. Este tipo de soluciones son una forma de bordear la capacidad de crecer en altura que establecen las leyes de zonifiación. En concreto, hace referencia a las regulaciones al tamaño de los edificios en función del índice Far (Floor Area Ratio), que es la división entre la superficie utilizable total de un edificio (sumatorio del suelo de todos los recintos del edificio, medido por las caras internas de las paredes) y el área total del solar en el que se ubica.
Así, cada zona de la ciudad tiene un determinado Far. Un índice bajo implica una mayor restricción al desarrollo, mientras que un Far más alto permite un área más utilizable y, por lo tanto, un mayor potencial de ventas. En cifras, un Far de 1.0 permite al promotor construir un edificio de una planta sobre la parcela, o un edificio de dos plantas sobre la mitad de la parcela, o un edificio de tres plantas sobre un tercio de parcela, y así sucesivamente. El truco que implica colocar estos pisos vacíos es que se consigue aumentar la altura de los rascacielos sin tener en cuenta el Far porque estos espacios no suman metros cuadrados a la hora de calcular la superficie total del edificio.
¿Edificios sostenibles?
La arquitectura moderna, basada en el acero, el vidrio y el hormigón y en una escala alejada de lo humano, entra en constante conflicto con el concepto de la sostenibilidad. El arquitecto Lon Krier es un firme defensor del concepto de Nuevo urbanismo y ciudades transitables, tendencia que busca recuperar las tesis de la arquitectura tradicional, levantar edificios propios a la escala humana y la utilización de materiales ecológicos como la piedra, la madera o los pigmentos naturales. Elementos que ofrece el planeta tierra y que no son fruto de la síntesis humana, como el cemento.
Otras tendencias
El arquitecto también señaló, durante el evento de Bloomberg, que la ubicación es importante: "Hay algo en estar cerca de los árboles y ver cómo cambian las estaciones que resulta una experiencia incomparable". Y también comentó, no obstante, que los clientes son cada vez más conscientes de la sostenibilidad. "Las personas se sienten mejor consigo mismas si se mudan a un edificio que es respetuoso con el medio ambiente y cada vez hay un mayor interés", declaró Stern.
Madrid
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