viernes, 28 de mayo de 2021

El BiS avisa de que las divisas digitales pueden generar un terremoto en el sistema monetario

Foto de Alamy


  • El BiS cree que algunos países o regiones pueden perder la soberanía monetaria
  • "Se crearán áreas monetarias digitales no vinculadas a países o lugares"
  • Si la banca central no actúa, el dinero privado podría interferir en la política monetaria


La rápida digitalización de los medios de pago (tarjeta, bizum, móvil...) y la economía está permitiendo también que se produzca una revolución en el propio dinero. Las criptomonedas son cada vez más populares y empiezan a gozar de cierta aceptación entre algunas empresas (forma de pago) e inversores institucionales (como inversión). A su vez, los bancos centrales de varias jurisdicciones, en un intento por no perder comba, han anunciado proyectos para lanzar sus propias divisas digitales, que pretenden ser una alternativa digital al dinero en efectivo. Nadie quiere quedarse atrás en esta revolución digital.

El Banco Internacional de Pagos (BiS por sus siglas en inglés) ha publicado un nuevo trabajo sobre la digitalización del dinero en el que vaticina cambios importantes en el sistema monetario que podrían, por ejemplo, poner en juego la independencia o soberanía monetaria de algunos países, alterar las propiedades (o parte de ellas) de lo que hasta hoy hemos llamado dinero o de los intercambios de bienes y servicios. Pero también podría reducir costes y tiempos en las transacciones.

Markus K Brunnermeier, Harold James y Jean-Pierre Landau son los investigadores del BiS que han realizado este trabajo que analiza tanto las divisas digitales privadas o criptodivisas (bitcoin, ether o cardano), como las públicas o CBDC (divisas digitales emitidas por bancos centrales). Estos expertos sostienen que "la digitalización ha revolucionado los sistemas de pago y el dinero en general. Aunque el dinero digital en sí no es nuevo para las economías modernas, las divisas digitales ahora facilitan transferencias instantáneas entre pares de una manera que antes era imposible. Estas nuevas monedas (tanto públicas como privadas) se erigirán como los ejes centrales de grandes plataformas sociales y económicas de importancia sistémica que trascienden las fronteras nacionales y redefinirán las formas en que interactúan los pagos y los datos de los usuarios".

Este tipo de dinero digital no es algo del todo nuevo. En China ya se ha usado a través diferentes aplicaciones como Alipay, que permite enviar dinero digital a través de los tokens de la propia aplicación, utilizando simplemente una firma electrónica. Por otro lado, Facebook ha liderado el desarrollo de monedas digitales para las redes sociales, además de los planes para emitir su propia stablecoin o moneda estable, renombrada como Diem, que estará respaldada por dólares asegurando un tipo de cambio estable respecto al 'billete verde' . Finalmente, en los últimos años, se han lanzado miles de criptomonedas fiduciarias usando la tecnología de la blockchain.

"La primera idea económica importante es que las monedas digitales presentan innovaciones que separarán las funciones que hoy se reúnen al completo en el dinero (depósito de valor, medio de cambio y unidad de cuenta), lo que hará que la competencia entre monedas sea mucho más feroz. Las monedas digitales pueden especializarse en ciertos roles y competir exclusivamente como medio de intercambio o, por ejemplo, exclusivamente como depósito de valor", explican los expertos del BiS. Unas divisas digitales podrían contar con ciertas ventajas para que los ahorradores las usen para conservar su poder adquisitivo, mientras que otras pueden tener unas características propicias para realizar compras rápidas. Hoy es el dinero emitido por el banco central el que reúne todas esas propiedades.

Áreas monetarias digitales

"La segunda predicción es que los emisores de dinero digital intentarán diferenciar su producto añadiendo a sus monedas funciones que tradicionalmente no han estado ligadas al dinero, como pueden ser la recopilación de datos o servicios en redes sociales. Es posible que se requiera tanto la convertibilidad entre monedas digitales (cambiar una divisa digital por otra), como la interoperabilidad de las plataformas para aprovechar al máximo los beneficios de este tipo de competencia. La importancia de la conectividad digital, que a menudo reemplaza la importancia de los vínculos macroeconómicos, llevará al establecimiento de áreas monetarias digitales" (digital currency areas o DCA) que vinculen la moneda más con el usuario de una red digital que con el lugar o un país específico", sostienen estos expertos.

Si hoy es el euro la divisa de todos los europeos, quizá el día de mañana habrá una divisa digital que agrupe a una comunidad o gremio que trabajen en un mismo sector y que vean en esa moneda digital ciertas ventajas independientemente de donde vivan. Ese área monetaria digital podría reunir a personas de todo el mundo que tengan en común algo que les lleve a usar las mismas plataformas, redes y divisas digitales. Esto es algo que ya se ha podido observar en el mundo de los videojuegos, pero que en el futuro podría ganar más relevancia.

Una suerte de dolarización digital

"El carácter internacional de estas monedas digitales hará que las economías emergentes y avanzadas sean vulnerables a lo que se podría denominar como una dolarización digital, en la que la moneda nacional es suplantada por la moneda de una plataforma digital (que no tiene por qué ser un dólar digital", sostiene el informe del BiS.

Más allá de las criptomonedas, las divisas digitales públicas o CBDC también pueden tener un impacto disruptivo en el sistema monetario: "Las monedas digitales CBDC también pueden causar alteraciones del sistema monetario internacional: los países que están integrados social o digitalmente con sus vecinos pueden enfrentarse a una dolarización digital, mientras que el dominio de plataformas de importancia sistémica podría conducir a la aparición de áreas monetarias digitales que trasciendan las fronteras nacionales". Fabio Panetta, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, advertía esta semana de que "en ausencia de una solución europea de pagos digitales, nuestra soberanía monetaria y financiera estaría en última instancia en juego".

Esto ocurre a día de hoy en pequeños países que han sido 'colonizados' por divisas extranjeras como es el caso de Ecuador con el dólar o Montenegro con el euro. Una divisa digital pública (CBDC) segura y estable podría llevar a que millones de personas de otros países decidan transformar su ahorro más líquido en esta divisa, poniendo en peligro la soberanía monetaria de ese país y región, que se vería sometido a las decisiones del banco central del país emisor de la CBDC. "Por ello, es posible que los gobiernos se vean obligados a ofrecer una moneda digital pública (CBDC) para mantener la independencia monetaria", sostienen los autores del informe.

Los expertos del BiS creen que esto puede generar una especie de carrera entre los bancos centrales por emitir su propia divisa digital pública en un intento por evitar que sus ciudadanos abandonen el dinero de curso legal en su país para convertirlo en otra divisa más estable o que ofrezca un tipo de interés mayor, por ejemplo. Este riesgo es más agudo en aquellos países cuyas divisas sufren episodios constantes de depreciación o devaluación. Los ciudadanos se verán tentados a transformar de una forma rápida, barata, seguro y sencilla sus peses o liras en un supuesto dólar o euro digital que pueden mantener en su digital wallet en el teléfono móvil.

El efectivo y la política monetaria

"En tercer lugar, la moneda digital y su integración con plataformas y servicios omnipresentes plantea cuestiones importantes sobre la competencia entre el dinero público y el privado. En una economía digital, el efectivo podría desaparecer de facto, mientras que los pagos podrían centrarse en plataformas sociales y económicas en lugar de en la provisión de crédito de los bancos, debilitando los canales de transmisión tradicionales de la política monetaria", sostienen estos expertos.

Estas monedas privadas pueden generar preocupaciones para la política monetaria. La política monetaria se considera, generalmente, una función pública que los emisores de dinero privado llevarían a cabo de manera ineficiente. Si a los grandes emisores privados de moneda digital se les permite dirigir librememente la política monetaria podrían usarla para beneficiar a sus empresas en lugar del público, según los analistas que del BiS.

"De manera similar, la provisión de liquidez de emergencia generalmente se ha considerado una función esencial del banco central. En un sistema bancario de este tipo, probablemente sería necesario que alguna entidad pudiera proporcionar liquidez de emergencia directamente en la red, y no está del todo claro que el propietario de la red vaya a proporcionar la cantidad óptima de financiación de emergencia", aseguran los investigadores del BiS.

El documento pone algunos ejemplos acaecidos en los últimos siglos que no terminaron demasiado bien. Aunque la banca central y su monopolio sobre el dinero recibe muchas críticas y, probablemente, es un sistema imperfecto, parece haber dado cierta estabilidad al sistema monetario, al menos, en los países desarrollados y que tienen una banca central independiente. "Históricamente, una de las razones por las que los gobiernos han tratado de regular el dinero privado ha sido para frenar la inestabilidad financiera", sostienen los autores.

De hecho, el historial del dinero privado no regulado en la sociedad occidental a menudo se considera problemático. La banca libre (la banca controlaba las finanzas y la emisión de billetes) duró menos de 30 años en EEUU y Suiza, según el informe del BiS. El único caso en el que se logró cierta estabilidad fue en Escocia, donde la banca libre se mantuvo durante algo más de un siglo.

Sin embargo, hay algunos episodios en los que las monedas privadas no reguladas han tenido éxito e incluso han sido más aceptadas que la la moneda oficial del gobierno. Uno de los ejemplos más interesantes es el del dinar 'suizo' en Irak, que siguió circulando en la parte kurda del país incluso después de que el gobierno lo desautorizara. En los últimos años, las criptomonedas fiduciarias como bitcoin o ether han vuelto a plantear la cuestión de si el dinero emitido de forma privada y sin respaldo puede tener éxito. Aunque las criptomonedas fiduciarias aún no se han estabilizado como depósito de valor y suelen ser medios de intercambio ineficientes, han encontrado su parcela como monedas de uso en transacciones internacionales (especialmente para la evasión de controles de capital). 

El informe concluye que la revolución digital en curso puede llevar a una transformación radical del modelo tradicional de intercambio de dinero. Además, las divisas digitales pueden generar ciertas turbulencias en el sistema monetario. De modo que "el auge de las monedas digitales tendrá implicaciones para el tratamiento del dinero privado, la regulación de la propiedad de datos y la independencia del banco central", avisa el informe. 


Madrid