Cada vez son más los bancos centrales que están dando los primeros pasos para, al menos, estudiar el lanzamiento de sus propias divisas digitales (CBDC por sus siglas en inglés). Entre los más avanzados están el Banco Popular de China con el yuan digital o el Riksbank de Suecia con la e-krona. La banca central quiere adaptarse a un nuevo mundo en el que el dinero en efectivo está siendo desplazado como medio de pago por alternativas digitales. Este nuevo mundo viene acompañado de muchos términos nuevos que suenan parecido pero que pueden ser muy diferentes.
Divisa digital pública (CBDC), criptodivisa, stablecoin, blockchain... la lista es interminable, pero lo cierto es que son palabras que van a seguir ganando protagonismo con casi toda seguridad. Por ello, los propios bancos centrales prestan cada vez más atención a este mundo digital y publican trabajos y notas para solventar ciertas dudas, como es el caso de la Reserva Federal de Nueva York.
Michael Lee y Antoine Martin, investigadores de la Fed de Nueva York, explican que las diferencias entre bitcoin o ether (la cripto de ethereum) respecto a las CBDC (como el futuro euro digital o dólar digital) son importantes. "Primero hay que distinguir entre el dinero que se intercambia y el propio mecanismo de intercambio. Una CBDC se diferencia del bitcoin en ambas dimensiones", explican estos expertos. Por ejemplo, la blockchain es el medio o mecanismo usado para el intercambio, mientras que el bitcoin es el tipo de 'dinero' usado.
"Una CBDC se diferencia de bitcoin porque son diferentes términos de dinero. Bitcoin no es un pasivo que reclamar sobre nada ni nadie. Por el contrario, una CBDC sería un pasivo del banco central. Una CBDC sería dinero del banco central sintetizado en un formato digital disponible para que lo use cualquier persona", aseguran los economistas de la Fed. Un euro digital o un dólar digital tendrán el mismo 'valor' y estabilidad que un euro o un dólar corriente en forma física, ya sea billete o moneda, mientras que bitcoin o ether no tienen este mismo respaldo.
Por otro lado, "el mecanismo de intercambio también es muy diferente. El espíritu de fondo de las criptomonedas es la idea de que las transacciones pueden realizarse sin un intermediario que opere y gobierne los pagos (sistema descentralizado). Por el contrario, una CBDC incluye la participación de un intermediario de confianza, a saber, un banco central, para facilitar las transacciones".
Al final dependerá mucho del diseño de cada CBDC, pero en algunos casos se podría incluso dar a acceso a los ciudadanos al balance del banco central para operar con este tipo de dinero digital. Igual que hoy tenemos cuentas en un banco u otro, con el euro o el dólar digital los ciudadanos podrían tener una especie de cuenta en el banco central (BCE, Fed...) con euros y dólares digitales que cumplen la misma función que los billetes y las monedas de hoy. A efectos contables y de agregados monetarios, estas CBDC serían exactamente lo mismo que el dinero en efectivo de hoy.
Las stablecoins están respaldadas
Por otro lado están las stablecoins o monedas estables que intentan replicar el comportamiento del dinero emitido por un banco central, estabilizando el valor de la moneda digital. ¿Cómo lo hacen? Los creadores prometen respaldar estas monedas estables con activos financieros o efectivo denominados en dólares, euros, etc.
"Sin embargo, una CBDC también difiere en ambas dimensiones de las stablecoins, al menos las que existen en la actualidad. Primero, las stablecoins son más arriesgadas, ya que el valor de los activos que respaldan esas monedas (por ejemplo bonos del Tesoro de EEUU) podría fluctuar o incluso no existir, pese a las promesas hechas. En segundo lugar, algunas monedas estables también intentan evitar un intermediario central. Con la participación de un banco central, una CBDC sería la forma por excelencia de dinero estable, un billete de un dólar en forma digital", explican Lee y Martin.
¿Competirán las CBDC con las criptomonedas?
Desde la firma financiera BCA Research comentan en una nota que hay algo de mérito en las criptomonedas, o más específicamente, la tecnología blockchain que es la base de su invención. En este sistema descentralizado de igual a igual (peer to peer), se elimina la necesidad de un intermediario para validar transacciones y arbitrar disputas. Esto puede reducir en gran medida los costes de transacción, especialmente en comparación con las comisiones bancarias y legales.
La autonomía y el anonimato que conlleva su uso también es una característica muy atractiva (las CBDC no contarán, probablemente, con la garantía de anonimato que otorga el dinero en efectivo o las criptomonedas). Por ejemplo, los entusiastas de este mundo dan la bienvenida al hecho de que la creación, distribución y uso de criptomonedas esté fuera del alcance de los bancos centrales.
Infraestructuras de sistemas de pago
Por el contrario, las CBDC podrían seguir usando los sistemas de pago y transacciones actuales (son los más eficientes hasta el momento), aunque es cierto que algunos bancos centrales como el Riksbank sueco están haciendo pruebas con la blockchain, el sistema que está detrás de las criptomonedas. La blockchain (es una DLT o Distributed Ledger Technology) permite realizar transacciones de valor entre usuarios sin que intervengan intermediarios en el proceso, es decir, descentraliza la gestión de las transacciones y presenta a todos sus participantes un mismo libro de registro o base de datos, reduciendo costes y haciendo los movimientos muy seguros. Sin embargo, el propio banco central sueco reconoce que si se opta por usar la blockchain habría que construir una nueva infraestructura que ahora mismo no garantiza ni de lejos las mismas transacciones por segundo que soportan sistemas como el de Visa.
Desde BBVA research inciden en este aspecto señalando que la escalabilidad sigue siendo un desafío para las DLT, y la comparación con los sistemas de pago tradicionales basados ??en los bancos centrales (RTGS, por sus siglas en inglés) permite llegar a la conclusión de que estos últimos son, en términos generales, más eficientes que los sistemas de pago basados ??en blockchain, lo que suscita ciertas dudas sobre las premisas de las CBDC: ¿por qué los bancos centrales iban a pasar de un sistema más eficiente a otro menos eficiente?, se preguntan los economistas de BBVA Research.
No obstante la DLT está en sus inicios y se están viendo mejoras en lo que respeta a su eficiencia, pero el tiempo y el consumo de energía siguen siendo elevados. A día de hoy lo más probable es que las CBDC usarán los sistemas de pago tradicionales, mientras que las criptodivisas utilizan sus propias blockchain públicas, como es el caso de ethereum (y su criptomoneda ether), que descentralizan el control de la verificación de las transacciones y permiten hasta realizar contratos inteligentes que son prácticamente imposibles de incumplir por una de las partes. La red de ethereum es la que más gusta a los expertos.
Estas diferencias hacen que las cripto y las divisas digitales de bancos centrales puedan convivir en principio. La ventajas de unas son las debilidades de la otra y viceversa. De modo que salvo prohibición y persecución directa por parte de las autoridades competentes, a priori parece difícil que las CBDC puedan acabar con el bitcoin como activo de inversión. No obstante, si pueden ser un escollo para que estos criptoactivos lleguen a reemplazar en un futuro al dinero emitido por la banca central como medio de pago principal.