Relacionada con la tecnología del NFT, garantiza una web descentralizada y accesible a todos
El concepto de Web3 se impuso durante 2021 como el futuro de internet y aquella nueva cosa de la que todos hablaremos en 2022. Sin embargo, dependiendo de a quién se le consulte, la utopía de una web “descentralizada y para todos” es, para muchos, un eslogan vacío. Y para otros, es el próximo paso inevitable de nuestras relaciones y vínculos online.
La idea central detrás de la “tercera versión” de Internet, según sus defensores, es utilizar las diversas tecnologías de blockchain como las criptomonedas o los NFT para crear una web que dependa menos de las cinco grandes empresas de tecnología: las conocidas como GAFAM, Google, Amazon, Facebook (ahora Meta), Apple y Microsoft.
Momentos cruciales de Internet: 1991, 2004 y 2022
Junto con el término “metaverso” e “inteligencia artificial”, “web3” comenzó a popularizarse este año y esto despierta dudas sobre qué implica realmente.
Para reponer el sentido de la web3 hay que irse a sus predecesoras. Web1, o la “vieja Internet”, comenzó en 1991 y se refiere al momento en que la mayoría de los espacios online eran donde la gente consumía contenido. Las páginas web estáticas, con diseños rudimentarios según los estándares actuales, brindan información a los usuarios con poca interactividad.
Web2 comenzó alrededor de 2004 y se parece más a la Internet que conocemos ahora: una interacción entre el usuario y la plataforma. Los sitios de redes sociales como Facebook y Twitter, así como Google, aparecieron para organizar la información de la web y centralizarla bajo su control.
Apple ayudó a mediar en nuestra relación con la web a través del iPhone (y sus subsiguientes imitadores), mientras que Amazon Web Services prácticamente es dueño de la infraestructura de la web, razón por la cual gran parte de ella se cae cuando falla.
Muchos se oponen a la web3. Sus críticos, que incluyen al ex CEO de Twitter Jack Dorsey y al jefe de Tesla Elon Musk, argumentan que esto es simplemente un intento de otras compañías de tecnología de tomar las riendas. "En última instancia, es una entidad centralizada con una etiqueta diferente", tuiteó Dorsey esta semana.
Qué es la Web3
Web3, un término acuñado originalmente en 2014 pero que solo recientemente ha cobrado importancia, se basa en tecnologías blockchain. Las cadenas de bloques son una suerte de libros de contabilidad que se utilizan para realizar un seguimiento del movimiento de los objetos digitales, como las criptomonedas.
Las criptomonedas se manejan bajo un sistema descentralizado. Esto quiere decir que no dependen de un tercero como un Estado o una entidad financiera internacional como el Fondo Monetario o el Banco Mundial.
En este sentido, Web3 también eludiría a las autoridades centralizadas. Twitter ha propuesto una versión descentralizada de su servicio donde diferentes partes del mismo tendrían políticas de moderación diferentes de lo que ahora consideramos el sitio web "principal" de Twitter.
Otras personas, con sus propias computadoras, podrían decidir convertirse en nodos en una red que facilite la mensajería instantánea en lugar de utilizar las plataformas de sistema cerrado de Facebook Messenger y WhatsApp (algo que, dicho sea de paso, ya se puede hacer pero requiere infraestructura).
Es probable que la competencia contra las grandes empresas de tecnología, o su regulación para que puedan ser mejor responsabilizadas por los errores, mejore Internet. En ese sentido, una web descentralizada es una ventaja para los usuarios.
Así, Web3 tiene como objetivo solucionar los problemas de las primeras versiones de la web, pero sobre todo los de los últimos años: el tremendo poder que adquirieron ciertas empresas, el manejo de los datos de los usuarios y la privacidad online, que se ve cada vez más comprometida.
El tiempo dirá si la web logra descentralizarse y si, a fin de cuentas, esto es algo tan bueno como se cree.