Hasta las personas más exitosas del planeta tienen hábitos que quieren cambiar, cosas en las que mejorar. Es el caso al menos de Elon Musk, el fundador de Tesla y SpaceX, que sospecha que comparte uno de sus 'vicios' con buena parte de la humanidad.
El magnate ha hecho la confesión sobre un aspecto aparentemente trivial, pese a que otras de sus costumbres diarias están claramente desaconsejadas por los médicos. A lo largo de los años, ha confesado que no suele desayunar, que trabaja entre 85 y 100 horas a la semana, que come durante las constantes reuniones de trabajo y que no suele dormir más de seis horas.
Sin embargo, una de sus nuevas metas es dejar de mirar el teléfono móvil al despertarse. "Tengo el mal hábito - que sospecho que hace mucha gente - de mirar inmediatamente mi teléfono [al despertarse]. Es un hábito terrible, realmente", señaló el magnate hace unos días en una entrevista concedida a Full Send Podcast.
Así, entre sus objetivos actuales se encuentra ignorar el teléfono al despertarse y, en su lugar, "hacer ejercicio al menos durante 20 minutos" antes de consultar el móvil.
Un estudio de IDC Research confirmaba que el 70% de los estadounidenses consultaban su teléfono dentro de los 15 minutos siguientes a despertarse, y el 62% lo hacían nada más abrir los ojos. La cifra va en aumento cuantos más jóvenes son los usuarios.
Las cifras coinciden con un estudio de Deloitte a nivel mundial, que señalaba en 2019 que el 61% de los usuarios mira su móvil en los 5 minutos posteriores a despertarse. El 96% lo hace en la primera hora. Un sondeo de la OMS del mismo año llegaba a conclusiones similares.
Los expertos en neurociencia recuerdan que este tipo de dispositivos generan adicción y que su consulta tan temprana puede perjudicar el resto de la jornada. Por una parte, generan dopamina, una hormona que genera placer, lo que hace que el cerebro quiera pasar el resto del día repitiendo la experiencia. Por otra, consultarlo suele conllevar asistir a un bombardeo de mensajes y correos electrónicos que pueden generar estrés y ansiedad, poniendo al organismo en estado de alerta desde primera hora. Si encima se consultan las redes sociales, surgirá la inevitable comparación con otras cuentas y una posible sensación de insatisfacción que puede acompañarnos durante todo el día.