viernes, 4 de febrero de 2011

La lenta muerte de Doña Mermelada

Foto from veoverde.com

Dulce siempre, empalagosa a veces, pegajosa, de textura fina o gruesa, con mil tonalidades cromáticas, roja, amarilla, verde, naranja (amarga o no)... Y vieja. Muy vieja: cientos de años a sus espaldas. Tantos, que parece que se muere poco a poco. Es lady Marmalade. No la pegadiza canción del grupo Labelle (aquella del "Voulez-vous coucher avec moi (ce soir)", machacón hasta la pesadez), sino la primera de todas las lady Marmalade. Es decir, Doña Mermelada.
Las alarmas se han disparado desde hace unos días en las islas británicas al difundirse un informe de la revista The Grocer que asegura que los británicos consumen cada vez menos miel y menos mermelada con las tostadas del desayuno. Cada año se van decantando más hacia productos alternativos considerados menos saludables, como el chocolate para untar (es decir, lo que en España conocemos como Nocilla y en muchos otros países como Nutella, marcas que como la aspirina o el Nescafé han acabado por dar nombre a la cosa) y, quizás aún mucho peor, la mantequilla de cacahuete.
En realidad el informe dice que las ventas han aumentado en cifra de negocios, pero han caído en unidades, sembrando la prensa de agoreros cánticos funerarios en memoria de la vieja dama. "Propaga la palabra y conserva nuestra mermelada", proclama el muy chauvinista Daily Mail haciendo un doble juego de palabras con los términos "spread" (propagar, pero también untar) y "preserve" (conservar, pero también compota). 
"Ya están aquí otra vez. Advirtiendo de la inminente muerte de los comedores de mermelada y del tradicional modo de vida británico como si nos encamináramos hacia la extinción", se mofa el bloggero culinario Dan Lepard. A su juicio, la caída del consumo no se debería tanto a un cambio de gustos como al hecho de que el azúcar casi ha doblado su precio entre 2008 y 2009 y a que ha aumentado también el precio de la fruta y del empaquetado. Eso explicaría al menos la contradicción (solo aparente) de que aumentara la facturación pese a caer el consumo.

Foto from directoalpaladar.com

El también hiper-nacionalista The Daily Telegraph entra en el detalle de las cifras: se consumen 800.000 litros menos de mermelada al año, es decir, 2,5 millones de tarros. Con todo, aún se venden 29,6 millones de litros al año, todavía por delante de los algo más de 22 millones de litros de chocolate para untar o mantequilla de cacahuete. Pero mientras el consumo de mermelada ha caído un 2,5% en litros, el de las nocillas ha crecido un 8% y la muy estadounidense peanut butter un 7,5%. "Oh, estas cifras son una auténtica tragedia", se lamenta la columnista gastronómica del diario, Xanthe Clay.

Pero tan solo unos días después, ese mismo diario emitía señales de relajo y hasta
euforia: el solo hecho de hablar de la posible muerte de la mermelada ha disparado las ventas de los ingredientes necesarios para cocinar en casa la apreciada confitura. Al menos la más adorada por los británicos: la de naranjas amargas de Sevilla. Según el Telegraph, las ventas de naranjas de Sevilla, una fruta estacional que apenas dura tres o cuatro semanas en las tiendas de las islas, se han disparado un 30% este mes en comparación con enero de 2010. Y las ventas de pectina (un ingrediente gelatinoso muy habitual en las mermeladas caseras) han subido un 40% y las de azúcar un 15%.
El diario cree que ese aumento refleja una reacción de los británicos ante el temor de perder a la preciada lady Marmalade. Pero quizás no sea más que un reflejo del alud de recetas de mermelada publicadas por la prensa británica desde que se difundió el alarmista informe de The Grocer. Desde cómo hacer la mermelada perfecta a la receta paso a paso de la mermelada de naranja o la mismísima Lady Marmalade.

Foto from cosasdesalud.es

Los británicos tienden a hablar de la mermelada como si la hubieran inventado ellos. "La mermerlada está arraigada en nuestra cultura", proclama The Sun, y pone como prueba de ello que "los franceses no tienen una palabra propia para definirla". Y, sin embargo, hay un curioso debate en torno al origen mismo de la palabra "marmalade", que muchos ingleses escriben incorrectamente "marmelade". Prueba, quizás, de que en realidad no es una palabra inglesa...
Tras admitir que etimológicamente la palabra mermelada deriva de la palabra portuguesa "marmelo" (membrillo), un blog creyó demostrar que en realidad ese término se refiere ahora exclusivamente a la confitura de naranja de Sevilla, lo que a su vez demostraría que con el tiempo se ha convertido en un término inglés. Y se apoya para ello en una regulación europea de 1981 que restringe el uso comercial de la palabra mermelada a las compotas hechas con frutos cítricos (es decir: mebrillo, no; naranja, sí...) y una directiva de 2001 que considera sinónimos los términos "mermelada" y "mermelada de frutos cítricos".
La comunión de los británicos con la mermelada les ha llevado a organizar cada año en Cumbria un concurso para premiar a la mejor mermelada del mundo, que este año se celebra el fin de semana del 12 y 13 de febrero. O a identificar la deliciosa confitura con Paddington Bear, el personaje central de un cuento aparecido en 1958: el oso Paddington se pirraba por los sandwiches de mermelada. E incluso a crear una edición limitada de una aparentemente deliciosa vodka a base de mermelada de naranjas de Sevilla. Tan buena debe ser que se ha agotado nada más salir a la venta. Todo sea por evitar la muerte de lady Mermelada...
Por: Walter Oppenheimer from BLOGS elpais.com 03/02/2011

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