viernes, 18 de febrero de 2011

Si Sid Vicious levantara la cabeza

Foto por EFE from publico.es

Camiseta "Two Cowboys" diseñada por Malcolm McLaren y Vivienne Westwood en 1977


El punk entra en el museo y se reencuentra con el arte en una exposición en el Palacio de los Médicis en la capital italiana.
Irreverente y atrevido, el movimiento punk que marcó a toda una generación a finales de los años setenta tuvo también, en Europa, una importante influencia en las artes visuales que se ha mantenido viva hasta hoy y que puede verse estos días en una exposición en el Palacio de los Médicis de Roma.
Europunk es el título de la muestra, que propone un recorrido por el período más fructífero de la música punk (1976-1980) con especial atención a su influencia en el arte a través de más de quinientas piezas, muchas de ellas inéditas, en el marco de un palacio renacentista de una de las familias más notables de Florencia.
La exposición se abre con las notas de Sex Pistols en su primera aparición en televisión en 1976, en el programa So it goes, fecha que muchos consideran como el nacimiento oficial del movimiento punk, y se cierra con la intervención de Joy Division en la cadena de televisión británica BBC en 1979 y el nacimiento de la New Wave.
Pero, más que música, Europunk es una reivindicación de la influencia que estos grupos supusieron para el arte de aquella época casi sin querer, desde la banda de Sid Vicious hasta The Clash pasando por grupos como Joy Division o Crass.
"Existía a finales del siglo XX la idea de que cualquiera podía ser artista, de que las imágenes se componen a través de otras imágenes, y el punk es el primer movimiento que hace esto en el ámbito público, no sólo para el arte en sí mismo, sino para toda la sociedad", explica el comisario de la exposición, Éric de Chassey.
Organizada por la Academia de Francia en Roma, la muestra puede verse hasta el próximo 20 de marzo en su sede situada en la Villa Medici, en el corazón de Roma, antes de trasladarse el próximo mes de junio al Museo de Arte Moderno y Contemporáneo (MAMCO) de Ginebra.
En total, 550 objetos entre vestidos, pósters, diseños, revistas, fanzines, collages, fundas de vinilos, entradas de concierto y material audiovisual testimonio del período más fructífero del punk, que cobran especial importancia en una época en la que "las imágenes y los objetos del movimiento han sido recuperados por el mercado y por el sistema comercial".
"El movimiento punk es, en el campo de las artes visuales, uno de los más importantes del siglo XX. Ésta es una exposición de arte", aseguró De Chassey.
El famoso cartel con el rostro de la reina de Inglaterra Isabel II con los ojos y la boca tapada por el título God save the Queen sobre una bandera británica, o el cartel publicitario para el lanzamiento de Anarchy in the UK producido por el artista Jamie Reid, son dos de las piezas más destacadas.
Junto a ellas, pueden verse varias prendas diseñadas por Malcolm McLaren y Vivienne Westwood, así como carteles publicitarios ideados por Jon Savage para conciertos de Joy Division o The Pop Group, en una muestra que tiene como punto de partida y meta el Reino Unido, pero que vuelve la vista también a importantes centros creativos de la época como Francia, Alemania, Suiza, Italia u Holanda.
El grupo de creativos franceses Bazooka, formado por estudiantes de Bellas Artes de París, rompe, a finales de los setenta, con los códigos tradicionales del cómic incorporando la violencia y la pornografía en sus creaciones; mientras que los holandeses Raket recurren a imágenes bélicas y símbolos religiosos para lanzar su particular crítica a la sociedad del momento.
La avalancha de imágenes en forma de panfletos, carteles, fotocopias, ropa y cualquier forma de expresión imaginable explican también la importancia de un arte que nació precisamente con la pretensión de no serlo.
"Los creadores punk de Europa se definieron siempre en oposición al arte, al menos durante los primeros años, los que corresponden al verdadero espíritu del movimiento, y hay que respetar esas convicciones. Sin embargo, casi todas las imágenes producidas en esa época llevan consigo la ambición de querer cambiar el mundo", añade De Chassey.
Sin someterse a cánones estéticos y utilizando cualquier medio de distribución a su alcance, desde fotocopiadoras hasta la producción doméstica, la "energía" del punk representa también el deseo de una generación de hacer tabula rasa con el pasado, explica el comisario.
Esa energía de finales de los setenta "se aprecia de otra manera hoy en día, aunque sería importante que se dejase ver también en el ámbito artístico", remarca De Chassey.
Por CARMEN PLIEGO Roma, from publico.es  17/02/2011

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