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El tsunami económico que azota el planeta en los últimos días hace temer a los inversores sobre dónde colocar su dinero, pero existen valores que triunfan en época de vacas flacas: el oro, el bono alemán y el franco suizo. Aquí tienes los motivos.
El tobogán en el que se ha convertido la economía mundial ha vuelto mucho más tímidos a los inversores, que dudan -y temen- dónde pueden meter su dinero a buen recaudo.
Además, la montaña rusa en la que está subida la prima de riesgo, una atracción con más bajadas que subidas para España últimamente -ha llegado a tocar máximos históricos de 407 puntos-, echa otra palada más a la montaña de incertidumbre inversora.
Sin embargo, hay tres huchas que históricamente han funcionado bien en los malos momentos: el oro, el bono alemán y el franco suizo.
Los inversores están confiando ahora en el bono alemán de forma masiva, lo que hace que su rentabilidad -dinero que piden los inversores por comprar la deuda germana- se desplome.
Su interés se ha situado por debajo del 1% en los bonos a un año, por debajo incluso del precio del dinero, que está en el 1,5%. En el caso del bund a tres años está en el 1,20%, también por debajo de los tipos oficiales.
Dicho de otro modo, existe tanto miedo en los mercados, que algunos inversores aceptan perder rentabilidad, invertir por debajo del precio oficial del dinero, con tal de garantizar que mantendrán su capital, que no lo perderán en una mala inversión.
Algo similar a lo que sucede con el franco suizo. El país helvético es la economía más fuerte con moneda única, razón por la que los inversores deciden apostar por la divisa suiza cuando arrecia la tormenta.
De hecho, la afluencia de inversores provocó ayer que el euro marcara otro mínimo histórico frente a la divisa helvética, al situarse en 1,0987 francos suizos.
Ante la avalancha de dinero cobarde, el Banco Nacional de Suiza (BNS) tomó ayer cartas en el asunto, al decidir imponer un nuevo paquete de medidas para contrarrestar la apreciación del franco suizo frente al euro y el dólar, situación que perjudica al tejido productivo helvético y a las industrias orientadas a la exportación.
El tercer valor refugio por excelencia es el oro. Su tenencia es considerada como una forma de conservar la riqueza cuando vienen mal dadas, lo que le ha llevado a marcar cinco máximos históricos en las últimas ocho sesiones.
El último, ayer. El precio de la onza del metal amarillo alcanzó los 1.666,3 dólares. Una subida debida a la incertidumbre en los mercados por la crisis de deuda en Europa y las dudas sobre el ritmo de la recuperación económica de Estados Unidos, que ha hecho desviar las miradas de los inversores hacia el oro.
Además, la montaña rusa en la que está subida la prima de riesgo, una atracción con más bajadas que subidas para España últimamente -ha llegado a tocar máximos históricos de 407 puntos-, echa otra palada más a la montaña de incertidumbre inversora.
Sin embargo, hay tres huchas que históricamente han funcionado bien en los malos momentos: el oro, el bono alemán y el franco suizo.
Los inversores están confiando ahora en el bono alemán de forma masiva, lo que hace que su rentabilidad -dinero que piden los inversores por comprar la deuda germana- se desplome.
Su interés se ha situado por debajo del 1% en los bonos a un año, por debajo incluso del precio del dinero, que está en el 1,5%. En el caso del bund a tres años está en el 1,20%, también por debajo de los tipos oficiales.
Dicho de otro modo, existe tanto miedo en los mercados, que algunos inversores aceptan perder rentabilidad, invertir por debajo del precio oficial del dinero, con tal de garantizar que mantendrán su capital, que no lo perderán en una mala inversión.
Algo similar a lo que sucede con el franco suizo. El país helvético es la economía más fuerte con moneda única, razón por la que los inversores deciden apostar por la divisa suiza cuando arrecia la tormenta.
De hecho, la afluencia de inversores provocó ayer que el euro marcara otro mínimo histórico frente a la divisa helvética, al situarse en 1,0987 francos suizos.
Ante la avalancha de dinero cobarde, el Banco Nacional de Suiza (BNS) tomó ayer cartas en el asunto, al decidir imponer un nuevo paquete de medidas para contrarrestar la apreciación del franco suizo frente al euro y el dólar, situación que perjudica al tejido productivo helvético y a las industrias orientadas a la exportación.
El tercer valor refugio por excelencia es el oro. Su tenencia es considerada como una forma de conservar la riqueza cuando vienen mal dadas, lo que le ha llevado a marcar cinco máximos históricos en las últimas ocho sesiones.
El último, ayer. El precio de la onza del metal amarillo alcanzó los 1.666,3 dólares. Una subida debida a la incertidumbre en los mercados por la crisis de deuda en Europa y las dudas sobre el ritmo de la recuperación económica de Estados Unidos, que ha hecho desviar las miradas de los inversores hacia el oro.
Por Marcos Sierra Clemares from lainformacion.com 04/08/2011
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