Un imperio millonario, una vida de lujo. (iStock)
¿Quieres ser millonario? Ya no hace falta tener una mansión o comprarte un cochazo para parecerlo. Ahora están transmitiendo su valor económico a través de cinco inversiones
¿Qué es sinónimo de tener dinero? ¿Vestir ropa de marca? ¿Tener un coche último modelo? ¿Una mansión y dos casas en la playa? ¿Muchos ceros en la cuenta? Seguramente muchos piensen que sí, que todos son símbolos de riqueza, pero cada vez más las personas ricas invierten menos en cosas materiales y más en hábitos y opciones de estilo de vida saludable para indicar su estatus social
Los millonarios están transmitiendo su valor económico sutilmente a través de cinco inversiones principales: educación, negocios, salud y bienestar, exclusividad y privacidad y seguridad. Este aumento de la riqueza discreta es parte de un giro hacia un gasto reservado.
Si fuera sencillo convertirse en millonario, no tendría sentido que siempre se estuvieran buscando nuevas fórmulas, pero cada vez más la clase media tiene acceso a cosas que antes no podía y por eso los verdaderos superricos quieren diferenciarse mediante otras medidas.
Consumo discreto
¿Crees que tener un bolso Louis Vuitton o un Jaguar aparcado en la puerta de casa te hace ser millonario? Es posible, pero otro tipo de conceptos intangibles como la salud o la enseñanza de alto nivel están reemplazando a este tipo de de bienes. ¿Por qué los ricos invierten ahora en medios inmateriales para indicar en qué punto se encuentran de la sociedad? Es el resultado del "consumo discreto", término acotado por Elizabeth Currid-Halkett en su libro 'La suma de las cosas pequeñas: una teoría de una clase aspiracional'.
Compran inmuebles a los que ni Google Maps puede llegar o casas subterráneas con sistemas de seguridad que les abstraigan del mundo
"Esta nueva élite consolida su estatus a través del conocimiento valioso y la construcción de capital cultural sin mencionar los hábitos de gasto que lo acompañan. Evitando un materialismo abierto, los ricos están invirtiendo significativamente más en educación, retiro y salud: todos son irrelevantes, pero cuestan mucho más que cualquier bolso que un consumidor de ingresos medios pueda comprar ahorrando", explica en 'Business Insider'.
Educación
Según la experta, demostrar que tienes conocimiento sobre un tema, con por ejemplo artículos que has leído en algún periódico importante, expresan el capital cultural y le da a un apersona el poder para subir de escala social y hacer buenas conexiones. Pero no es es solo lo que aprenden y conocen en lo que invierten, los padres tratan de reproducir su posición para sus hijos.
Equipan a sus vástagos con todas las ventajas educativas desde que son muy pequeños hasta con tutores especializados o matriculándoles en cursos muy importantes. Ten en cuenta que la gente adinerada gasta mucho dinero en vivir cerca de las mejores escuelas públicas (o privadas) e institutos del país y se dejan muchos ceros en que este tipo de buena educación establezca a sus pequeños una buena relación con un futuro exitoso.
Bienestar
La salud es muy importante. ¿Y de qué es sinónimo sentirse bien y saludable? De tener un estatus de lujo. La élite se gasta mucho dinero en gimnasios, una correcta alimentación, comida orgánica, zumos verdes, retiros espirituales, practicar yoga y meditación.
Cada vez más se invierte en tener un estilo de vida saludable como una encarnación moderna de abundancia y en consecuencia hay una gran variedad de centros de estética, balnearios y estudios que ofrecen vitaminas, regeneraciones capilares o rejuvenecimiento de la piel. ¿Recuerdas el tratamiento que se ha puesto de moda para atrasar los signos de la edad?
El médico y empresario Jesse Karmazin, lo llama “la cirugía plástica del interior” y se enmarca dentro de los muchos ensayos, estudios y métodos que se anuncian a bombo y platillo en el entorno de Silicon Valley y en universidades como Stanford. Se trata de transfusiones de plasma de personas jóvenes a más mayores. Los millonarios cada vez invierten más en el desarrollo de la biotecnología que les permita alcanzar el sueño de la inmortalidad.
Viajar
En su forma más básica, para los superricos viajar significa no tener que molestarse con los trámites insignificantes y, sobre todo, disfrutar de toda la privacidad y servicios que el dinero pueda comprar. Los millonarios quieren espacio, cuanto más mejor, sentirse seguros lejos de la bulliciosa y menos afortunada multitud. Lo hacen para sentirse bien, recargar pilas o reconectarse con la familia.
Están quemados del trabajo (aunque en verdad no tienen ni idea de lo que es) y quieren escapar. Otros, sin embargo, lo utilizan para reírse y llegar a sitios donde las personas de a pie jamás podrían llegar. Y por supuesto contarlo después. Da igual si es una isla desierta, a la selva o el rincón más alejado del mundo, lo importante es que sea una experiencia enriquecedora de la que alardear después (si es en Instagram, mejor aún).
Hacerse invisibles
Muchos adinerados apuestan cada vez más por tener privacidad. Para ellos ese es el mayor lujo de todos y de ahí la tendencia a comprar propiedades que estén escondidas u ocultas de miradas indiscretas.
Cada vez más las personas ricas invierten menos en cosas materiales y más en hábitos y opciones de estilo de vida sana para indicar su estatus social
Encontrar una mansión que se adecue a lo que buscas puede ser bastante difícil, pero para ellos aún más. Son muy exquisitos con los posibles vecinosque vayan a tener. Prefieren vivir en comunidades ocultas para denotar áreas con altas concentraciones de población y marginación social. Sin embargo, algunas de las personas más privilegiadas del mundo están optando por esconderse del ojo público para proteger sus hogares de los ladrones y otras formas de atención no deseada.
Compran inmuebles a los que ni Google Maps puede llegar o casas subterráneas de millones de dólares gastando mucho en sistemas de seguridad o habitaciones del pánico que les abstraigan del mundo completamente.
Be exclusive
El poder de los bienes de lujo viene atribuido, y en eso suele consistir su distinción, a su exclusividad social y la visibilidad como símbolo de estatus, pero cada vez se valora más su capacidad de proporcionar satisfacciones sensoriales y de provocar nuevos placeres.
Tener algo que nadie más pueda es el último símbolo que los más ricosquieren comprar. Algo personal y exclusivo que solo tú puedas tocar. ¿Cómo se puede conseguir eso? ¿Teniendo un Picasso? No, con experiencias personalizadas que sean inherentemente únicas o específicamente diseñadas para ellos.
AUTOR
ADRIÁN LÓPEZ18/03/2019
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