Una pareja sueca dando de comer a su bebé. (KidStock / Getty)
Pese a sus leyes progresistas, el oasis paritario nórdico aún tiene su lado oscuro, con brecha salarial, mal reparto de las tareas del hogar y alto porcentaje de violaciones
Lunes, 07:25 de la mañana. Sales de casa apurada al estar a punto de pasar tu autobús. Te aproximas al portal de tu edificio y ves a un vecino delante de ti. Piensas - “¡Genial! – Me va a ceder el paso, sujetar la puerta y ganaré unos 5 segundos”.
Mientras preparas el saludo y la gratitud ceremonial, casi te das de bruces con el canto del portalón. Ves a tu vecino alejarse, tras ralentizar brevemente su cierre.
Antes de empezar a soltar tu repertorio de tacos al uso, te percatas de un detalle “sin importancia”: Estás en Suecia, paradigma de la igualdad, donde el primero en llegar es el primero en pasar.
La cultura
Ceder el paso a una mujer, mal visto
En Suecia, ceder el paso y sujetar la puerta a alguien por ser mujer, sería recriminado al considerarse una conducta de género aprendida.
En el país con el mayor porcentaje de mujeres parlamentarias, excedencias para el cuidado de los hijos de 480 días compartidas por ambos progenitores, una ley del aborto muy progresista (durante las primeras 18 semanas de gestación es posible abortar sin aportar una razón), legislación contra la prostitución que penaliza al comprador de los servicios sexuales … el día a día pone a prueba si la igualdad es asimilada por los ciudadanos o impuesta por las autoridades.
Llegaste a tiempo para coger el autobús. Consigues un asiento al lado de un chico, que modifica su postura para no rozarte e incomodarte. En la siguiente parada, se suben varios padres con sus hijos, dos de ellos llevan carritos para bebés y se hace eterno hasta que los acomodan.
En el desayuno, tu compañero de trabajo comenta que ayer preparó para cenar su plato favorito, está medio dormido todavía, eran pasadas las 12 de la noche cuando terminó de limpiar la cocina. Recibe una llamada de la guardería, la pequeña está enferma y se va a casa a cuidarla.
Sales de trabajar y decides ir a dar un paseo, no deja de sorprenderte la cantidad de padres paseando con sus hijos, ¿habrá un “baby-boom”?.
Cotidianidad
Baños unisex
Estás en uno de los numerosos cafés de Malmö, y debes ir al baño (la mayoría son unisex). Por suerte, acaba de salir un padre con su bebé del servicio adaptado para cambiar pañales, la espera se acorta.
Tras cenar con unos amigos, vais a un bar a tomaros algo. Una chica se acerca a uno de ellos y empieza a entablar conversación. Ella le pregunta si quiere ir a su casa esa noche. En el paraíso terrenal de la Igualdad… ¿es oro todo lo que reluce? Lamentablemente roza el cobre.
La diferencia salarial y de oportunidades sigue siendo un hecho. Hay más mujeres en puestos directivos que en muchos países, pero, en su mayoría, en sectores o profesiones consideradas tradicionalmente femeninas como recursos humanos por nombrar alguna.
Violencia
Agresiones sexuales
Suecia tiene un altísimo porcentaje de denuncias por agresiones sexuales. En 2017, la policía de Malmö recomendó a las mujeres no salir solas por la noche tras una serie de violaciones brutales en la ciudad. Esta medida fue muy criticada y al final se vieron obligados a puntualizar y retirar el llamamiento.
Sin embargo, la interpretación de las cifras que solemos dar no es del todo correcta, al no caber comparación con otros países, debido a cómo se registran las denuncias (si acusas a tu pareja por haberte violado dos veces, se crean dos expedientes) a la amplitud de la ley (agresión verbal, penetración, etc), y sobre todo a que una gran parte denuncia.
La violencia de género está lejos de ser erradicada y la desigualdad en el reparto de tareas en el hogar persiste.
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