Sudar no es sinónimo de eliminar grasas o toxinas, sino agua y sales minerales (Charles Knox / Getty)
La transpiración es tan incontrolable como imprescindible, pero solo para regular la temperatura
Por mucho tiempo ha valido la leyenda de que cuanto más sudas, más trabajas, y de paso, más adelgazas, y más toxinas eliminas. Pero ninguna de esas cosas es cierta. Es decir que tanto el que suda mucho en el gimnasio como el que regresa seco al vestuario pueden estar haciendo bien su trabajo.
Lo que está claro es que todos, más o menos, sudamos. “Es parte de la naturaleza de nuestro organismo, y es fundamental para mantener nuestra temperatura corporal. Aunque muchas personas lo consideran desagradable, es fundamental para bajar la temperatura de nuestro cuerpo y permitir el normal desarrollo de las funciones del organismo (idealmente entre los 35ºC y los 37ºC)”, advierte la dermatóloga del Hospital Clínic de Barcelona Andrea Combalía.
El rechazo al sudor, a pesar de todo, existe. Es una cuestión social, otro de los muchos tabúes que tenemos en nuestra sociedad y que deberíamos olvidar. “Hay que dejar de rechazar el sudor y empezar a verlo como algo natural y necesario en nuestro organismo”, reclama la especialista que recuerda que tampoco hay que ir al otro extremo y esforzarse por sudar muchísimo pensando que así eliminamos más toxinas.
El rechazo al sudor es un tabú que hay que combatir
“Si bien es cierto que clásicamente se ha creído que el sudor además de regular la temperatura corporal es uno de los mecanismos de excreción que tiene nuestro organismo, en realidad, en la composición del sudor encontramos básicamente agua (95-99%) y sales minerales como el sodio (que le da el sabor salado)”, resume Combalía. La cantidad de toxinas eliminadas por el sudor,advierte la especialista, “es mínima e insignificante, por lo que la idea de que puedes sudar hasta eliminar las toxinas de tu cuerpo es solo un mito, y las afirmaciones sobre los beneficios de las saunas y otros tratamientos para sudar y eliminar toxinas no están respaldados por la ciencia... no deberíamos dejarnos engañar”. El hígado y los riñones, y no las glándulas sudoríparas son los encargadosprincipales de eliminar las toxinas de nuestro cuerpo.
“El sudor contiene básicamente agua y sales minerales; la cantidad de toxinas es mínima”
Tampoco sudar es sinónimo de adelgazar o perder peso, hecho que, afortunadamente, ya comienza a ser de dominio público. “Lo que ocurre al sudar es que perdemos líquidos (95-99% agua) y sales minerales, y, por lo tanto, nos da una falsa sensación de pérdida de peso. La pérdida de peso relacionada con el sudor no es real, sino quese trata simplemente de deshidratación, lo que, a su vez, no es bueno para el cuerpo”, advierte Robert Herráez, entrenador de grupo DIR que no se cansa de advertir de la importancia de “rehidratarse tras la realización de deporte o en ambientes muy calurosos, para poder devolver al cuerpo toda el agua que ha perdido, aunque con ello se recupere el peso teóricamente perdido de forma momentánea”.
Lo curioso es que hay quien suda mucho, incluso a veces muchísimo, y quien suda poco o casi nada. Quienes no sudan nada sufren una enfermedad llamada ahidrosis, que puede llegar a ser mortal si no se trata a tiempo, porque la ausencia total de sudoración causa que el cuerpo se recaliente.
Sudar demasiado o nada puede ser un problema al que hay que poner solución
También existen personas con hiperhidrosis, que consiste en “una sudoración excesiva que puede afectar a toda la superficie de la piel, pero que por lo general está limitada a las palmas de las manos, las plantas de los pies y las axilas; se desconoce su origen, pero tiene un componente genético, ya que solemos encontrar varios miembros de la misma familia afectados”, resume la especialista del Hospital Clínic.
Pese a que no supone un grave problema de salud, “el sudor excesivo e incontrolable en manos es muy limitante y puede acarrear consecuencias psicológicas, ya que los que la padecen tienden a sentir vergüenza (al dar la mano al saludar, por ejemplo), frustración, pensamientos obsesivos y conductas de evitación y ansiedad anticipatoria, la cual todavía empeora más el problema, ya que provoca que todavía suden más. Es un pez que se muerde la cola”, dice la dermatóloga, que recomienda visitarse y tratarse en un centro especializado.
Y todavía hay otra condición igualmente molesta y desagradable relacionada con el sudor, aunque tampoco sea grave para la salud: la bromhidrosis o el mal olor del sudor, que ocurre principalmente en las axilas y en los pies. No está causado por el propio sudor, ya que este es prácticamente inodoro, sino por los productos de degradación de las bacterias y levaduras que se alimentan del sudor en estas zonas y producen el aroma desagradable.
La buena noticia es que, afortunadamente, existen múltiples tratamientos tanto para el exceso de sudoración (hiperhidrosis) como para el mal olor (bromhidrosis). Si se está en una de esas situaciones se trata, por tanto, de consultar a un dermatólogo para ponerle solución.
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