martes, 24 de septiembre de 2019

¿Quién mató a Thomas Cook: Booking o el Brexit?


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La combinación de un menor gasto de los británicos en vacaciones y el auge del bajo coste y las plataformas online han resultado letales para el grupo.


Reino Unido se ha levantado esta mañana con la noticia de que Thomas Cook, la empresa más antigua del país del sector de viajes, ha entrado en proceso de liquidación al no poder lograr este fin de semana la financiación necesaria para seguir operando.

La gran pregunta que se hacen los analistas es si el Brexit y la incertidumbre política y económica han matado a la empresa, o si este proceso ha sido solamente un complemento letal a su decadente modelo de negocio, acechado por el bajo coste y nuevas empresas como Booking o Airbnb.

"Thomas Cook sobrevivió a dos guerras mundiales, pero no al Brexit", decían esta mañana los analistas de Bersntein, al recordar los 180 años de historia de la empresa.

El pasado mes de mayo, la compañía ya alertó de que los clientes británicos estaban retrasando la contratación de sus paquetes turísticos debido a la incertidumbre creada por la salida de Reino Unido de la Unión Europea, un proceso que, tres años después del referéndum que dio la victoria a los partidarios del Brexit, todavía no se ha consumado.

La desaceleración económica y la falta de claridad política han hecho que los británicos contengan el gasto en actividades como viajar. A esto se suma la caída de la libra esterlina, que hace más caras las vacaciones de los británicos en Europa continental y también reduce los ingresos de Thomas Cook y de otros touroperadores.

Esto se debe a que el menor valor de la divisa británica estrecha los márgenes de Thomas Cook, ya que la mayor parte de sus costes (pagos a hoteles españoles o compra de combustible para sus aviones) se realiza en otras monedas.

Sin embargo, el Brexit no ha sido la única razón en la caída de la compañía. El crecimiento imparable de las aerolíneas de bajo coste y la popularización de plataformas que permiten contratar directamente los hoteles y apartamentos han hecho que miles de viajeros dejen de utilizar los paquetes tradicionales y confeccionen directamente sus estancias

Los nuevos hábitos de los consumidores, que ahora contratan sus vacaciones a través de plataformas online como Booking o Airbnb, han puesto en jaque a su potente red de agencias de viaje tradicionales, que no ha sabido amoldarse con rapidez a los nuevos tiempos. Thomas Cook tiene más de 500 agencias de viaje en las calles británicas.

Además, su relación con los hoteleros también había quedado desfasada. El grupo, que pagaba por adelanto sus reservas en hoteles para asegurarse buenos precios, ha visto como otras empresas como On the beach o Jet2 ofrecían un modelo más flexible que se amoldaba mejor a los cambios de los clientes. Más de 6.000 hoteleros dependían de las reservas de Thomas Cook en diferentes partes del mundo. Su presencia en Baleares y Canarias es muy potente, donde cerca de 30.000 turistas permanecen ahora mismo sin poder volver a sus lugares de destino.

Thomas Cook arrastra 1.700 millones de libras de deuda. Mientras las labores de rescate de 150.000 turistas británicos y 350.000 de otras nacionalidades han empezado ya este lunes, el coste de la repatriación de todas las personas afectadas por la quiebra ascenderá a unos 100 millones de libras. Algunos en Reino Unido se preguntan si el Gobierno debería haber intentado un rescate del grupo, que tenía 22.000 empleados que ahora están en la calle.

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