Fotograma de 'Be Right Back', episodio de Black Mirror. (HBO)
Los avances en inteligencia artificial proponen un mundo en el que ya nunca más existirán las despedidas con los seres queridos que nos abandonen. ¿Estaremos dispuestos y preparados?
Su nombre es James Vlahos y vive en California. "Sí, he visto ese episodio de Black Mirror", anuncia en su perfil Twitter. Posiblemente sea la persona del mundo con más derecho a decirlo. A pesar de no tener muchos seguidores en comparación a cientos de 'influencers', seguramente sea uno de los nombres que más oiremos en los próximos años dentro del ámbito empresarial tecnológico. A su padre le diagnosticaron cáncer de pulmón en 2016 y nada más enterarse, invirtió todo su tiempo en él. Padre e hijo disfrutaron de sus últimos momentos juntos a través de conversaciones que James no dudó en grabar con la idea de hacer un libro conmemorativo sobre su vida.
En total, fueron 91.970 palabras que llenaron 203 folios de Word. En ellas había recuerdos, anécdotas, anhelos profundos, canciones que aprendió de joven, los momentos más importantes de su carrera y las pasiones que alumbraron su vida. Todo este material, además de ser transcrito, quedó guardado en archivos mp3 en el ordenador personal de James. Un día cualquiera, tiempo después de su muerte, el hijo leyó un artículo en la prensa que hablaba sobre un proyecto que estaban realizando dos investigadores de Google con el objetivo de crear un chatbot a partir de 26 millones líneas de diálogo presentes en películas. Una vez terminado todo el proceso, los dos investigadores comenzaron a hacerle una serie de preguntas filosóficas al chatbot. Una de ellas fue sobre cuál era su propósito en vida. El bot respondió: "Vivir para siempre".
"Los fantasmas digitales de los seres queridos nos colocan en la posición de fingir la posesión de aquello que ya no tenemos"
Así narra la revista científica 'MIT Press' el momento en el que Vlahos se dio cuenta de que estaba destinado a crear una tecnología capaz de retar a la mismísima muerte. ¿Para qué iba a escribir un libro contando la historia de su padre fallecido? Mejor que la contara él mismo. Recordó un antiguo juguete del que había oído hablar que se basaba en una herramienta llamada PullString, la cual creaba conversaciones con personajes de ficción. De este modo, probó a transferir al programa informático las grabaciones en archivos mp3 de su padre y creó su propio 'Dadbot', como lo llamó, un software que simula conversaciones con su padre. Han pasado varios años desde la muerte de su progenitor, pero Vlahos todavía habla con él. Según cuenta él mismo, cuando le pregunta dónde se encuentra le responde: "Como bot, supongo que existo en algún lugar de un servidor informático en San Francisco. Y también, supongo, en la mente de las personas que conversan conmigo".
Un 'bot' con emociones
El Dadbot de Vlahos no es el primer programa informático que ha roto la posibilidad de que algún día la tecnología nos permita comunicarnos con nuestros seres queridos una vez ya no estén con nosotros. Al igual que el famoso episodio de Black Mirror al que hace referencia en su Twitter, existen más servicios de inteligencia artificial que a partir de la recopilación ingente de datos pueden interactuar con humanos. Otro de ellos es Replika, una app para móviles diseñada por Eugenia Kuyda y lanzada en 2017 cuyo distintivo es que puede mostrar emociones. La IA realiza una serie de preguntas a sus usuarios para imitar personalidades distintas y así hacer una interacción muy similar a la que tendríamos con un amigo.
"La narrativa de estas máquinas es coherente con nuestro hábito de delegar nuestras historias y recuerdos a agentes artificiales"
Pero, más allá de toda esta serie de avances que sin duda son muy prometedores, ¿llegará un día en el que la muerte sea solo una cosa del pasado gracias a estos programas de inteligencia artificial? ¿Qué relación tendremos con ella al saber que a pesar de todo nuestro dolor por la pérdida física de un ser querido podremos recuperarle gracias a la tecnología? Evidentemente, no podremos traerle de vuelta, pero sí nos acompañará su voz, su forma de hablar y hasta sus bromas o personalidad.
"Las posibilidades tecnológicas actuales y las formas sofisticadas de inteligencia artificial que están surgiendo nos brindan la esperanza de que podemos continuar con relaciones objetivamente terminadas", asegura Davide Sisto en el artículo de 'MIT Press', filósofo y profesor de la Universidad de Turín, quien recientemente ha publicado un interesante libro titulado 'Online Afterlives' en el que reflexiona desde el prisma filosófico y humanista sobre cómo cambiará nuestra relación ya no solo con la muerte, sino con el resto de personas con las que ya no compartimos la vida. Pues al fin y al cabo, si disponemos de la cantidad de datos necesaria para programar una inteligencia artificial como los bots de Vlahos o Kuyda sobre gente que ya no está con nosotros como antiguos amigos o exparejas, la presencia objetiva de todos ellos podría acompañarnos el tiempo que queramos.
"Los fantasmas digitales de los seres queridos nos colocan en la posición de fingir la posesión de aquello que ya no tenemos, confiando tanto en nuestra plena conciencia de la pérdida como en nuestro deseo simultáneo de negarla", asevera Sisto. "Estos pretenden mantener la puerta abierta a un mundo que la muerte siempre ha negado mediante la utilización eficaz de objetos digitales que existen imperecederamente".
La unión del poeta y del ingeniero
Al igual que sucede con los avances tecnológicos en genética y biología, toda esta serie de instrumentos tan prometedores chocan con una dimensión ética que hay que afrontar. Algunos filósofos como Franco 'Bifo' Berardi ven cada vez más necesaria y urgente la unión entre poetas (reencarnados también en la figura del filósofo) e ingenieros (programadores de software) para dar forma al mundo que está por venir. En su libro 'Fenomenología del fin' pone en relieve toda esta serie de análisis, apostando por un futuro diseñado por la voluntad de creación de estos dos ámbitos profesionales.
Del mismo modo en que los antiguos poetas vieron en la escritura una herramienta para intentar pasar a la posteridad (ellos mismos o los protagonistas de sus cantos épicos), las empresas tecnológicas conseguirán armas para desentrañar o poner en suspenso ese gran misterio que desde tiempos inmemoriales ha asolado a la especie humana y que conecta con las grandes preguntas filosóficas de todas las épocas: la muerte. "La narrativa de estas máquinas propia de la ficción es coherente con nuestra propia experiencia de una existencia digital disociada de la biológica, con nuestro hábito de delegar nuestras historias y recuerdos a agentes artificiales", concluye Sisto. ¿Esquivaremos a la muerte? ¿Podremos estar satisfechos de interactuar verbalmente con nuestros seres queridos fallecidos aunque estos ya no estén en el plano físico? Solo el tiempo lo dirá.
Por
Enrique Zamorano
09/01/2021 - 05:00
https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2021-01-09/muerte-social-filosofia-chatbots-fallecidos_2899036/