El enquistamiento de la guerra en Ucrania provoca que la UE se plantee la que sería la sanción más expeditiva contra Moscú hasta ahora aprobada: paralizar las importaciones europeas de hidrocarburos rusos, especialmente de gas. Es una medida que también apoyan expertos de tanto peso como el exconsejero del propio presidente Vladimir Putin, Andrei Illarionov, quien asegura que "con un embargo real en este ámbito el conflicto se acabaría en uno o dos meses". Los expertos nacionales e internacionales consultados por elEconomista ven también factible un bloqueo de esta índole pero hacen claras advertencias en cuanto a cuál sería su impacto económico.
En concreto, el economista jefe para Europa de Goldman Sachs, Sven Jahr Sthen, predice que un "bloqueo total" de los oleoductos que desde Rusia entran en territorio europeo reduciría en un 2,2% el incremento del PIB previsto para la eurozona en 2022, ahora situado en el entorno del 3%, de acuerdo con las previsiones de primavera del FMI, hechas públicas esta semana. En esta misma línea, el Fondo divulgó ayer sus propios cálculos sobre el impacto del cerrojazo al gas ruso situándolo en tres puntos de PIB para la Unión Monetaria.
Más allá de los datos agregado, como era predecible, dada su gran dependencia de los combustibles rusos, Alemania encajaría un impacto más intenso, cercano a los 3,5 puntos porcentuales, de acuerdo con Sthen. Desde el Reino Unido, el director ejecutivo de Strategy Economics, Matthew Lynn habla con más claridad de "recesión" en el país ahora gobernado por Olaf Scholz. Ahora bien, asegura que esa contracción del PIB "sería moderada".
Es más, Lynn, siempre crítico con el rol que Berlín está desempeñando en esta crisis, asegura que "estamos ante una de las sociedades más ricas del mundo con una ratio de deuda sobre PIB de sólo un 60%. Puede afrontar ese nuevo esfuerzo. Le costaría menos que luchar contra la epidemia del Covid, en términos de gasto público.
Desde Bruselas, el economista del laboratorio de ideas Bruegel Simone Tagliapietra considera la UE "puede sobrevivir" al corte del suministro energético ruso, siempre y cuando no se prolongara en exceso, "durante muchos inviernos".
Restricciones
Ahora bien, Tagliapietra igualmente cree que, incluso un bloqueo durante un tiempo moderado, exigiría restricciones de suministro en varios países.
De nuevo Alemania estaría en el foco desde este punto de vista, como señala el economista y consejero editorial de este periódico, Francisco de la Torre, quien ve inevitable el racionamiento de energía para la industria teutona "incluso en pleno verano". Es más, De la Torre plantea el problema para Centroeuropa no sólo en términos de un menor crecimiento sino también de "imposibilidad puramente física". En otras palabras, "el Gobierno de Scholz carece de alternativa al suministro ruso. No la tendrá hasta que no reactive todas sus centrales nucleares y eso lleva tiempo", además del coste político que supondría para el canciller socialdemócrata.
Por si fuera poco, "no hay una opción que sea más barata, ni mucho menos en las energías verdes" al suministro que llega a través de los oleoductos y gasoductos que atraviesan Ucrania, tercia el director de Tressis Gestión, Daniel Lacalle. La única vía pasaría "por elevar las importaciones de Estados Unidos, Dubai, Qatar..." con los costes y los largos plazos que ello conlleva. A más largo plazo resultaría también necesario rediseñar la estrategia energética comunitaria "con una política seria por parte de los países europeos de permitir la exploración y explotación de las reservas de gas que tiene el Viejo Continente".
En el debate sobre los plazos es más extenso, ya que queda abierta la cuestión de si realmente la UE está a tiempo de sancionar tan duramente a Moscú y obtener resultados de calado a la hora de acortar la guerra en Ucrania.
A este respecto el socio de Nextep Finance Víctor Alvargonzález expresa importantes dudas. "Una decisión de este calado tendría que haberse previsto antes, no ahora que no hay salida inmediata". Además, "sería muy doloroso para las clases menos favorecidas de la Unión Europea. Si ya lo está siendo el efecto rebote de las sanciones en forma de inflación, imagínense eso multiplicado por dos o por tres. Y lo peor es que, viendo el efecto de las sanciones actuales, probablemente éstas también tardarían en tener efecto y no detendrían la agresión rusa", concluye Alvargonzález.
Si, a pesar de todo, Bruselas toma la decisión de acometer el tijeretazo el catedrático Salvador Marín opina que, para "interrupción se hace necesario o es clave garantizar la logística e infraestructuras de transporte del gas desde otros lugares".
"Si se trabaja sobre ello, ya que esta interrupción afecta mas a unos países europeos que otros, y en los que ya tienen con Rusia sus conexiones de transporte , sería más sostenible", concluye.