lunes, 11 de abril de 2022

Nueve hoteles cinco estrellas en el cielo de Madrid, la ciudad de moda

 Lobby del hotel Mandarin Oriental

Lobby del hotel Mandarin Oriental


La vocación de gran capital europea y mundial se ha ido consolidando con el interés por la alta gastronomía, negocios, productos selectos, ferias internacionales y espectáculos de renombre


La capital ha pisado el acelerador del turismo de alto poder adquisitivo. La vocación de gran capital europea, incluso mundial, de Madrid se ha ido consolidando en los últimos años y a remolque de aquellos que viajan hasta ella en busca de alta gastronomía, negocios, productos selectos, ferias internacionales y espectáculos de renombre, su sector hotelero también ha tomado velocidad aprovechando un viento de cola que ha convertido a Madrid en una ciudad deseada.

Con nuevas aperturas de cinco estrellas, importantes renovaciones en establecimientos ya existentes y un cambio de filosofía generalizado por el que los hoteles de lujo también quieren atraer a los no hospedados para convertirlos en nuevos clientes, el sector vive un momento muy dulce. Estos son nueve ejemplos de cinco estrellas que son de 10.

Bless Madrid

Bless Madrid

La escalera de caracol de hotel Bless, que ocupa el edificio del antiguo Gran Hotel Velázquez 

Este hotel simboliza, en cierto modo, lo que le ha pasado a Madrid en la última década. La ciudad se ha modernizado, sofisticado e incluso ha añadido un nuevo tipo de noche a su catálogo: el canalleo elegante. Eso se ha ganado gracias a nuevos locales de ocio, a restaurantes y sobre todo por establecimientos como este: el antiguo Gran Hotel Velázquez, uno de esos considerados “de los de toda la vida”. Gracias al grupo ibicenco Palladium este ha cambiado radicalmente su aspecto y ha aprovechado su privilegiada ubicación para convertirse en uno de los puntos calientes de la ciudad.

El 30% del hotel son suites y cuatro son unas curiosas villas independientes

Con Bless, Palladium ha creado una nueva marca a la que considera de lujo hedonista y ha querido cuidar de manera meticulosa todos los detalles. Prueba de ello es que los dos establecimientos con este nombre, en Ibiza y en Madrid, forman parte de Leading Hotels of The World, un consorcio hotelero de menos de 500 miembros en el que, cada hotel aspirante debe obligatoriamente estar clasificado en la categoría de lujo del país al que pertenece y cumplir con una serie de especificaciones que comprenden varios cientos de criterios de confort, equipamiento y servicios que son evaluados minuciosa y regularmente.

El hotel abrió en 2019 y fue todo un éxito. Luego, el cierre obligado de 2020 fue visto como una oportunidad para afinar detalles en la decoración, distribución de espacios públicos y replanteamiento de la restauración. Fue todo un éxito para este hotel de 111 acogedoras habitaciones, de las que el 30% son suites y cuatro son unas curiosas villas independientes. Un personal que es un auténtico tesoro en cuanto a profesionalidad y saber hacer, un sorprendente bar con bolera en el sótano y un jardín con mucho encanto en el terrado hacen de este un hotel sensacional y disfrutón.

Urso Hotel & Spa

Urso Hotel & Spa

El spa del hotel es un remanso de paz en la capital 

El periodista y editor Nicolás María de Urgoiti y Achúcarro unió su destino empresarial al de Rafael Picavea y Leguía, también periodista y político. Ambos fundaron la papelera española en la ciudad de Bilbao en 1901. Los dos, al timón de 14.000 trabajadores, levantaron un grupo empresarial basado en la producción de papel, prensa escrita y editoriales. El éxito les obligó a tener dos delegaciones para consolidar su presencia en toda España: una en Barcelona y otra en Madrid. En el caso de la capital, la empresa levantó en 1915 un elegante edificio neoclásico en pleno barrio de Las Salesas.

La papelera no llegó a cumplir un siglo y su delegación madrileña cambió de manos varias veces, llegando a ser incluso sede de un extinto partido de extrema derecha, aunque eso y el negocio del papel quedan atrás en la historia de un hotel exquisito que abrió sus puertas en 2014 con ganas de ser un establecimiento plenamente integrado en su barrio de adopción y no un platillo volante hotelero aterrizado en el corazón de la ciudad.

El Urso es una dirección muy recomendable para un viaje a Madrid, ya sea por ocio, trabajo o negocios: su personal, en un perfecto equilibrio entre lo informal y lo sobrio, la decoración o el invernadero para los desayunos que hace que hasta un día de lluvia arranque de manera fabulosa, son rasgos notables de la casa. A destacar también los detalles de las habitaciones, llenas de guiños al propio barrio de las Salesas y, por supuesto, donde dormir bien está garantizado. Las habitaciones que miran a los jardines del vecino palacio de Villagonzalo tienen un encanto especial, como también es encantador un pequeño y sorprendente spa que se ha instalado aprovechando de manera muy inteligente cada centímetro del sótano de este edificio histórico.

Mandarin Oriental Hotel Ritz

Mandarin Oriental

Mandarin Oriental

El segundo hotel Mandarin Oriental de España está íntimamente ligado a Alfonso León Fernando María Jaime Isidro Pascual Antonio de Borbón y Habsburgo-Lorena, más conocido por ser el rey Alfonso XIII. Y es que el propio monarca aportó parte del capital para la constitución de una sociedad que se encargaría de la construcción de un Ritz en Madrid. La existencia de hoteles a la altura de otras grandes capitales europeas era una fijación de aquel jefe de estado tras haberse alojado en los legendarios Ritz de Paris y Londres.

Inaugurado hace 112 años, el de la Plaza de la Lealtad es uno de los establecimientos decanos de Europa. Con una historia tan larga, esta casa ha pasado momentos de esplendor y otros más discretos. En la parte positiva, que es con la que hay que quedarse hoy, este hotel ha acogido cumbres internacionales, ha sido hogar temporal de celebridades de todo el mundo en la capital española y sus paredes recuerdan todo lo bueno, chic o espectacular que se pueda imaginar en un histórico hotel de cinco estrellas que desde 2015 forma parte del grupo Mandarin Oriental.

El establecimiento apuesta por la mejor coctelería y la cocina de Quique Dacosta

La entrada de nuevos inversores y la gestión de la marca revitalizó a un hotel que, a pesar de su prestigio, necesitaba reeditar su esplendor. Se ha conseguido con creces: una ambiciosa reforma ha conseguido que el edificio luzca aun más espectacular y se convierta en un lugar deseado, tanto para huéspedes como para locales y personas de paso, pues dormir allí o disfrutar de sus salones redondea un día en Madrid con un lujo exquisito que no es solamente estético, sino también sensorial y gracias a un personal de diez que se adelanta a los deseos de huéspedes y clientes y a la apuesta por la mejor de las coctelerías y la gastronomía de Quique Dacosta, actual asesor de la casa en este aspecto trascendental para un cinco estrellas.

Santo Mauro. A Luxury Collection Hotel

Hotel Santo Mauro Madrid

Hotel Santo Mauro Madrid

La residencia de Mariano Fernández de Henestrosa y Ortiz de Mioño, duque de Santo Mauro fue levantada en 1902 por el arquitecto Juan Bautista Lázaro de Diego. El edificio sigue siendo propiedad de la familia, aunque se convirtió en hotel de la mano de Antonio Catalán, creador de las marcas NH y AC Hotels. Esta última está integrada en el gigante Marriot como una de sus 30 marcas. El remate de unas delicadas reformas a finales del año pasado hizo replantear su posicionamiento en el mercado del lujo y el Santo Mauro es ahora uno de los 123 establecimientos de todo el mundo con sello The Luxury Collection, también de Marriot.

Esta es una pequeña gran joya de 49 habitaciones en pleno barrio de Chamberí. En lo arquitectónico es un conjunto de tres edificios que en su día llegó a ser también legación diplomática de tres países diferentes: Canadá, Rumanía y Filipinas. Para su puesta al día respetando el pasado, Alicia Catalán, hija del hotelero, reclutó a un ecléctico equipo integrado por un chef, Rafa Peña y un decorador, Lorenzo Castillo. También fichó al paisajista Fernando Valero, a María Covarrubias, arquitecta especializada en iluminación y a Lucas Vidal, compositor. Y es que, si algunos hoteles piden crear un aroma a un especialista, en el Santo Mauro contaron con un músico para crear una banda sonora propia del hotel. Ahí es nada.

Todo en este pequeño gran hotel es exquisito: su cocina, sus salones recargados y acogedores con sedas, terciopelos, espejos y maderas nobles. A destacar un maravilloso jardín mejorado en los últimos meses. Este es uno de esos secretos de Madrid que en realidad es accesible a clientes y locales recibidos un personal que atiende a cada huésped y a cada visitante para que se sienta como en casa. Una casa perfecta.

The Westin Palace

La espectacular cúpula de cristal del hotel

La cúpula de vidrio tintado que es el corazón del hotel

El solar que en su día ocupó el palacio de Fernando María de Constantinopla Fernández de Córdoba y Pérez de Barradas, XIVº Duque de Lerma, se convirtió en 1912 en un espléndido hotel: el Palace de Madrid. El establecimiento nació a iniciativa del Alfonso XIII y ejecutado por Georges Marquet, empresario belga. El segundo encargó su construcción a Eduard Ferrés i Puig, arquitecto que en su día también fue encargado de diseñar el Ritz de la capital catalana, lugar que curiosamente hoy se llama Hotel Palace Barcelona.

El Palace madrileño, lleva el sello Westin, una de las once marcas premium del holding Marriot, es una leyenda de la hotelería española y europea. Sin duda es uno de esos lugares que merecerían una enciclopedia por todo lo allí sucedido, tanto contable como no contable, pues los secretos son una de las claves de los grandes hoteles. Aquí durmió muchas veces Margarita van Zeele, conocida como Mata Hari, descansaron Bruce Springsteen y Lauren Bacall y sin descansos aparentes, en sus habitaciones y salones también se tomaron algunas decisiones trascendentales durante el fallido golpe de estado del 23 de febrero de 1981, al ser entonces el hotel más grande y cercano al Congreso de los Diputados.

El bar, el 1912, está íntimamente asociado a Hemingway, célebre escritor y bebedor

Con las 470 habitaciones, 51 suites y buena parte de los espacios comunes recientemente reformados, una de las joyas de la casa es la suite royal, estancia impecable de hasta 225 metros cuadrados situada en la cuarta planta y cuyos huéspedes tienen servicios exclusivos incluidos como tratamientos, servicio de mayordomía personalizada o traslados a petición. Otro de los elementos a destacar la cúpula de vidrio tintado que es el corazón del hotel y donde está uno de sus restaurantes, La Rotonda. También legendario es su bar, el 1912, íntimamente asociado a un célebre escritor y bebedor: Ernest Hemingway

Intercontinental

La terraza de la suite real del hotel Intercontinental

La terraza de la suite real del hotel Intercontinental

Conrad Nicholson Hilton compró su primer establecimiento en Texas, Estados Unidos, en 1919 y en poco más de 20 años creó la primera gran cadena hotelera internacional a la que puso su apellido Su expansión transatlántica arrancó en Madrid, primera ciudad europea donde se abrió uno de sus hoteles: el legendario Castellana Hilton, abierto casi al mismo tiempo que la flamante embajada de Estados Unidos en España, muy cerca de este hotel, a principios de los años 50. La guerra fría y el interés de Washington en la península ibérica como plataforma en Europa allanaron la salida de España de una larga postguerra.

Aquel hotel en el número 49 de la Castellana pertenece hoy al grupo InterContinental que ha sabido mantener su brillo clásico, recordando unos gloriosos años en los que Marlon Brando Ava Gardner, Frank Sinatra o Luis Miguel Dominguín eran clientes frecuentes, aunque sin perder el tren de la modernidad, pues es un establecimiento de alta categoría que sigue fascinando a muchos y un referente en las visitas de estado internacionales a España.

En las dos décadas ya pasadas del actual siglo el hotel ha sido sometido a importantes mejoras y reformas integrales que lo han puesto al día y creado espacios emblemáticos para huéspedes muy exigentes y acostumbrados a la gran hotelería, como es la espectacular suite real de 400m2 y cuatro suites presidenciales de 140m2, muy apreciadas por visitantes VIP de todo el mundo que pasan por la capital española en viajes institucionales, de negocios o personales. Entre estos últimos destacan los clientes de fin de semana que casi no salen del hotel parea, entre otras cosas, disfrutar del célebre brunch de los domingos, un espectáculo gastronómico en los espacios comunes de un hotel que lleva siete décadas prestigiando a la ciudad, a su hotelería y que fue pionero en su ámbito. Cosas que nunca han de olvidarse en tiempos de continuas nuevas aperturas.

Rosewood VillaMagna

Una de las suites del Rosewood Villamagna

Las suites del hotel destacan por un interiorismo clásico y confortable  

El éxito en la explotación de una red de minas, permitieron al empresario Juan Anglada y Ruiz, almeriense de origen barcelonés, construir Anglada. Ese era el nombre de una imponente casa-palacio en plena Castellana… en la que prácticamente no pudo vivir y que finalmente fue la suntuosa vivienda de Enrique Crooke y Larios, el primer marqués de Genal. Todo eso es ya historia pasada. De hecho, desaparecida, pues en el solar que ocupaba ese espacio se abrió un lujoso hotel que este año cumple medio siglo: el Villamagna, símbolo del lujo madrileño y al mismo tiempo un establecimiento mucho más discreto que los otros cinco estrellas históricos de la ciudad. Mientras estos eran más abiertos a actos y eventos públicos, el Villa Magna siempre se preocupó por mantener la privacidad y discreción con sus clientes.

Las 53 suites son consideradas como la joya de la corona del hotel

Todo eso también forma parte del pasado de un hotel que aprovechó en cierre obligado de 2020 para emprender la segunda gran reforma de su historia. Lo hizo de la mano de su nueva gestora: Rosewood Hotels, compañía hongkonesa que ha aterrizado en España poniéndose a las riendas de este histórico contemporáneo. La reforma más evidente ha sido la de la fachada, un discutido diseño hijo de los años 70 que gracias a la intervención de Ramón de Arana ha mudado, literalmente de piel y ahora tanto externamente como internamente el lujo de ha equilibrado.

La parte exterior es solo una de las muchas cosas que han mejorado en esta casa en la que se quiere dar la sensación de estar en el palacio que fue, aunque en versión contemporánea, de ahí la tranquilidad que se respira en todos los espacios de esta casa que tiene un inventario de 154 habitaciones: 101 convencionales, si entendemos como convencional lo exquisito y 53 suites, que son consideradas como la joya de la corona del hotel, donde se nota especialmente la intención de los diseñadores de interiores queriendo dejar claro a los huéspedes que durante los días de estancia ese será su palacio madrileño.

Urban 

Uno de los duplex del Urban, un hotel en el que no hay dos habitaciones iguales

Uno de los duplex del Urban, un hotel en el que no hay dos habitaciones iguales

El edificio que ocupa el espacio de la antigua casa de Angel de Saavedra y Ramirez de Baquedano un estadista, poeta, dramaturgo, historiador, y pintor que heredó el título de duque de Rivas, es desde 2005 un lujoso cinco estrellas a tiro de piedra del congreso de los diputados y a otro tiro de piedra, quizá con un poco más de fuerza, respecto a la puerta del Sol. El establecimiento es el Urban, un lugar nacido de la mente del hotelero, egiptólogo y coleccionista de arte barcelonés Jordi Clos, que poniendo énfasis a estas tres ocupaciones, para él pasiones, creó un espacio de alta calidad en interiorismo, gastronomía, pintura y escultura, a modo de enorme coctel de varios pisos en pleno corazón de la capital.

Su estructura interior, revolucionaria en el Madrid de principio de este siglo, sigue sorprendiendo a los nuevos huéspedes y visitantes al espacio y encanta a los repetidores. La planta baja, desdoblada parcialmente en una entreplanta es un espacio carismático de esta casa, donde impresionala estructura de alabastro de 70 metros. También tiene mucho sabor el ático y la cubierta con el solárium, una piscina y un espacio para comer y cenar con unas vistas colosales sobre los tejados del célebre Madrid de los Austrias.

También son remarcables las partes más privadas de la casa: sus 102 habitaciones, de las que puede decirse que no hay ninguna igual: algunas son dúplex, otras junior suite, otras standard, algunas dúplex loft… y todas tienen antigüedades interesantísimas que por una, dos o las noches que los huéspedes pasen en el Urban, se convierten en objetos para disfrute exclusivo del cliente: estatuillas del siglo XI, piezas budistas, tótems de Papúa-Nueva Guinea, antigüedades egipcias… y todo eso combinado con piezas más contemporáneas como los muebles diseñados por Philippe Starck para varias zonas comunes. No es extraño que, con esas credenciales, el Urban sea también uno de los miembros destacados de Design Hotels.

Four Seasons

El Four Seasons destaca por su excelente ubicación

La fachada del Four Seasons se extiende a lo largo de 800 metros en plena calle de Alcalá 

Ha sido una de las aperturas más trepidantes de la hotelería europea y uno de los símbolos del nuevo Madrid, aun ocupando una de las esquinas con más tradición de la ciudad. De hecho, los 800 metros lineales que ocupa su enorme fachada son uno de los puntos fuertes de esta casa… que en buena parte tuvo consideración de palacio: el de La Equitativa, uno de los siete edificios históricos contiguos a los que tras una larguísima reforma se les ha dado una nueva vida en forma de hotel, de gran hotel con mayúsculas, gracias a la entrada de la canadiense Four Seasons en la gestión en el que es su segundo establecimiento en la península ibérica tras el de Lisboa, abierto en 1959. Tuvieron que pasar seis décadas para que España tuviese su propio hotel de esta marca.

Ha sido una de las aperturas más trepidantes de la hotelería europea y uno de los símbolos del nuevo Madrid

El Four Seasons madrileño epata desde que se cruzan sus puertas: el vestíbulo principal, antiguo patio de operaciones bancarias, con unas esplendidas columnas de mármol y hasta 3.500 piezas diferentes primorosamente restauradas, hacen sentir al huésped que llega o al cliente que está de paso, que ha llegado a un sitio especial, con mucha historia y a la vez lleno de vida.

La vida se respira intensamente en sus espacios de restauración, como el dirigido por Dani García o Isa, la coctelería de inspiración japonesa que está causando sensación desde su reciente apertura y que tiene a Miguel Pérez al timón de uno de esos sitios que marcará la historia de la hostelería local, como ya lo está haciendo su relación con el arte y cultura locales o el confort de sus 200 habitaciones y suites. En algunas de estas estancias que actualmente son un perfecto espacio de descanso, en su día y no hace demasiado tiempo, se decidía parte del funcionamiento de la economía española e internacional. Todo cambia y todo está en permanente movimiento, como los días en este hotel y todos los grandes establecimientos de la ciudad.