Llevar mascarilla en interiores dejará de ser obligatorio a partir del miércoles, 20 de abril, un día después de que el Consejo de Ministros adopte la medida anunciada por la ministra de Sanidad, Carolina Darias, hace una semana. España, por tanto, pone fin a la última gran restricción de la pandemia de covid-19.
Ya no habrá que portar cubrebocas en los restaurantes y en los bares. Tampoco será obligatorio a la hora de hacer la compra en un supermercado o en un centro comercial o cuando acudamos a ver una película en el cine o una obra de teatro. En los colegios, institutos y universidades también se elimina la obligatoriedad de la mascarilla.
No obstante, existen varias excepciones. Se deberá portar cubrebocas en los hospitales, centros de atención primaria y residencias. Asimismo, se ha decidido mantener también la mascarilla en el transporte público, como los autobuses y el Metro.
El fin de la mascarilla pondrá de manifiesto muchos problemas de autoestima latentes
A priori, podemos pensar que el guardarnos la mascarilla puede ser algo liberador, sin embargo, para muchos no lo es. Ciertas personas necesitarán seguir refugiándose en ella porque les ha ayudado a esconder algunos de sus complejos. El fin del cubrebocas pondrá de manifiesto muchos problemas de autoestima latentes.
Como hemos dicho, niños y adolescentes volverán a las aulas después de las vacaciones de Semana Santa y ya no tendrán que llevar mascarilla durante las clases. Pero ojo, porque dejar de usarla tras tanto tiempo podría generar el denominado 'síndrome de la cara vacía'.
Definimos a este trastorno mental como un conjunto de síntomas que están relacionados con la ansiedad y que pueden aparecer, en mayor o menos grado, con la retirada de la máscara. Como es lógico, este problema puede surgir en todas las edades.
La adaptación es el primer paso para afrontar el 'síndrome de la cara vacía'
La angustia, la preocupación o la sensación de agitación son algunos de ellos. Síntomas físicos también pueden aparecer: cefaleas, mareos, tensión muscular, sensación de falta de aire, taquicardia... Todo esto ocurre porque esas personas se sienten desprotegidos frente al virus.
El miedo al contagio puede provocar trastornos obsesivos similares al TOC. Para afrontar este problema, el primer paso que debemos dar es la adaptación. Del mismo modo que necesitamos un tiempo para adaptarnos a llevar mascarilla hace dos años, también puede llevar unas semanas desprendernos de ella.
Los expertos dan algunos consejos para que la retirada de las mascarillas sea menos traumático. Hacer una lista con tu hijo de las ventajas de no portarla (menos calor, respirar mejor...); hacer algún tipo de ritual a modo de despedida o quitarla de forma progresiva puede ayudar. No olvides recurrir a un psicólogo si lo necesitas.