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La acción colectiva es a menudo la clave para crear cambios sociales o ambientales drásticos
¿Te cuesta convencer a la gente para que haga cosas o, por el contrario, eres un auténtico líder de masas? La acción colectiva (acción en la que participan un conjunto de personas que trabajan juntos para conseguir un mismo fin u objetivo de manera cooperativa) es fundamental y clave para conseguir determinados cambios, ya sean de índole ambiental, social o cualquier otra clase.
Sin embargo, puede implicar dilemas personales, pues la elección de actuar de manera altruista a veces tiene costes personales. Quizá, por ello, un nuevo estudio recogido en 'Science Alert' ha querido arrojar algo de luz sobre la mejor manera que pueden tener las personas de cooperar en tales situaciones. En el mundo de la economía, las decisiones sobre cooperación se estudian a menudo en juegos de laboratorio, como el dilema del prisionero, del que ya te hablamos en otra ocasión, o el juego de bienes públicos.
En cuanto al juego de bienes públicos, es uno de los mejores ejemplos de una configuración cooperativa: los participantes tienen que elegir en secreto cuántos de sus tokens privados poner en un bote público, del que todos pueden beneficiarse. El aspecto interesante de la situación cooperativa en este juego, y en muchos otros, es que expone a cada miembro de un grupo a la incertidumbre, que es la fuente fundamental del dilema social. Incluso si un miembro individual puede cooperar compartiendo sus recursos, no puede estar seguro de si alguien más lo hará. Por lo tanto, si coopera, se está arriesgando, lo que significa que el primer paso para cooperar puede verse como altruista.
En general la comunicación es crucial y ayuda a los miembros del grupo a evaluar las intenciones de los demás
¿Qué hace la gente en estas situaciones? Depende de los factores que tengan en cuenta, como el estatus social que tienen en el grupo, o los recursos a los que están renunciando, pero en general la comunicación es crucial y ayuda a los miembros del grupo a evaluar las intenciones de los demás (volvemos al dilema del prisionero, en el que las dos personas que han cometido un robo no pueden hablar entre ellas). Aunque hay un pero: sabemos que la gente no siempre hace lo que dice.
¿En qué consistió, por tanto, el estudio? Se asignaron 90 personas a grupos de cinco. Cada miembro tenía que realizar una tarea relacionada con el dinero: apretar un dispositivo de agarre manual varias veces para obtener una pequeña recompensa cada vez. Cada miembro del grupo tenía que elegir: quedarse con el dinero o contribuir al fondo del grupo (es decir, cooperar). El dinero que había en el bote del grupo cada vez se multiplicaba por 1,5, es decir, la mitad más de lo que se podría ganar individualmente.
Los participantes tenían que elegir si cooperar bajo un conjunto específico de circunstancias. Una vez que cada miembro del grupo había realizado la tarea real, los cinco miembros ingresaron a un chat grupal en línea donde pudieron discutir la tarea y la información (al menos para dos condiciones) que se les presentó. Después del chat grupal, volvieron a realizar la tarea y se les pagó a cada uno la cantidad que habían ganado personalmente, así como la cantidad ganada por el grupo.
Conclusiones
Las personas eran mucho más propensas a cooperar cuando sabían que lo que iban a hacer se transmitiría posteriormente al grupo. Pero, ¿cuánta diferencia fue determinada por lo que se discutió en el chat grupal?
Hablar de una manera que demuestre solidaridad y autoridad fortalecerá la identidad colectiva del grupo y establecerá una norma para cooperar
Hubo una relación directa entre cuánto llegó a un consenso el grupo para cooperar y cuánto se cooperó realmente. En otras palabras, cuando las personas dijeron cosas que ayudaron al grupo a llegar a un consenso, se terminaba actuando de manera cooperativa. El estudio sugiere que evitar frases que indiquen evasivas y equívocos ayuda a las personas a cooperar.
Los estilos de comunicación que utilizamos también pueden marcar la diferencia. Hablar de una manera que demuestre solidaridad y autoridad fortalecerá la identidad colectiva del grupo y establecerá una norma para cooperar. El humor y la calidez también ayudan. Por otro lado, se descubrió también que los grupos que usaban estilos de comunicación más formales e interesados, como los asociados con el mundo de los negocios y la política, eran menos cooperativos.
En resumen, mostrar un fuerte liderazgo a través de declaraciones asertivas, expresar aliento a través de frases motivadoras y hacer que las personas se sientan parte de su grupo son buenos primeros pasos para lograr que los demás cooperen.
Por
06/06/2022 - 05:00
www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2022-06-06/hacer-gente-coopere-contigo-experimento-psicologico_3435330/