- Para poder controlar la inflación, la Fed tendrá que seguir siendo agresiva
- Esta agresividad conduciría a la recesión conllevando una mayor tasa de paro
- La tasa de sacrificio mide el paro necesario para bajar un punto la inflación
Las opiniones de Lawrence 'Larry' Summers son de las que se escuchan en el mundo económico y financiero. El exsecretario del Tesoro, cargo que ocupó durante el segundo mandato de Bill Clinton en EEUU, es un habitual comentarista de la actualidad económica. Desde hace tiempo se muestra preocupado por el timing de la Reserva Federal y es uno de los firmes defensores de que la recesión será inevitable. Su tesis es que será precisamente la Fed la que provoque esta contracción económica al querer combatir de golpe la elevada inflación tras haberla 'dejado ir'. Esta agresividad repentina tendrá un duro impacto sobre el empleo. Para teóricos como Summers, es el 'precio a pagar' para domeñar el repunte de los precios en medio de un mercado laboral tan ajustado. Según las cuentas del antiguo cargo demócrata, hasta 10 millones de despidos serían necesarios para volver a una cierta "normalidad" en los precios.
¿Por qué hay que 'matar' el mercado laboral? La inflación en EEUU (el IPC general está en el 8,6%) tiene un elevado componente de demanda. Los precios vienen subiendo, en parte, porque el consumo de bienes duraderos se ha disparado muy por encima de los niveles previos al covid, una situación que podría agudizarse si la creación de empleo y el alza de los salarios se mantienen a buen ritmo. Parece evidente en EEUU que los factores domésticos tienen una especial relación con el fenómeno inflacionario.
Los economistas de la Fed de San Francisco han publicado una nota esta semana en la que aseguran que, al menos, un tercio de la inflación americana está provocada por un 'exceso de demanda', mientras que el resto está causada por factores ambiguos, entre los que destacan los problemas de oferta, pero que a su vez también pueden estar relacionados con la fortaleza de la demanda. La solución pasa por enfriar la economía y 'sacrificar' el mercado laboral, es decir, el pleno empleo (segundo mandato de la Fed).
El propio Summers reconocía en un paper publicado en abril que "la idea de que la inflación puede caer drásticamente sin un aumento correspondiente en la holgura del mercado laboral va en contra de la teoría económica estándar y es inconsistente con la evidencia histórica... La evidencia empírica respalda la opinión de que controlar la aceleración de la inflación requiere un aumento sustancial de la holgura económica. Desde 1955, nunca ha habido un trimestre con una inflación superior al 4% y un desempleo inferior al 5% que no haya venido seguido por una recesión en los dos años siguientes". La recesión y el desempleo es un sacrificio temporal para lograr el bienestar futuro.
La complejidad de poner una cifra
Es complejo poner una cifra a ese 'tajo' en el empleo. Para eso está el concepto de la tasa de sacrificio: el número de puntos porcentuales de desempleo por encima de la tasa de paro natural necesarios para conseguir una caída de un punto de la inflación. Este es el coste que debe asumir la sociedad para que el crecimiento de los precios vuelva a retomar una senda sostenible.
Según Jason Furman, expresidente del Consejo de Asesores Económicos del expresidente Barack Obama y colega de Summers en varios papers, la tasa de sacrificio en los 25 años anteriores a la pandemia ha sido de seis puntos porcentuales. Esto significa que se necesitaría un año de un aumento de seis puntos porcentuales en el desempleo o dos años de un aumento de tres puntos porcentuales para reducir la inflación en un punto porcentual completo.
En EEUU se calcula que la tasa de paro natural (la tasa de paro que no genera tensiones inflacionistas se sitúa entre el 4 y el 4,5%), por lo que habría que provocar a través de un enfriamiento de la economía (subidas de tipos y retiradas de estímulos) un incremento de la tasa de paro de más de seis puntos respecto al nivel actual para rebajar la inflación hasta el nivel coherente con el objetivo de la Reserva Federal.
Summers hace sus propios cálculos. En unas declaraciones el lunes recogidas por Bloomberg dijo que "necesitamos cinco años de desempleo por encima del 5% para contener la inflación, es decir, necesitamos dos años de desempleo del 7,5% o cinco años de desempleo del 6% o un año de desempleo del 10%". Teniendo en cuenta las cifras del último informe de empleo de la BLS (Oficina de Estadísticas Laborales), relativo a mayo, si el paro está actualmente en el 3,6% y supone más de seis millones de desempleados, el 10% al que se refiere Summers, haciendo una extrapolación teórica (variables como la población activa se mantendrían constantes) supondría un total de más de 16 millones. En plata: 10 millones más de estadounidenses se irían 'a la calle' para considerar controlada la inflación.
Aunque lo verbalizó con exactitud en sus declaraciones, lo que dejó traslucir Summers es que este sería el sacrificio a soportar para llegar al 2,3% de inflación subyacente que la Fed, en sus últimas proyecciones, publicadas tras la reunión de junio, prevé para 2024. En este particular, la Fed se refiere al PCE subyacente, una especie de deflactor del PIB que excluye la energía y los alimentos no procesados, a la postre el indicador favorito del banco central. El indicador se situó en abril en el 4,9% interanual.
Es aquí donde se vislumbra el choque entre las contundentes cifras de Summers y las de la propia Fed. En las citadas proyecciones, el banco central apunta a que el desempleo aumentará hasta el 4,1% de media en 2024. Para Summers, es un algo prácticamente inadmisible. "La brecha entre un 7,5% de desempleo durante dos años y un 4,1% durante uno es inmensa. ¿Está nuestro banco central preparado para hacer lo necesario para estabilizar la inflación si es necesario algo como lo que he estimado?", espetó el también profesor de Harvard.
En mayo, Ethan S. Harris, economista de Bank of America (BofA) Securities, desarrollaba en un informe el siguiente caso: "Supongamos que la Fed quiere aumentar la tasa de desempleo en un 0,1% al mes. Si el crecimiento de la población activa se mantiene al fuerte ritmo de 200.000 empleos mensuales de los últimos meses, la Reserva Federal tendrá que reducir el crecimiento del empleo a unas 25.000 personas al mes. Si la población activa se ha ralentizado a un ritmo más parecido al de la tendencia, entonces tendrán que empujar el crecimiento del empleo a un nivel negativo de 70.000. Es decir, tendrían que desencadenar una leve recesión".
"Hay cifras que son notablemente desalentadoras en relación con la opinión de la Reserva Federal", lamentó Summers el lunes. "Es probable que sea necesario tomar decisiones mucho más difíciles de lo que se ha contemplado hasta ahora entre la aceptación de la holgura y la aceptación de una inflación sostenida y por encima del objetivo", añadió en tono crítico. "La vuelta a la humildad, el abandono de la orientación a futuro (forward guidance) como herramienta de política es totalmente apropiada", disparó en dirección a Jerome Powell.