Foto: iStock.
Investigadores de la Universidad de Harvard han descubierto que un medicamento cuya investigación fue abandonada podría ser la llave para evitar los diez millones de muertes que se esperan por la resistencia a los antibióticos
Han pasado casi cien años desde que Alexander Fleming descubriera la penicilina, marcando un antes y un después en la historia de la medicina. El hallazgo del profesor de bacteriología en el Hospital St. Mary's dio el pistoletazo de salida a la era de los antibióticos, evitando miles de muertes por infección. Sin embargo, el que fuera uno de los grandes hallazgos médicos del siglo XX se enfrenta en la actualidad al desarrollo de bacterias resistentes a este tipo de medicamentos, una de las amenazas más serias para la salud pública, que llega a causar 33.000 muertes al año en Europa.
La resistencia a los antibióticos ya dificulta el tratamiento de infecciones como neumonía, tuberculosis, gonorrea y salmonelosis. Y si miramos al futuro, los datos indican que diez millones de personas podrían estar en riesgo de muerte por culpa de las infecciones por bacterias resistentes a antibióticos en el año 2050, superando esta mortalidad a la causada por el cáncer (ocho millones de fallecidos al año).
Para combatir la peligrosa resistencia a los antibióticos, un nuevo hallazgo abre una vía para luchar contra las infecciones difíciles de tratar y potencialmente letales gracias a un fármaco que estaba completamente olvidado. Según un nuevo estudio de la Facultad de Medicina de Harvard publicado este martes en la revista PLOS Biology, este antiguo antibiótico podría proporcionar una protección muy necesaria contra las infecciones bacterianas multirresistentes.
Se trata de la nourseotricina, un producto natural fabricado por un hongo del suelo que contiene múltiples formas de una molécula compleja llamada estreptotricina. Su descubrimiento en la década de 1940 generó grandes esperanzas como potente agente contra las bacterias Gram negativas, que, debido a su gruesa capa protectora externa, son especialmente difíciles de eliminar con otros antibióticos. Pero la nourseotricina resultó tóxica para los riñones y se abandonó su desarrollo. Sin embargo, el aumento de las infecciones bacterianas resistentes a los antibióticos ha impulsado la búsqueda de nuevos antibióticos, lo que ha llevado al grupo dirigido por el profesor de Harvard James Kirby a estudiarla de nuevo.
Los primeros estudios sobre la nourseotricina adolecieron de una purificación incompleta de las estreptotricinas. Trabajos más recientes han demostrado que las múltiples formas tienen toxicidades diferentes, y que una de ellas, la estreptotricina-F, es significativamente menos tóxica, aunque sigue siendo muy activa contra los patógenos multirresistentes actuales. En este trabajo, los autores caracterizaron la acción antibacteriana, la toxicidad renal y el mecanismo de acción de formas altamente purificadas de dos estreptotricinas diferentes: la D y la F. La forma D era más potente que la F contra Enterobacterales resistentes a los fármacos y otras especies bacterianas, pero causaba toxicidad renal a dosis más bajas. Ambas eran muy selectivas para las bacterias Gram negativas.
Mediante criomicroscopía electrónica, los autores del estudio demostraron que la estreptotricina-F se unía extensamente a una subunidad del ribosoma bacteriano, lo que explicaba los errores de traducción que estos antibióticos inducen en sus bacterias diana. Curiosamente, la interacción de unión es distinta de la de otros inhibidores conocidos de la traducción, lo que sugiere que podría utilizarse cuando esos agentes no sean eficaces.
"Basándonos en una actividad única y prometedora, creemos que el armazón de estreptotricina merece una mayor exploración preclínica como posible terapéutica para el tratamiento de patógenos Gram negativos multirresistentes", señala Kirby.
El investigador principal añade que "aislada en 1942, la estreptotricina fue el primer antibiótico descubierto con potente actividad gramnegativa. Hemos descubierto que no solo tiene una actividad potente, sino que es muy activa frente a los patógenos multirresistentes contemporáneos más resistentes y que actúa mediante un mecanismo único de inhibición de la síntesis proteica".
www.alimente.elconfidencial.com/bienestar/2023-05-16/antiguo-medicamento-combatir-la-resistencia_3630260/