Según Yellen el default podría darse este mes de junio
A menos de un mes del 'día D' en el que el Tesoro de EEUU se quede sin fondos para pagar sus deudas y se vea obligado a declarar un 'default' técnico, los mercados están empezando a dar señales claras de preocupación. Los CDS -seguros contra impago- del gigante estadounidense ya superan a los de una larga lista de países como Grecia, Perú o Sudáfrica, lo que indica que los inversores ven un riesgo real de que Washington se vea obligado a cancelar el pago de algún bono este verano, en lo que sería la primera vez desde 1979.
La suspensión de pagos parcial de EEUU lleva en el punto de mira desde enero, cuando el Tesoro estadounidense alcanzó el máximo de deuda permitida por la ley del país. Al no poder emitir más bonos, el Gobierno está pagando sus deudas solo con el dinero que entra de impuestos y con el efectivo ahorrado para emergencias, que ya se está acabando. Y, si el Congreso, dividido entre demócratas (Senado) y republicanos (Cámara de Representantes) tras las legislativas del pasado mes de noviembre, no se pone de acuerdo para aprobar una nueva ley, el país se quedará sin dinero para cubrir sus gastos en la primera semana de junio, como ha advertido la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, que teme "una recesión mundial" si eso ocurre.
La parálisis en las negociaciones del techo de la deuda, suspendidas hasta la próxima semana tras una primera reunión infructuosa entre el presidente, Joe Biden, y el presidente del Congreso, el republicano Kevin McCarthy, ha puesto del revés la lógica detrás de todas las calificadoras crediticias. Mientras que Fitch y Moody's le dan a Estados Unidos una calificación de AAA, países como Vietnam, Guatemala o Sudáfrica tienen BB-. A pesar de ello, la probabilidad de impago ya es más alta para la superpotencia norteamericana.
Cabe destacar que alguno de los países que se encuentran con una probabilidad de impago más baja que EEUU tienen fuertes problemas económicos. Un ejemplo de ello es el caso de Grecia, que hace solo 5 años que emergió del rescate del FMI y la UE tras la crisis de 2010 y que aún tiene bonos suspendidos de pago hasta 2028, pero cuyos CDS se pagan a una cuarta parte del precio de los de EEUU. O Sudáfrica, que vive en un 'estado de emergencia' ante la incapacidad de la empresa eléctrica estatal, Eskom, de mantener el suministro energético al país de forma estable, pero cuyos CDS son 60 puntos más baratos que los de EEUU.
A esos se suman países como Perú, inmerso en una crisis política desde la destitución del expresidente Pedro Castillo tras un intento de autogolpe de Estado, con protestas constantes contra su sucesora, Dina Boluarte; o Guatemala, que tiene una tasa de pobreza superior al 55%, según datos del Banco Mundial. Ambos países tienen menos riesgo de impago de sus bonos que el país con mayor PIB del mundo.
Un 'default' en junio
Analistas como Goldman Sachs ven este escenario como una posibilidad real y de hecho, Alec Phillips, economista político jefe del banco ha explicado que "hemos estado lidiando casi exclusivamente con este problema en las últimas semanas, y en realidad hay más preocupación ahora que incluso en 2011".
"Hay algo así como un juego de azar en los CDS de EEUU", opina John Canavan, analista principal de Oxford Economics. "En realidad nadie está apostando a que el Tesoro incumpla un pago de forma permanente", sino que lo que se espera es una suspensión de pagos limitada y parcial, un 'default técnico', ya que nadie contempla que, cuando el país pise de verdad el borde del acantilado, los dos partidos no lleguen a un acuerdo en el último segundo, como ocurrió en 2011.
La otra opción es que Biden busque alguna opción de emergencia, como emitir bonos nuevos ignorando la ley y retar a los republicanos y al Supremo a que los tumben. "En ese sentido", sigue Canavan, "es diferente de países como Grecia o México, donde la preocupación sería que el gobierno incumpla un pago y nunca te devuelva el dinero o te lo devuelva con una reestructuración", como pasó en las últimas crisis de deuda vividas por ambos países.
Janet Yellen lleva desde comienzos de mes ya avisando abiertamente que el impago se producirá el día 1 de junio en caso de no alcanzar un acuerdo. La secretaria del Tesoro explicó esto a Kevin McCarthy, presidente del Congreso, en una carta para convencerle de aceptar un compromiso. Además, la expresidenta de la Reserva Federal ha indicado que esperar no es una buena política porque "hemos aprendido de los pasados 'impasses' de límites de deuda que esperar hasta el último minuto para suspender o aumentar el límite puede causar un daño grave a las empresas y la confianza del consumidor, aumentar los costes de endeudamiento a corto plazo para los contribuyentes y afectar negativamente la calificación crediticia de los Estados Unidos".
Eso es exactamente lo que pasó en el año 2011, cuando estuvieron al borde del impago (se salvaron del mismo por un solo día). Standard & Poor's rebajó la calificación crediticia de EEUU de 'triple A' a AA+. A parte de elevar los intereses de su deuda a posteriori, durante los meses de dudas Estados Unidos tuvo que pagar 1.300 millones de más en intereses según el GAO (Oficina de Responsabilidad Gubernamental por sus siglas en inglés).
No se sabe qué habría pasado en caso de incumplimiento pero el exsecretario del Tesoro, Larry Summers dijo que en 2011 este escenario le habría costado a los EEUU cerca de 150.000 millones de dólares al año en costes adicionales de la deuda. Además, el secretario del Tesoro de aquella época, Tim Geithner, defendió que un incumplimiento obligaría al país a un recorte del 40% de todos los gastos del Gobierno.