- Los rusos no han dejado de tener acceso a los últimos modelos pese al aislamiento
Tras la invasión de Ucrania, Rusia ha ido acumulando sucesivas sanciones económicas por parte, principalmente, de Occidente. Además, el país ha dejado de recibir productos de la mayoría de empresas que tienen sede en ellos. Así, compañías como Apple, Nike o McDonald's han cerrado sus tiendas y cortado la producción en este territorio.
Los principales consumidores de marcas extranjeras, los ricos, han encontrado una vía de acceso a todos estos bienes. Así, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, está cumpliendo la promesa que hizo en febrero de 2022 que el conflicto no afectaría drásticamente a la economía de la nación y, sobre todo, a la de las élites.
La forma por la que están consiguiendo los últimos productos es a través de intermediarios situados en Dubái (Emiratos Árabes Unidos), concretamente en el barrio comercial de Deira, según informa The New York Times. De esta forma, Moscú tiene el último modelo del iPhone por un precio más bajo que en Europa y disponible para entregar el mismo día del pedido. Además, en los centros comerciales se pueden comprar bolsos de Gucci, Prada o Burberry, así como los últimos modelos de coches Land Rover, BMW o Audi en los concesionarios.
Muchas de estas marcas no se vieron afectadas directamente por las sanciones, pero públicamente no tuvieron otra opción que dar la espalda a Rusia después de la llegada de las tropas rusas a Donbás (Ucrania). Todo se complicó más ante la dificultad de llevar a cabo transacciones por la expulsión de los bancos rusos del SWIFT y el posible rechazo de sus clientes por no tomar partido en el conflicto.
"La gente rica siempre sigue siendo rica"
Pese a las preocupaciones iniciales, las clases más altas han logrado acceder a los productos que demandan. "La gente rica siempre sigue siendo rica", señala a The New York Times Ecaterina Condratiuc, directora de comunicaciones de una exhibición de coches de lujo en Dubái. De hecho, durante la celebración de este evento se ha vendido un Porsche Cayenne Turbo GT a un empresario ruso por 300.000 dólares. Los concesionarios rusos también se están sirviendo de importaciones indirectas. Así, según datos recogidos por el periódico estadounidense, el 12% de los 626.300 vehículos vendidos en esta región fueron adquiridos previamente de otros países.
Los grandes beneficiados en esta situación son aquellos países donde se adquieren los productos, entre ellos están Turquía, China, Armenia, Kazajstán y Emiratos Árabes. En ellos se está contratando a trabajadores que hablen ruso ante la demanda de esta población. Además, los dueños de las tiendas también están aprendiendo el idioma.
El impulsor de la importación indirecta fue Putin, quien no solo alentó a buscar vías para comprar los productos en el extranjero, sino que además publicó una lista de empresas que estaban dispuestas a hacer negocio con los rusos, aunque fuera sin el consentimiento de las marcas. "Quien quiera traer cualquier artículo de lujo podrá hacerlo", dijo el presidente.
Forbes informa que las importaciones no autorizadas de electrónica supusieron un total de 1.500 millones de dólares en 2022. Estas compras también incluyen microchips para fabricar armas, que utilizan posteriormente en territorio ucraniano. Por su parte, las empresas occidentales se desentienden de cualquier producto de su marca que haya llegado a Rusia.
El único inconveniente de comprar automóviles en otros países es que no se fabrican adaptados para Rusia. En concreto, los asientos de los coches que vienen de Dubái no están preparados para el frío y los que proceden de China no pueden configurar un idioma que no sea el propio de esta nación.