- El gasto secreto de Rusia se dispara, supuestamente, para financiar la guerra
- Los ingresos sufren ante la caída del precio del petróleo y del gas en 2023
- El resultado es que Moscú ha alcanzado el límite de déficit en solo cuatro meses
Sin los ingresos extraordinarios del petróleo y el gas logrados durante 2022, Moscú está teniendo serios problemas para financiar la guerra. El Gobierno de Vladimir Putin ya ha gastado todo lo que tenía presupuestado para este año y eso que solo han transcurrido cuatro meses contables para las finanzas de rusas. El gasto 'secreto' para costear la guerra sigue aumentando, mientras que los ingresos caen con fuerza.
Rusia ha superado en los primeros cuatro meses el déficit presupuestario previsto para todo el año fiscal, al acumular un agujero de 3,4 billones de rublos (40.979 millones de euros), especialmente por una caída del 52,3% de los ingresos por el petróleo y el gas, según el Ministerio de Finanzas.
¿Qué está pasando?
El precio del petróleo ha sufrido una caída intensa en las últimas semanas, mientras que la propia producción de Rusia se ha reducido. A la vez, los gastos de Moscú en la guerra se mantienen o incluso se incrementan, mientras que la economía sufre las consecuencias de la caída del crudo y de las sanciones. El resultado es que Rusia está incurriendo en un déficit fiscal notable, que a su vez está llevando al Gobierno a presupuestar un gasto 'secreto' que va en aumento.
Rusia está ocultando en estos momentos hasta un tercio de su gasto presupuestario, una cifra que no tiene precedentes, según publican desde la agencia Bloomberg. Este gasto queda fuera de la vista del público general, una prueba de cómo el año de guerra contra Ucrania ha rediseñado las finanzas gubernamentales y las prioridades económicas. Aunque este gasto es secreto (no se sabe dónde va), sí se conoce su cuantía.
Los gastos clasificados o no especificados hasta el 24 de marzo aumentaron hasta los 2,4 billones de rublos (31.000 millones de dólares), según muestran los datos del Ministerio de Finanzas, más del doble del nivel del mismo período hace un año, según estimaciones de Bloomberg Economics. Los planes establecidos para 2023 preveían la parte secreta del presupuesto fuera casi una cuarta parte, según muestran los cálculos de Bloomberg.
Un agujero de billones de rublos
Con todo, el desequilibrio en las cuentas se dispara. En el presupuesto ruso para 2023 el déficit en el que el Estado podía incurrir este año estaba fijado en 2,9 billones de rublos (35.010 millones de euros al cambio actual), es decir el 2% del PIB.
Según los datos publicados por el departamento que dirige Antón Siluánov, los ingresos totalizaron entre enero y abril de este año 7,8 billones de rublos (93.135 millones de euros), un 22,4% menos que en el mismo periodo de 2022.
Por contra, los gastos aumentaron en medio de la campaña militar rusa en Ucrania un 26,3% en los primeros cuatro meses del ejercicio, hasta 11,2 billones de rublos (134.112 millones de euros).
El presupuesto se vio impactado por unos ingresos fiscales considerablemente menores por petróleo y gas, que sumaron 2,3 billones de rublos entre enero y abril (27.309 millones de euros), un 52,3% menos que en los mismos cuatro meses de 2022.
El Ministerio de Finanzas explicó en un comunicado que esta caída "está asociada a una alta base de comparación el año pasado, una disminución en las cotizaciones del petróleo de los Urales y una disminución en las exportaciones de gas natural".
El Gobierno ruso sostiene no obstante que "la dinámica mensual de los ingresos del petróleo y el gas está entrando gradualmente en una trayectoria estable correspondiente a su nivel base (8 billones de rublos al año)", es decir, 95.742 millones de euros). El gran golpe para estos ingresos se produjo tras la introducción de la sanción más dolorosa para Moscú: el tope al precio del petróleo ruso y los derivos.
El pasado día 2, Siluánov afirmó que su ministerio no planea aún cambiar los puntos de referencia para la ejecución del presupuesto federal en 2023, aunque no descartó desviaciones tanto por encima como por debajo del plan.
"Hasta ahora, estos puntos de referencia no han cambiado, pero decir que (el déficit) será exactamente del 2% (del PIB) es dar estimaciones incorrectas. Puede haber desviaciones en una dirección y en otra. Veamos qué pasa con los ingresos por el petróleo y el gas", dijo.