El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, se reúne en Kiev con el senador demócrata estadounidense Richard Blumenthal. (Reuters)
Richard Blumenthal, senador demócrata en el estado de Connecticut, ha lanzado un discurso explicando a los ciudadanos estadounidenses que, "en Ucrania, su dinero vale la pena"
"Amis compatriotas estadounidenses, permítanme decirles una cosa: en Ucrania están haciendo valer su dinero. El Ejército ruso se ha reducido a la mitad. Su fuerza se ha reducido en un 50% sin la pérdida de un solo soldado estadounidense y con menos del 3% de nuestro presupuesto militar. Es toda una ganga en términos militares", dijo el senador estadounidense Richard Blumenthal; unas declaraciones recogidas en un vídeo que más tarde se hizo viral. "Creo que es el mejor gasto en defensa nacional que hemos hecho jamás", secundó su compañero de partido Mitt Romney.
En su cuarto viaje a Ucrania, coincidiendo con el Día de la Independencia de Ucrania (24 de agosto), Blumenthal se paseaba frente a los oxidados tanques rusos por las calles de Kiev. El senador de Connecticut estrechó la mano del presidente Volodímir Zelenski y, tras una reunión con altos funcionarios ucranianos, ratificó el apoyo estadounidense a Kiev: "La lucha de Ucrania por la democracia y la libertad contra una invasión rusa no provocada es nuestra lucha. Putin no se detendrá con Ucrania y el fracaso solo envalentonaría a nuestros adversarios", aseguró.
Desde que comenzó la invasión a gran escala, Blumenthal y su partido se han comprometido con más de 40.000 millones de dólares en ayuda militar. Una aportación que tras más de 500 días de conflicto algunos políticos estadounidenses ponen en duda. En la carrera de las elecciones presidenciales de 2024, cortar las ayudas militares puede ser letal para Ucrania. Una amenaza recurrente por parte del partido Republico que, de llegar a la Casa Blanca, puede hacer peligrar el entramado bélico de tanques, munición, aviones y artillería que llega al frente.
Esa línea, que parece no romperse tras varios meses de la anunciada contraofensiva, tensa la cuerda de que si realmente está sirviendo de algo la ayuda occidental. "Criticar el lento ritmo de la contraofensiva es como escupir en la cara de los soldados que están sacrificando sus vidas", dijo a su paso por España el ministro de exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba. Pese a los escasos triunfos en el frente, "Ucrania no podría haber sobrevivido sin Estados Unidos y nuestros aliados", puso el senador en su boca las palabras que le dijo Zelenski.
¿Es rentable para Estados Unidos ayudar a Ucrania? Para Blumenthal: no hay duda. "Incluso los estadounidenses que no tienen ningún interés particular en la libertad y la independencia de las democracias en todo el mundo deberían estar satisfechos de que estamos obteniendo el valor de nuestro dinero en nuestra inversión en Ucrania", dijo el demócrata a Connecticut Post.
Sin embargo, el mensaje de Blumenthal no ha sentado bien a todas las partes. Thomas Massie, Miembro de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos por el partido Republicano, dijo en su cuenta de X —lo que antaño era Twitter— que "es inmoral hablar con tanta insensibilidad de las vidas ucranianas y rusas, como si las bajas masivas fueran una ganga económica porque no son estadounidenses: ¿Cuántas familias de cada bando se han quedado sin hermanos, padres y maridos?".
Una ayuda crucial
Entre todos los paquetes que Estados Unidos ha enviado a Ucrania desde el 22 de febrero del año pasado, Washington ha entregado más de 1.300 millones de dólares de ayuda militar y civil. Lo que sumado al resto de países de la OTAN supone una cifra cuantiosa para las Fuerzas Armadas de Ucrania. Todas estas oleadas de ayudas han ido escalando en lo bélico y lo eficaz.
Mientras que en los primeros compases se discutía si enviar material letal o no, las barreras que marcaban las amenazas de Rusia se han ido resquebrajando. Primero la artillería, luego los tanques y ahora los cazas. Todas las líneas rojas que definía Moscú como una "participación directa" en el conflicto por parte de los países occidentales, se han superado y, en un momento en el que la línea defensiva de Rusia comienza a romperse, es momento de pisar el acelerador, argumentan diversos analistas militares.
"Ucrania necesita F-16 con pilotos bien entrenados de inmediato y artillería de mayor alcance como ATACMS para capitalizar los constantes avances de la contraofensiva ucraniana. Puede que sea lento y difícil, como sabíamos que sería, pero es un progreso sólido y constante con una perspectiva real de avances significativos. Este es un momento crucial", afirmó Blumenthal tras su visita a Kiev.
Con relación a esto, Estados Unidos anunció una nueva entrega a principios de agosto de mil millones de dólares, entre los que se incluye munición para Himars, munición de artillería, sistemas de mortero de siete cartuchos, municiones Nasams, 1.000 Javelins... y otros miembros de la Alianza han prometido renovar el compromiso con Ucrania. "Los ucranianos entienden que las guerras no se ponen fin dándole territorio al agresor. Si no se detiene a Putin aquí, seguirá adelante. Lo ha dejado claro en repetidas ocasiones", dijo Blumenthal.
Como se ha visto en el santuario antimisiles de Kiev, cuando recientemente los Himars repelieron los bombardeos rusos, la defensa que los países occidentales entregan a Ucrania se traduce en un menor número de bajas tanto civiles como militares. Otro de los puntos donde se ve la efectividad de las entregas de armamento es en la producción de artillería que empieza a escasear en Rusia y, por el contrario, en el lado ucraniano, permite a las tropas avanzar con una cobertura relativamente segura en el flanco sur. "Están haciendo su parte y haciendo lo necesario para recuperar su territorio. Tienen la actitud de que van a vivir libres y están dispuestos a morir por su libertad. Las armas que hemos proporcionado a los ucranianos se han utilizado con eficacia", comunicó el senador.
No solo en Ucrania se ratifica el apoyo occidental, según explica el senador estadounidense, "hemos unido a la OTAN y hemos hecho que los chinos reconsideren sus planes de invasión a Taiwán", una región que se ha visto amenazada en los últimos años por las pretensiones de China sobre la isla que produce la mayoría de semiconductores utilizados en los aparatos tecnológicos de todo el mundo.
La tensión ha estallado en el tablero geopolítico actual y, como sentenció Richard Blumenthal en vísperas del Día de la Independencia de Ucrania: "Si Putin gana, seguirá tomando territorio y eso aumenta las posibilidades de que haya una guerra entre Rusia y la OTAN, lo que involucraría directamente a los estadounidenses en la guerra. No queremos eso".
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