- Mientras que el PIB agrado se frena, la prosperidad avanza a gran ritmo
- Se espera que el PIB per cápita de los chinos supere pronto los 20.000 dólares
- En 2034, el PIB per cápita de China rebasará los niveles que tiene hoy Portugal
Todas las miradas están puestas en la ralentización del crecimiento del PIB en China, una tendencia sin duda preocupante, tanto para el país asiático como para la economía mundial. Sin embargo, este 'mal' dato oculta una cara mucho más halagüeña: el 'gigante asiático' está creciendo a tasas del 5% anual en medio de una grave crisis demográfica. Esto quiere decir que la economía de China está creciendo, por ejemplo, cinco veces más deprisa que la de la zona euro pese a que la población activa (uno de los grandes factores de producción) está disminuyendo. De mantenerse esta tendencia, el resultado será un asombroso enriquecimiento en términos de renta per cápita de los chinos.
Aunque este indicador no es perfecto, la renta per cápita es más certera que el PIB agregado para analizar el nivel de desarrollo de un país. El consenso de los economistas señala que un país alcanza la ansiada orilla del desarrollo cuando la renta per cápita supera la zona de los 12.000 – 15.000 dólares (hay otra corriente que considera que hasta los 25.000 dólares no se puede considerar desarrollado).
Lo cierto es que China se encuentra ahora mismo luchando por superar la trampa de ingresos medios, con una renta per cápita de unos 12.500 dólares. Se denomina 'trampa' a esta zona porque son muchos los países que han logrado en las últimas décadas un rápido crecimiento del PIB per cápita, partiendo de niveles muy bajos, pero al llegar a la horquilla de los 12.000 – 15.000 dólares se han frenado.
Llegar a ser un país desarrollado
Llegar hasta esa horquilla suele ser relativamente sencillo, al menos así lo ha sido para varios países asiáticos. Esta primera transformación suele ser el resultado de pasar de una economía agraria a otra con un tejido productivo más intensivo en industrias de poco valor añadido. El problema llega cuando la industria y los servicios en estos países tienen que dar el salto hacia los bienes y servicios de alto valor añadido, que ayuden a esa economía a cruzar la frontera que le separa del 'mundo desarrollado'.
"Intuitivamente, cuando los países se encuentran en las primeras etapas de su desarrollo, el crecimiento de su productividad tiende a ser alto, ya que se encuentran en la fase de 'puesta al día o catch-up' de su desarrollo, adoptando modelos y tecnologías que ya existían. De una forma sencilla y vulgar: cuando se trata de copiar lo que ya existe, todo resulta más fácil y rápido.
"Sin embargo, a medida que una economía se acerca más a la frontera tecnológica, esto dificulta que la productividad crezca a tasas elevadas", señalan Sewon Hur y Braden Strackman, investigadores de la Reserva Federal de Dallas. China se encuentra ahora mismo dando ese salto, justo cuando la expansión de su PIB se está frenando. ¿Puede este frenazo impedir que la prosperidad de los ciudadanos chinos siga avanzando?
Aunque el PIB agregado de China se está frenando, todo hace indicar que el PIB per cápita seguirá creciendo a un ritmo intenso. ¿Cuál es la explicación? La población de China ha comenzado a reducirse (en 2022 cayó en 850.000 personas), mientras que el PIB crece a un ritmo cercano 5%. El resultado de dividir este crecimiento del PIB entra la población es un incremento del PIB per cápita muy elevado.
"El desempeño económico esperado de China en los próximos años, comparado con el de otros países cuando su nivel de desarrollo económico (medido en términos de PIB per cápita) era similar al que China tiene hoy, ofrece un pronóstico generalmente favorable sobre la capacidad de China para escapar de la trampa de ingresos medios", asegura Alicia García Herrero, jefa de economía para Asia-Pacífico en el banco de inversión Natixis.
Por su parte, los economistas de la Fed de Dallas señalan que, teniendo en cuenta la productividad esperada, el ratio de capital por trabajador, el envejecimiento de la población en edad de trabajar y la media de horas que trabaja cada empleado, se espera que el crecimiento del PIB per cápita de China muestre una tendencia del 5,7% durante los próximos 10 años y de sólo el 4,2% para 2032-41, según los economistas de la Fed de Dallas.
Mientras que el PIB agregado podría crecer, según cálculos de García Herrero, un 4,9% de media hasta 2025, un 3,6% entre 2026 y 2030, y un 2,4% entre 2030 y 2035. ¿Es esto mucho o es poco? Todo hace indicar que este crecimiento será inferior al de los 'milagros' de Corea del Sur o Japón, pero será suficiente para que China logre un PIB per cápita muy elevado. El milagro del PIB termina, pero el del PIB per cápita continúa muy vivo.
La 'trampa' de los 10.000 dólares
"Después de superar una renta per cápita de 10.000 dólares solo dos países pudieron seguir creciendo a una tasa de al menos el 4%: Corea del Sur, con un crecimiento promedio del PIB del 5,5% entre 1994 y 2004, y Japón con un crecimiento promedio del PIB del 4% durante la década de 1980", explica García Herrero.
"Las tasas de crecimiento promedio de todos los demás países en los diez años posteriores a que superaron los 10.000 dólares per cápita fueron mucho más bajas, siendo Polonia (3,6%) la más cercana a la tasa de Japón. En este contexto, como Corea del Sur, Japón y Polonia han escapado de la trampa del ingreso medio, es de esperar que China haga lo mismo. De hecho, según estimaciones razonables de la tasa de crecimiento, China debería alcanzar los 20.000 dólares per cápita en 2030 (diez años después de alcanzar los 10.000 dólares per cápita)", asegura esta experta.
La alargada sombra de Corea del Sur y Japón
Los 'milagros' de Corea del Sur y de Japón son historias de un éxito rotundo, que además contó con el apoyo de EEUU y los países occidentales. China, por el contrario, no solo no va a contar con el apoyo de estos países, sino que va a tener que 'luchar' contra el veto que se le está imponiendo al gigante asiático en materia de tecnología. China va a tener que buscar la forma de seguir avanzando en la cadena de valor sin ayuda directa.
Aun así, los cálculos de García Herrero muestran que la economía de China superará los 25.000 dólares per cápita para el año 2034, uno nivel de renta que es superior al que hoy presentan países como Grecia o Portugal. Sea o no considerado como un país desarrollado, ese nivel de renta representa un absoluto éxito para un país en el que moría la gente de hambre hasta hace pocas décadas. La cuestión es que la constante comparación con Corea del Sur y Japón parece minimizar el 'milagro' de China.
"El salto de Corea y Japón para pasar de la zona de ingresos medios a la de los ingresos altos significó la transición de ser principalmente exportadores industriales a economías basadas en la innovación y los servicios. China ha sentado algunas de las bases para realizar esta transición, como invertir fuertemente en educación superior y construir infraestructura suficiente. Ambas son condiciones son necesarias para convertirse en un país de altos ingresos", explican Sewon Hur y Braden Strackman, investigadores de la Reserva Federal de Dallas.
"Sin embargo, hasta ahora China ha mantenido restricciones a la inversión extranjera y ha tardado en pasar de una fuerte dependencia de las exportaciones manufactureras. La inmensa inversión inmobiliaria y en infraestructura ha llevado a un punto de inflexión en el sector inmobiliario chino", advierten los expertos de la Fed de Dallas. China puede lograrlo, pero tiene trabajo por delante si aspira a emular el milagro de sus vecinos.