domingo, 27 de julio de 2025

La primera pastilla de la historia que quema grasa mientras duermes



(Polina Tankilevitch - Pexels)



El nuevo fármaco reprograma las células de grasa para que quemen calorías las 24 horas del día, sin afectar al apetito como el Ozempic ni reducir la masa muscular



Investigadores del Institut Pasteur de Montevideo, en Uruguay, han creado una pastilla que reprograma las células de grasa del cuerpo para que, en vez de almacenar calorías, las queme incluso cuando dormimos. El fármaco se llama SANA y las primeras pruebas ya han demostrado que es seguro para su administración en humanos. Su llegada a las farmacias dependerá del éxito de los próximos ensayos clínicos que arrancarán a finales de este año.

El funcionamiento de SANA no tiene nada que ver con el de otros milagros antigrasa como Ozempic. Mientras los fármacos GLP-1 actúan sobre las hormonas para reducir el hambre, este compuesto transforma las células grasas en pequeños hornos que queman energía constantemente. La clave, aseguran, está en un mecanismo basado en el metabolismo de la creatina que nadie había explorado antes.

"Este resultado abre una vía terapéutica completamente nueva para la obesidad y los trastornos metabólicos, que complementa las terapias GLP-1, pero se centra en mejorar la capacidad del cuerpo para quemar energía en lugar de suprimir el apetito", explica Carlos Escande, investigador del Institut Pasteur de Montevideo y miembro de Eolo Pharma, la startup creada por el equipo que para desarrollar el fármaco.


Probado con éxito en humanos

SANA contiene una molécula sintética —un derivado nitroalqueno del salicilato— que se une a una enzima llamada L-arginine:glycine amidinotransferase (AGAT), clave en la síntesis de creatina. Al hacerlo, acelera el ciclo energético de las células grasas, especialmente en el tejido adiposo blanco, que normalmente se dedica solo a almacenar calorías.

El medicamento se ha probado ya en los 44 participantes del ensayo de Fase I realizado por los investigadores y cuyos resultados han sido recientemente publicados en la prestigiosa revista Nature Metabolism. El estudio no solo confirmó que SANA es seguro para nuestro cuerpo, sino que también hace perder peso a la vez que mejora los niveles de glucosa en sangre.

El grupo de participantes que recibió las dosis más altas perdió una media del 3% de su peso corporal en solo dos semanas, comparado con el placebo. Además, comprobaron que esa pérdida no afecta en ningún caso a la masa muscular.

Durante las dos semanas de tratamiento, incluso con la dosis más alta (800 mg), no se reportaron efectos secundarios graves. Además, el fármaco mejoró la glucosa en ayunas y la resistencia a la insulina sin ninguna otra intervención.

En un estudio preclínico anterior con ratones, los investigadores observaron que los animales siguieron perdiendo peso incluso manteniendo dietas altas en grasa y sin observar cambios en su comportamiento alimentario.

"Es increíblemente gratificante ver que los resultados de los ensayos en humanos siguen la misma tendencia que observamos en nuestros modelos de laboratorio", asegura Karina Cal, autora principal del estudio e investigadora del IP Montevideo.


Efecto permanente con una sola pastilla

A diferencia de la mayoría de fármacos, que forman enlaces reversibles con sus objetivos, SANA establece un enlace covalente permanente con la proteína AGAT. Esto significa que, una vez unido, solo se puede separar destruyendo y reemplazando toda la proteína. Esto significa que una sola pastilla podría tener un efecto duradero de quema de grasa, evitando la necesidad de dosis diarias o incluso semanales.

Sin embargo, esta programación metabólica permanente también conlleva algunos riesgos. Si SANA se uniera a proteínas no objetivo, podría desencadenar cambios biológicos no deseados o respuestas inmunitarias adversas, ya que el sistema inmunológico podría ver el nuevo compuesto como extraño.

Estos problemas potenciales serán evaluados en los ensayos de Fase II que comenzarán a finales de 2025. Las pruebas se realizarán en una cohorte más amplia de participantes, incluyendo adultos con diabetes tipo 2, y evaluarán los impactos a largo plazo.

"Lo emocionante de este estudio es la transición del análisis preclínico a la aplicación clínica en el mundo real", escribe el equipo editorial de Nature Metabolism en el estudio, añadiendo que el resultado preliminar positivo "justifica ensayos clínicos adicionales para evaluar su uso como tratamiento para la obesidad".