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Trump y Von der Leyen durante el anuncio del acuerdo.
(Reuters/Evelyn Hockstein)
Los comunicados de la Casa Blanca y la Unión Europea no coinciden en los puntos claves del acuerdo
El reciente acuerdo comercial entre la Unión Europea y Estados Unidos ha generado más preguntas que respuestas. Sin conocer la letra pequeña, la imagen ‘macro’ se la han llevado los “aranceles asimétricos” del 15% sobre los productos europeos. Y la publicación la madrugada del martes de la versión estadounidense del acuerdo solo ha generado más dudas: no coincide casi en absoluto con las informaciones transmitidas desde la Comisión Europea, desde los productos farmacéuticos a las armas, pasando por incluso las fechas de aplicación.
El acuerdo, vendido por el presidente estadounidense Donald Trump como el “mayor acuerdo económico jamás hecho”, cerrado y definitivo, ha sido recibido sin mucho entusiasmo en las capitales europeas. En Francia, el primer ministro François Bayrou catalogó el apretón de manos entre Trump y la jefa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, como “un día oscuro” para la UE, mientras que el presidente Pedro Sánchez expresó un apoyo “sin ningún entusiasmo”. Frente al “deal” trumpista, Bruselas lo describe apenas como un “marco” para un futuro acuerdo político, con la letra pequeña aún por negociar.
Una diferencia fundamental en la interpretación que ha quedado especialmente clara tras la publicación del comunicado de la Casa Blanca sobre el contenido del acuerdo, que difiere en naturaleza, contenido, plazos e incluso sectores con respecto a lo que ha afirmado el equipo de Von der Leyen.
Con respecto a materias primas como el acero, aluminio y cobre, sobre las que ya pesaban aranceles del 50%, la Casa Blanca afirma que la Unión Europea tendrá que seguir pagándolos, sin cambios. La Comisión, sin embargo, afirma que se establecerán unas cuotas con aranceles reducidos y que el 50% sólo se aplicará si se superan dichas cuotas. Las cuotas todavía no se habrían detallado.
Según la Comisión, uno de los elementos más contenciosos en las negociaciones, los productos farmacéuticos, habrían quedado fuera del acuerdo anunciado, a la espera de nuevas negociaciones y un estudio de mercado y seguridad nacional por parte de la Administración Trump. Hasta ahora, la mayoría de los productos farmacéuticos europeos comercializados en EEUU se beneficiaban de un arancel del 0%. Sin embargo, el comunicado de la Casa Blanca sostiene que se aplicará un arancel inmediato del 15%, sin esperar a esa investigación o a que Bruselas dé por cerrada la negociación específica. De hecho, un funcionario de la Comisión afirmó el lunes que “no habrá aranceles en los productos farmacéuticos este viernes [1 de agosto]”.
Sobre la energía, la Casa Blanca asegura que la UE “comprará” a EEUU 750.000 millones de dólares en energía e “invertirá” otros 600.000 millones, en un plazo de tres años. La Comisión, sin embargo, asegura que “promoverá y facilitará” este tipo de inversiones, pero sin un compromiso claro. “Empresas europeas han expresado un interés en invertir al menos 600.000 millones (550.000 millones en euros) en varios sectores estadounidenses para 2029”. Lo cierto es que la Comisión no tiene competencias al respecto, sino que depende de las dinámicas privadas del mercado, así que en ningún caso puede comprometer al nivel que asegura EEUU.
También hay diferencias sobre las polémicas compras de equipo militar a Estados Unidos. Según la Casa Blanca, “la Unión Europea ha aceptado comprar cantidades significativas de equipo militar estadounidense”. La cuestión militar ni siquiera aparece en el comunicado de la Comisión. Un alto funcionario de la UE, de hecho, defendió que esas compras masivas “son más bien la expresión de una expectativa del presidente Trump (...) pero no ha sido calculado de ninguna manera en las cifras que se negociaron”. En declaraciones recogidas por Politico, el funcionario aseguró que “la compra de armas no es asunto de la Comisión”.
En otro de los caballos de batalla de la campaña de Donald Trump, el comunicado de la Casa Blanca también hace referencia a “barreras no arancelarias” sobre los productos agrícolas estadounidenses en el mercado europeo. Sobre todo, los requisitos sanitarios que la UE obliga a productos como la carne del cerdo, ternera o leche. Recordemos que, cuando anunció aranceles a la UE en el “Día de la Liberación”, se quejó de que Europa “no compraba la bonita, muy bonita, carne estadounidense”. La Comisión no hace ninguna referencia a estos requerimientos sanitarios, que ya defendió con uñas y dientes en la negociación del Brexit, por lo que se estima que “no habrá concesiones en las reglas de seguridad alimentaria”.
La Casa Blanca afirma que el "nuevo régimen arancelario generará decenas de miles de millones de dólares en ingresos anuales y ayudará a cerrar el prolongado desequilibrio comercial entre Estados Unidos y Europa". Trump se ha centrado desde hace tiempo en reducir el déficit comercial de bienes de Estados Unidos con la UE.
Mientras que Von der Leyen habló de "reequilibrar" la relación comercial, la Comisión ha argumentado en múltiples ocasiones que la relación comercial en general no está desequilibrada con los EEUU, porque la UE compra muchos más servicios a Estados Unidos de los que les vende casi 109.000 millones de euros, particularmente debido a la influencia de los grandes gigantes tecnológicos estadounidenses. Y aquí aparece otra discrepancia entre comunicados, Estados Unidos atribuye explícitamente a la UE compromisos específicos relacionados con los "aranceles de uso de la red" y los "aranceles cero en las transmisiones electrónicas" como parte de la solución a las "barreras para el comercio digital". Sin embargo, la comisión no menciona nada de esto. "No hay absolutamente ningún compromiso en cuanto a la regulación digital o los impuestos digitales", aseguró un alto funcionario de la UE esta mañana, a la misma publicación europea.
Esta divergencia de perspectivas encapsula la esencia de un "acuerdo sin acuerdo". Mientras que Estados Unidos lo celebra como una victoria rotunda y un testimonio del liderazgo audaz de Trump, Europa lo recibe con un mensaje expreso, que concluye el comunicado de la Comisión: “El acuerdo político del 27 de julio no es jurídicamente vinculante. Además de adoptar las medidas comprometidas, la UE y EEUU continuarán negociando (...) para implementar este acuerdo político”.