La OCDE reconoce 16 países como tal, pero la lista para las autoridades españolas es más amplia, pues en ella se incluyen aquellos territorios de nula tributación e intercambio de información.
Menos impuestos, confidencialidad, creación de una sociedad en 24 horas, flexibilidad legal... Son muchas las ventajas para fijar la matriz de un grupo empresarial en un paraíso fiscal. Pero, ¿por cuál decantarse? Un paraíso fiscal es un país o Estado que aplica un régimen tributario especial a las compañías o ciudadanos extranjeros.
La definición
Como tal, la OCDE sólo reconoce 16 regiones, aunque la lista se amplía o se reduce en función de cada país y de la definición que se utilice. Según la legislación española, un país o territorio dejará de ser considerado paraíso fiscal cuando firme con España un convenio para evitar la doble imposición internacional con cláusula de intercambio de información. Por ejemplo, Andorra, que según la OCDE se encuadra en esa lista, no lo es para España, después de que, desde noviembre de 2010, se pusiera en práctica el acuerdo de intercambio de información.
Como tal, la OCDE sólo reconoce 16 regiones, aunque la lista se amplía o se reduce en función de cada país y de la definición que se utilice. Según la legislación española, un país o territorio dejará de ser considerado paraíso fiscal cuando firme con España un convenio para evitar la doble imposición internacional con cláusula de intercambio de información. Por ejemplo, Andorra, que según la OCDE se encuadra en esa lista, no lo es para España, después de que, desde noviembre de 2010, se pusiera en práctica el acuerdo de intercambio de información.
Tributación especial
Un territorio de tributación especial no es lo mismo que un paraíso fiscal. Es el caso de Luxemburgo y Holanda, países donde se pagan menos impuestos pero que prácticamente exigen la misma transparencia que cualquier país y que, incluso, cuentan con tratados internacionales de intercambio de datos. Los Ruiz-Mateos combinan presencia en paraísos fiscales, especialmente Belice, con otras fórmulas mixtas, como es el caso de la estructura de Clesa y Zoilo Ruiz-Mateos. Ambas establecen un primer escalón en territorios de tributación especial (Holanda), para luego dar el salto a un paraíso fiscal (Antillas Holandesas).
Un territorio de tributación especial no es lo mismo que un paraíso fiscal. Es el caso de Luxemburgo y Holanda, países donde se pagan menos impuestos pero que prácticamente exigen la misma transparencia que cualquier país y que, incluso, cuentan con tratados internacionales de intercambio de datos. Los Ruiz-Mateos combinan presencia en paraísos fiscales, especialmente Belice, con otras fórmulas mixtas, como es el caso de la estructura de Clesa y Zoilo Ruiz-Mateos. Ambas establecen un primer escalón en territorios de tributación especial (Holanda), para luego dar el salto a un paraíso fiscal (Antillas Holandesas).
Las ventajas
Un abogado de una firma con sede en Belice especializada en asesoramiento para establecerse en paraísos fiscales explica que la legislación de todos los países no es exactamente la misma, aunque todos tienen en común su baja o nula tributación para firmas extranjeras. En opinión de este experto, uno de los principales motivos que pueden llevar a un empresario a elegir Belice es que este país “no facilita información bancaria o fiscal bajo ningún acuerdo de intercambio con otros estados, ni siquiera bajo la sospecha de evasión fiscal”.
Un abogado de una firma con sede en Belice especializada en asesoramiento para establecerse en paraísos fiscales explica que la legislación de todos los países no es exactamente la misma, aunque todos tienen en común su baja o nula tributación para firmas extranjeras. En opinión de este experto, uno de los principales motivos que pueden llevar a un empresario a elegir Belice es que este país “no facilita información bancaria o fiscal bajo ningún acuerdo de intercambio con otros estados, ni siquiera bajo la sospecha de evasión fiscal”.
El abogado asegura que “la confidencialidad del cliente está fuertemente respaldada por la legislación mercantil”. Estados Unidos intentó en 1996 que este país firmara el Tratado de Asistencia Mutua Legal (MLAT, en sus siglas en inglés), un acuerdo que permite saltarse la confidencialidad bancaria y fiscal bajo determinados supuestos.
Hasta el momento, Belice se ha negado a ratificar el convenio, al contrario que otros destinos de baja tributación. La OCDE ha puesto en marcha el Acuerdo de Intercambio de Información Fiscal (TIEA, en sus siglas en inglés) en el que ya participa, por ejemplo, Gibraltar. Aun así, estas iniciativas no tienen mucho éxito, ya que sólo se aplican en casos muy excepcionales y derivan en procesos muy costosos y dilatados en el tiempo.
Un ejemplo, Belice
Crear una sociedad en Belice requiere menos de 24 horas y la nueva empresa está exenta de pagar impuestos. A cambio, cada año, deberá abonar al Gobierno una cuota fija de 100 dólares (72 euros), siempre y cuando el capital aprobado para su constitución sea inferior a 50.000 dólares. En caso contrario, la tarifa máxima es de 1.000 dólares anuales.
Crear una sociedad en Belice requiere menos de 24 horas y la nueva empresa está exenta de pagar impuestos. A cambio, cada año, deberá abonar al Gobierno una cuota fija de 100 dólares (72 euros), siempre y cuando el capital aprobado para su constitución sea inferior a 50.000 dólares. En caso contrario, la tarifa máxima es de 1.000 dólares anuales.
Como contraprestación, las sociedades disfrutan de una situación legal privilegiada, en la que no necesitan auditorías, ni figuran en registros públicos, al contrario de lo que ocurren en los países que se consideran zonas de régimen tributario especial, como Holanda o Luxemburgo, donde el único incentivo es que se pagan menos impuestos, pero sí existe un Registro Mercantil donde hay que rendir cuentas.
Puesta en práctica
Además de todas las ventajas fiscales o legales, los paraísos fiscales se han convertido en el mejor vehículo para articular project finance, una fórmula de financiación para adquirir empresas a través de deuda y con pocos recursos propios.
Además de todas las ventajas fiscales o legales, los paraísos fiscales se han convertido en el mejor vehículo para articular project finance, una fórmula de financiación para adquirir empresas a través de deuda y con pocos recursos propios.
En líneas generales, el sistema funciona de la siguiente forma. Un empresario crea, por ejemplo, una sociedad con 25.000 euros y pide prestados al banco 75.000 euros, es decir, la empresa está endeudada en un 75%. Los activos de esta compañía se transfieren como inversión a una sociedad en el extranjero, que aparentemente contará con un capital propio de 100.000 euros. Como en el balance no tiene deuda, podrá pedir prestados 300.000 euros y sobre el papel parecerá que el 25% de su pasivo sigue siendo fondos propios.
En la práctica, estas compras apalancadas pueden ser peligrosas, ya que las compañías tienen que hacer frente a créditos por valor de 375.000 euros y el propietario sólo aportó los 25.000 euros iniciales, es decir, el 6% del capital. Los expertos explican que esta fórmula se utiliza en sectores muy maduros, de bajo crecimiento y en el que se necesita gran tamaño para conseguir flujos de caja suficientes con los que hacer frente a la deuda. También sirve para hacer compras apalancadas y luego devolver los créditos vendiendo los activos de la compañía adquirida.
Por S.Saiz/I.Elizalde from Expansion.com 28/02/20111
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