jueves, 4 de diciembre de 2014

La historia detrás de la apuesta fallida de Apple por el zafiro



Poco después de las 7 de la mañana del 6 de octubre, el presidente ejecutivo de GT Advanced Technologies Inc. llamó a un vicepresidente de Apple Inc. para darle malas noticias: GT, que suministraría a Apple las pantallas superduras de zafiro para los nuevos iPhones, se había declarado en quiebra 20 minutos antes.
La noticia sorprendió a Apple debido a que las compañías habían estado negociando cambios en sus contratos para aliviar las tensiones financieras de GT, según una carta que Apple envió posteriormente a los acreedores de GT. Ejecutivos de las compañías planeaban reunirse al día siguiente en la sede de Apple.
Un año antes, Apple y GT habían aprobado un plan de US$1.000 millones para construir una fábrica en Arizona que produciría 30 veces más zafiro que cualquier otra planta del mundo.
En cambio, la alianza se transformó en un extraño, y público, paso en falso para Apple, cuya estricta gestión de su cadena de suministro le ha ayudado a convertirse en la mayor compañía del mundo por valor de mercado. Desde la fabricación del primer iPhone en 2007, Apple repetidamente ha presionado a sus proveedores para que logren lo improbable, a la vez que negocia precios y tiempos bajo términos muy duros.
El matrimonio de Apple y GT tuvo problemas desde el principio. GT no había producido zafiro en masa antes del acuerdo con Apple. El primer cilindro de zafiro de la compañía, de 262 kilos, fabricado días antes de que las empresas firmaran el contrato, estaba fallado y no podía usarse. GT contrató a cientos de trabajadores con poca supervisión. A algunos empleados aburridos se les pagó tiempo extra para barrer los pisos una y otra vez, mientras que otros ni siquiera iban a la planta.
El colapso de GT subraya la promesa y los peligros para los proveedores de Apple. Un acuerdo con Apple puede generar miles de millones en ingresos, pero también implica adaptarse a grandes fluctuaciones en la demanda, ganancias mínimas y poco margen de error.
“Este no es dinero fácil”, dijo un ejecutivo de un proveedor tradicional de Apple en Asia.
El director de operaciones de GT, Daniel Squiller, le dijo a la corte de quiebras que Apple transformó a la compañía, con sede en New Hampshire, en un proveedor cautivo “que cargó con todo el riesgo y el costo”. GT no podía generar ganancias al “precio dictado” por Apple, dijo.
Apple dijo que la culpa por el fracaso del acuerdo era “completamente de la gerencia de GTAT”, según la carta a los acreedores de GT, la cual fue consultada por The Wall Street Journal con permiso de Apple. “Nunca nos alejamos de nuestro compromiso de hacer que el proyecto fuera exitoso”.
La compañía con sede en Cupertino, California, buscó a GT para resolver un gran problema con los iPhones: las pantallas rotas o rayadas. El zafiro es uno de los materiales más duros de la tierra y actualmente se fabrica sintéticamente en hornos que alcanzan casi los 2.000 grados centígrados. También es costoso, más de cinco veces el costo del vidrio.
Apple consume un cuarto del suministro mundial de zafiro para cubrir los lentes de la cámara del iPhone y su lector de huellas digitales. A principios del año pasado, la compañía comenzó a buscar un suministro mucho más amplio para cubrir la pantalla del iPhone.
GT fabricaba hornos para la producción de zafiro. Según la carta de Apple a los acreedores, GT le dijo a Apple en marzo del año pasado que estaba desarrollando un horno que podría producir un cilindro de zafiro, conocido como boule, con un peso de 262 kilos, más del doble del tamaño de los mayores boules en aquel entonces. Un cilindro de mayor tamaño produciría más pantallas, reduciendo los costos.


Un horno de zafiro de GT.


GT dijo en los documentos presentados ante la corte de quiebras que Apple expresó su interés en comprar 2.600 de los nuevos hornos.
A mediados de año, Apple cambió de parecer y le pidió a GT que fabricara el zafiro. Apple no quería pagar el margen usual de 40% que GT cobraba por cada horno, según una fuente cercana a las operaciones de GT.
La tecnológica también pasaba aprietos para encontrar un fabricante de zafiro. Un ejecutivo de otra compañía a la que Apple contactó el año pasado dijo que no podrían haber obtenido una ganancia produciendo zafiro al precio que Apple quería.
Apple ofreció prestarle US$578 millones a GT para construir 2.036 hornos y operar una fábrica en Mesa, Arizona. Apple compraría y renovaría la planta por US$500 millones adicionales y se la rentaría a GT por US$100 al año.
GT estaba intrigado debido a que el acuerdo le proveería ingresos más consistentes que los pedidos de equipos. Además, el negocio de equipos para la fabricación de celdas solares de GT estaba de capa caída. Los ingresos de GT en 2013 cayeron 66% frente a dos años antes.
El 31 de octubre del año pasado, GT y Apple firmaron un acuerdo, pocos días después que el primer boule de 262 kilos saliera de un horno de GT. El cilindro estaba tan resquebrajado que ninguna parte del zafiro era utilizable, según indicaron fuentes al tanto de las operaciones de Apple.
GT dijo que la calidad mejoraría y Apple se vio alentada por el historial de GT de fabricar hornos cada vez más grandes, dijeron las fuentes.
GT se lanzó rápidamente a contratar 700 empleados. La contratación avanzó a tal velocidad que en un momento más de 100 empleados no sabían quién era su jefe, según indicó un ex gerente. Otros dos ex trabajadores dijeron que no había una política de asistencia, lo que llevó a un número inusual de ausencias por enfermedad.
A principios de 2014, los gerentes de GT autorizaron horas extra ilimitadas para llenar los hornos con los materiales necesarios para crear zafiro. Pero GT no había construido suficientes hornos para ese entonces, por lo que muchos trabajadores no tenían nada que hacer, dijeron dos ex empleados.
“Barríamos los pisos una y otra vez”, dijo uno de los ex empleados.
Producir zafiro resultó ser el mayor problema. Fabricar un solo cilindro llevaba cerca de 30 días y casi US$20.000. La gente al tanto de las operaciones de Apple dijo que más de la mitad de los cilindros eran inservibles.
Squiller, el director de operaciones de GT, le dijo a la corte de quiebras que GT perdió tres meses de producción por apagones y demoras en la construcción de la planta.
Apple era responsable de construir la planta según las especificaciones de GT y de proveer la electricidad. Apple le dijo a los acreedores que GT fracasó debido a una “mala gerencia” no por interrupciones en el suministro eléctrico.
Los comentarios de Apple fueron “engañosos a propósito, fuera de contexto o imprecisos”, dijo GT en un breve comunicado para este artículo. “No tiene sentido enfrascarse en un debate punto por punto en cada tema”.
A finales de abril, Apple retuvo los últimos US$139 millones que debía entregarle a GT, asegurando que no había cumplido los requerimientos de producción o calidad del contrato.
GT dijo en su declaración de bancarrota que Apple cambió repetidamente las especificaciones del zafiro. En los documentos presentados dice que GT gastó US$900 millones, más del doble de los US$439 millones que aportó Apple, para poner la planta en marcha.
El 6 de junio, el presidente ejecutivo de GT, Thomas Gutiérrez se reunió con dos vicepresidentes de Apple para explicar los problemas de producción, según la carta de Apple a los acreedores. Presentó un documento titulado “Qué sucedió”, en el que enumeraba 17 problemas, incluyendo llenar los hornos de manera incorrecta y cambios involuntarios al diseño de los hornos.
Gutiérrez dijo que estaba ahí para asumir las consecuencias, según la carta de Apple. Después de la reunión, GT decidió dejar de producir boules de 262 kilos y en cambio fabricar cilindros de 164 kilos para corregir la fórmula.
Para ese momento, era aparente que el zafiro no se usaría en las pantallas de los nuevos iPhones, los cuales salieron a la venta el 19 de septiembre. Sin embargo, Apple aún estaba ansioso de obtener tanto zafiro como fuera posible, según fuentes al tanto. La carta de Apple indicó que sólo recibió 10% del zafiro que GT prometió originalmente.
Fuentes cercanas a las operaciones de GT dijeron que contratistas de Apple aplicaron estándares de calidad de forma inconsistente, y a veces aceptaban bloques que habían sido rechazados días antes.
En la primera semana de septiembre, GT le dijo a Apple que tenía problemas significativos de flujo de caja. Le pidió a Apple que pagara los US$139 millones que faltaban del préstamo y le pidió que pagara por más entregas de zafiro en 2015, según fuentes al tanto.
El 1 de octubre, Apple ofreció darle a GT US$100 millones de los US$139 millones del préstamo y retrasar el cronograma de devolución del dinero, según fuentes cercanas a Apple. La tecnológica también ofreció elevar el precio que pagaba por el zafiro este año y discutir elevarlo para 2015, además de relajar los acuerdos de exclusividad para que GT pudiera vender hornos a otros clientes, dijeron. Las compañías accedieron a conversar la oferta en persona el 7 de octubre en Cupertino.
Entonces, en la mañana del 6 de octubre, Gutiérrez le dijo a Apple que su compañía se había acogido a las leyes de protección contra quiebra. Fuentes cercanas a GT dijeron que los ejecutivos no le dijeron a Apple sobre el plan de quiebra porque temían que Apple tratara de impedírselos.
Las acciones de GT colapsaron 93% al conocerse la noticia, haciendo desaparecer cerca de US$1.400 millones en valor de mercado.

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